¿Cómo estructurar teológicamente la liberación cristiana?
La liberación cristiana ha recibido diversas estructuraciones teológicas. Conviene clarificar la distinción entre una auténtica Teología de la liberación de otros enfoques teológico-pastorales que pueden denominarse «teologías de la liberación». ¿Qué rasgos identifican a la auténtica Teología de la liberación en comunión con sus objetivos y con el Magisterio de la Iglesia? Aunque una sana Teología de la liberación admita múltiples interpretaciones, este artículo presenta los criterios fundamentales. Sobre todo, urge superar el horizontalismo teológico y cuidar la “praxis” como metodología. Siempre se unirá la fe en Dios con la injusticia socio-política para que aparezca bien precisado el compromiso liberador en su relación con la opción del cristiano. La Teología de la liberación exige todo un discernimiento teológico pastoral que respalde el servicio liberador del cristiano.
Superación del horizontalismo teológico.
Tal actitud de superación excluye los errores enumerados al hablar de la liberación cristiano-marxista. Y además excluye el: .
absolutizar la Teología de la liberación sobre otros aspectos o dimensiones de la Teología;
exagerar el aspecto político de opresión-liberación sobre otras vivencias cristianas; .
subordinar la fe a la reflexión social conflictiva; .
dogmatizar sus interpretaciones teológicas con grave riesgo para el diálogo y para la misma obediencia requerida del teólogo; .
humanizar tanto la problemática de la liberación que la fe no tenga cabida ni haya lugar para la dimensión contemplativa del compromiso; .
innovar tanto, que se quite la posibilidad de continuidad con el pasado teológico y con la actual comunión eclesial.
La «praxis» como metodología teológica.
La Teología de la liberación adopta la «praxis» como la fuente, el fin y el criterio de la verificación de la teoría teológica. Lo cual incluye: ..
una opción metodológica que entiende y vive el ethos social cristiano mediante el esquema teórico-vivencial de la liberación; .
la reflexión inductiva que parte de la realidad, de una situación histórica concreta. Y no procede como la reflexión teológica deductiva: de los principios sacar conclusiones que se aplican a la realidad. La Teología es vista más que como «sabiduría» (saber racional) como praxis histórica, como teologías de los signos de los tiempos;
la aplicación del «ver-juzgar-actuar». Se arranca del análisis de la situación sociopolítica de la realidad; continúa la reflexión desde el plan de Dios con la luz de la Palabra de Dios sobre la situación de opresión-liberación: se busca la energía transformadora de los textos bíblicos para cambiar personas e historia. Y como tercer paso está el actuar, el compromiso liberador alimentado con momentos de contemplación: de la oración ir a la acción; .
la respuesta desde la fe al proceso liberador que hoy está presente en el mundo; la Teología de la liberación: aplica la salvación integral al momento histórico de liberación que hoy viven muchos en el mundo, enseña a pensar y a vivir la fe desde las categorías liberadoras y en las categorías sociopolíticas y culturales.
Unión de la fe en Dios con la injusticia socio política.
Ante el grave peligro de disociar fe y vida, la Teología de la liberación: .
arranca de situaciones de opresión e injusticia para comprender mejor el mensaje cristiano (el ethos y la vida teo¬logal); .
presenta la vida teologal como experiencia de Dios que se encuentra en el pobre, en la conversión a los pobres y en el compromiso por su liberación. La dimensión política de la vida teologal adquiere especial relieve ante situaciones concretas de opresión; la fe, lejos de ser alienante, es motor de la historia, nace, por tanto} del encuentro fuerte con Dios dentro de una historia concreta; de la confrontación de la fe con la injusticia perpetrada en los pobres como un colectivo, los oprimidos, en quien se ve a Cristo: «tengo hambre, estoy encarcelado...» (Mt 25,31-46); .
aplica los criterios de la Teología política sobre proyección política del mensaje cristiano y dimensión teologal de lo político y de la política. Un tema clave de la Teología de la liberación es la figura de Dios, Padre y Liberador.
Cristo y su Buena Nueva en clave de liberación
El tema de Cristo Salvador y Liberador es nuclear en la Teología de la liberación. A lo expuesto cabe añadir: .
el énfasis en Jesús muerto por defender la justicia, testigo. de la caridad y alentador de la esperanza por su resurrección; .
la incidencia en los textos más conectados con la libertad, liberación, opresión, injusticia, la riqueza y, sobre todo, los textos sobre la pobreza en Jesús y en el seguidor como punto clave en la espiritualidad de la liberación.
El compromiso liberador y la opción del cristiano.
El carácter eminentemente práctico de la Teología de la liberación se manifiesta al urgir el compromiso como exigencia previa. La Teología de la liberación exige: la participación de alguna manera en el proceso liberador, estar comprometido de algún modo con los oprimidos. No es teología de laboratorio ni simple literatura teológica: pide, por el contrario, sentarse en el banco de los humildes para aprender de ellos y colaborar según posibilidades;
inquietar con preguntas: ¿cómo ser cristiano en un mundo lleno de personas víctimas de la miseria y de la injusticia sociopolítica? ¿De qué manera he de vivir a Cristo, que optó por el pobre? ¿Cómo será mi opción preferencial por los pobres, sin concordismos ni rupturas?;
presentar las líneas básicas de la opción del cristiano por la creación de situaciones humanas cada vez más justas. Es tarea de la Teología de la liberación insertar el compromiso liberador y la espiritualidad liberadora dentro de toda la opción del cristiano.
El discernimiento teológico-pastoral.
Aunque rebasa el ámbito de la fe, ésta no puede quedar al margen de la praxis concreta de liberación. Este proceso complejo incluye, entre otros aspectos:
variedad en la acción: modos de analizar la situación con posibles hipotecas para la fe (así sucede con el método de análisis marxista), el uso concreto de estrategias con su vinculación con los valores éticos (violencia o no violencia); acciones del pueblo de Dios con implicación o no de la misma Iglesia; colaboración con otras fuerzas sociales y políticas sin que exista adhesión a sus principios no conformes con el mensaje cristiano; la interpretación cristiana de la lucha histórica de clases sociales (visión no marxista); .
el discernimiento ético. Con la iluminación de la fe habrá que rechazar los sistemas injustos y atender a la utopía del ideal de justicia. La misma fe iluminará la necesaria revolución sin caer en la violencia injusta o en el reformismo conformista, que deja intacto el orden establecido.
La utopía de la Teología de la liberación
Debe quedar claro que la Teología de la liberación desea: mantener viva la utopía liberadora de Cristo en el mundo como morada de Dios con los hombres, proyectar una fe que obra por la caridad animada por la esperanza, actualizar la buena nueva originaria de Cristo en un ambiente concreto, perfilar el rostro nuevo del cristiano libre, liberado y liberador y fundamentar el dinamismo de la Iglesia como una comunidad que con palabras y con hechos vive comprometida en la liberación de los pobres y en la difusión del Reino de Dios.
Sobre el servicio liberador que debe animar a cristianos y comunidades eclesiales se hablará en el artículo siguiente.
Superación del horizontalismo teológico.
Tal actitud de superación excluye los errores enumerados al hablar de la liberación cristiano-marxista. Y además excluye el: .
absolutizar la Teología de la liberación sobre otros aspectos o dimensiones de la Teología;
exagerar el aspecto político de opresión-liberación sobre otras vivencias cristianas; .
subordinar la fe a la reflexión social conflictiva; .
dogmatizar sus interpretaciones teológicas con grave riesgo para el diálogo y para la misma obediencia requerida del teólogo; .
humanizar tanto la problemática de la liberación que la fe no tenga cabida ni haya lugar para la dimensión contemplativa del compromiso; .
innovar tanto, que se quite la posibilidad de continuidad con el pasado teológico y con la actual comunión eclesial.
La «praxis» como metodología teológica.
La Teología de la liberación adopta la «praxis» como la fuente, el fin y el criterio de la verificación de la teoría teológica. Lo cual incluye: ..
una opción metodológica que entiende y vive el ethos social cristiano mediante el esquema teórico-vivencial de la liberación; .
la reflexión inductiva que parte de la realidad, de una situación histórica concreta. Y no procede como la reflexión teológica deductiva: de los principios sacar conclusiones que se aplican a la realidad. La Teología es vista más que como «sabiduría» (saber racional) como praxis histórica, como teologías de los signos de los tiempos;
la aplicación del «ver-juzgar-actuar». Se arranca del análisis de la situación sociopolítica de la realidad; continúa la reflexión desde el plan de Dios con la luz de la Palabra de Dios sobre la situación de opresión-liberación: se busca la energía transformadora de los textos bíblicos para cambiar personas e historia. Y como tercer paso está el actuar, el compromiso liberador alimentado con momentos de contemplación: de la oración ir a la acción; .
la respuesta desde la fe al proceso liberador que hoy está presente en el mundo; la Teología de la liberación: aplica la salvación integral al momento histórico de liberación que hoy viven muchos en el mundo, enseña a pensar y a vivir la fe desde las categorías liberadoras y en las categorías sociopolíticas y culturales.
Unión de la fe en Dios con la injusticia socio política.
Ante el grave peligro de disociar fe y vida, la Teología de la liberación: .
arranca de situaciones de opresión e injusticia para comprender mejor el mensaje cristiano (el ethos y la vida teo¬logal); .
presenta la vida teologal como experiencia de Dios que se encuentra en el pobre, en la conversión a los pobres y en el compromiso por su liberación. La dimensión política de la vida teologal adquiere especial relieve ante situaciones concretas de opresión; la fe, lejos de ser alienante, es motor de la historia, nace, por tanto} del encuentro fuerte con Dios dentro de una historia concreta; de la confrontación de la fe con la injusticia perpetrada en los pobres como un colectivo, los oprimidos, en quien se ve a Cristo: «tengo hambre, estoy encarcelado...» (Mt 25,31-46); .
aplica los criterios de la Teología política sobre proyección política del mensaje cristiano y dimensión teologal de lo político y de la política. Un tema clave de la Teología de la liberación es la figura de Dios, Padre y Liberador.
Cristo y su Buena Nueva en clave de liberación
El tema de Cristo Salvador y Liberador es nuclear en la Teología de la liberación. A lo expuesto cabe añadir: .
el énfasis en Jesús muerto por defender la justicia, testigo. de la caridad y alentador de la esperanza por su resurrección; .
la incidencia en los textos más conectados con la libertad, liberación, opresión, injusticia, la riqueza y, sobre todo, los textos sobre la pobreza en Jesús y en el seguidor como punto clave en la espiritualidad de la liberación.
El compromiso liberador y la opción del cristiano.
El carácter eminentemente práctico de la Teología de la liberación se manifiesta al urgir el compromiso como exigencia previa. La Teología de la liberación exige: la participación de alguna manera en el proceso liberador, estar comprometido de algún modo con los oprimidos. No es teología de laboratorio ni simple literatura teológica: pide, por el contrario, sentarse en el banco de los humildes para aprender de ellos y colaborar según posibilidades;
inquietar con preguntas: ¿cómo ser cristiano en un mundo lleno de personas víctimas de la miseria y de la injusticia sociopolítica? ¿De qué manera he de vivir a Cristo, que optó por el pobre? ¿Cómo será mi opción preferencial por los pobres, sin concordismos ni rupturas?;
presentar las líneas básicas de la opción del cristiano por la creación de situaciones humanas cada vez más justas. Es tarea de la Teología de la liberación insertar el compromiso liberador y la espiritualidad liberadora dentro de toda la opción del cristiano.
El discernimiento teológico-pastoral.
Aunque rebasa el ámbito de la fe, ésta no puede quedar al margen de la praxis concreta de liberación. Este proceso complejo incluye, entre otros aspectos:
variedad en la acción: modos de analizar la situación con posibles hipotecas para la fe (así sucede con el método de análisis marxista), el uso concreto de estrategias con su vinculación con los valores éticos (violencia o no violencia); acciones del pueblo de Dios con implicación o no de la misma Iglesia; colaboración con otras fuerzas sociales y políticas sin que exista adhesión a sus principios no conformes con el mensaje cristiano; la interpretación cristiana de la lucha histórica de clases sociales (visión no marxista); .
el discernimiento ético. Con la iluminación de la fe habrá que rechazar los sistemas injustos y atender a la utopía del ideal de justicia. La misma fe iluminará la necesaria revolución sin caer en la violencia injusta o en el reformismo conformista, que deja intacto el orden establecido.
La utopía de la Teología de la liberación
Debe quedar claro que la Teología de la liberación desea: mantener viva la utopía liberadora de Cristo en el mundo como morada de Dios con los hombres, proyectar una fe que obra por la caridad animada por la esperanza, actualizar la buena nueva originaria de Cristo en un ambiente concreto, perfilar el rostro nuevo del cristiano libre, liberado y liberador y fundamentar el dinamismo de la Iglesia como una comunidad que con palabras y con hechos vive comprometida en la liberación de los pobres y en la difusión del Reino de Dios.
Sobre el servicio liberador que debe animar a cristianos y comunidades eclesiales se hablará en el artículo siguiente.