¿Cómo inserta Juan Pablo II la cultura de la vida en el reino de Dios?

De diversas maneras y por diferentes razones. En la evangelización, la Iglesia tiene muy presente como Jesús la cultura de la vida en el proyecto global del reino de Dios. Sí, la Iglesia sigue a Cristo, personificación vital del reino de Dios, unificando las exigencias de los derechos humanos con el derecho a la vida. En su doctrina y pastoral integra la verdad, justicia, libertad, paz y amor, con la vida en unas respuestas concretas. En la Iglesia, todos sus miembros quedan interpelados por la vida y su entorno cultural. La encíclica Evangelium vitae (1995, EV) de Juan Pablo II, es también el gran directorio teológico-pastoral que expone las razones para insertar la cultura de la vida en el reino de Dios, los modos de testimoniar la promoción de la vida y las tareas convertidas en respuestas posibles que corresponden a cada miembro de la Iglesia: a la familia como la gran protagonistas, y a los médicos y personal sanitario como profesión en la pastoral de la salud.

Razones para insertar la cultura de la vida en el reino de Dios
Aunque de la fe recibe luz y fuerza extraordinarias, la defensa y promoción de la vida pertenece a toda conciencia humana que aspira a la verdad y está atenta y preocupada por la suerte de la humanidad (EV 101)
Motivación bíblica ante la alternativa cultura de la muerte o de la vida. "Para nosotros es la invitación dada a Moisés: "escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a él; pues en eso está tu vida" Se trata de dar a la propia existencia una orientación fundamental y vivir en fidelidad y coherencia con la Ley del Señor (que nos dice) Escoge la vida. (Dt 30, 15.19-20)(EV 28).
Como discípulos de Jesús. El Salvador como personificación del reino de Dios, compartió la vida en todo menos en el pecado; el siervo de Yahvé alivió muchos males de muchas personas, («pasó haciendo el bien y sanando a todos» (Hch 10,38), con su Buena Nueva, el Maestro enriqueció los derechos del hombre; como Profeta defendió la dignidad de la vida humana. Y, sobre lo humano, el Redentor reveló y ofreció la vida eterna. De su doctrina a se desprende la protección de la vida humana con todo cuidado amoroso. La gran razón radica, pues, en "la fe en el Resucitado, que ha vencido la muerte" y que ha venido "para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10,10). Con esta fe en Cristo la Iglesia "toma más viva conciencia de la gracia y de la responsabilidad que recibe de su Señor para anunciar, celebrar y servir al Evangelio de la vida" (EV 28).
Pertenecemos a la Iglesia, pueblo de la vida. “Somos el pueblo de la vida porque Dios, en su amor gratuito, nos ha dado el Evangelio de la vida y hemos sido transformados y salvados por este mismo Evangelio (EV 79). Entre las tareas eclesiales está el Evangelio de la vida, parte integrante del Evangelio que es Jesucristo. (EV 78).
Todos al servicio de la vida. “Somos enviados: estar al servicio de la vida no es para nosotros una vanagloria, sino un deber, que nace de la conciencia de ser el pueblo adquirido por Dios para anunciar sus alabanzas” (cf. 1 P 2, 9). “Todos juntos sentimos el deber de anunciar el Evangelio de la vida, de celebrarlo en la liturgia y en toda la existencia, de servirlo con las diversas iniciativas y estructuras de apoyo y promoción" (EV 79).
Es una exigencia fundamental cristiana. "La fe, si no tiene obras, está realmente muerta" (St 2,14-17). "Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40). El servicio de la caridad es "particularmente apremiante en el momento actual, en que la 'cultura de la muerte' se contrapone fuertemente a la 'cultura de la vida' y con frecuencia parece que la supera" (EV 87). De hecho, en la Iglesia "se ha desarrollado a lo largo de los siglos una extraordinaria historia de caridad, que ha introducido en la vida eclesial y civil numerosas estructuras de servicio a la vida" (EV 87).

Modos de testimoniar la vida
Con gestos ordinarios. "la celebración del Evangelio de la vida debe realizarse sobre todo en la existencia cotidiana, vivida en el amor por los demás y en la entrega de uno mismo". (EV 86). Con gestos clamorosos que implican "la entrega total de sí mismos (y) son la elocuente manifestación del grado más elevado del amor, que es dar la vida por la persona amada (cf. Jn 15,13)" (EV 86). Y con el heroísmo cotidiano "hecho de pequeños o grandes gestos de solidaridad..".En el heroísmo sobresalen las madres "que se dedican sin reservas a su familia, que sufren al dar a luz a sus hijos, y luego están dispuestas a soportar cualquier esfuerzo, a afrontar cualquier sacrificio para transmitirles lo mejor de sí mismas". (EV 86).

Tareas que corresponden a cada miembro de la Iglesia
A todos corresponde proponer los contenidos anteriores "en las diversas formas de predicación, en el diálogo personal y en cada actividad educativa" (EV 82).
A los docentes (educadores, profesores, catequistas y teólogos) "corresponde la tarea de poner de relieve las razones antropológicas que fundamentan y sostienen el respeto de cada vida humana" (EV 82).
A los Obispos les afecta de modo especial la exhortación de Pablo a Timoteo (2Tm 4,2): ser anunciadores incansables del Evangelio de la vida (EV 82).
A los teólogos, pastores, catequistas y formadores de conciencia se les pide que "no asuman nunca la grave responsabilidad de traicionar la verdad y su misma misión exponiendo ideas personales contrarias al Evangelio de la vida como lo propone e interpreta fielmente el Magisterio" (EV 82).

Las tareas de la familia convertidas en repuestas posibles Son modalides de servicio que la familia puede dar en favor de la vida (EV 93). Varias posibilidades:
1º La oración cotidiana con la que la familia "alaba y da gracias al Señor por el don de la vida e implora luz y fuerza para afrontar los momentos de dificultad y de sufrimiento, sin perder nunca la esperanza".
2ª La "vida hecha de amor y entrega" entre los miembros de la familia da sentido "a cualquier otra forma de oración y de culto"
3ª La solidaridad "experimentada dentro y alrededor de la familia como atención solícita, vigilante y cordial en las pequeñas y humildes cosas de cada día".
4ª La adopción o la acogida temporal de niños abandonados por sus padres o en situaciones de grave dificultad...."ofreciéndoles todo lo necesario para su vida y pleno desarrollo".
5ª La adopción a distancia cuando "se ofrecen a los padres las ayudas necesarias para mantener y educar a los propios hijos, sin tener que desarraigarlos de su ambiente natural".
6ª La participación social y política como expresión de la solidaridad que se compromete con el bien común.
7ª La colaboración con otras familias "para que las leyes e instituciones del Estado no violen de ningún modo el derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, sino que la defiendan y promuevan" (EV 93).

El cristiano en la pastoral de la salud A la respuesta ética de todo profesional, el miembro de la Iglesia añadirá: la entrega al enfermo según el ejemplo y doctrina de Jesús; la vivencia del espíritu de las bienaventuranzas en el servicio a los que sufren y necesitan consuelo; la preocupación por fusionar la tarea profesional con la misión apostólica, por convertir la «profesión» en ministerio de caridad; la discreción y el entusiasmo para realizar el apostolado con los enfermos; su acogida, testimonio, palabra oportuna, servirán (con el respaldo de su competencia profesional) para despertar la esperanza y amor del enfermo.
Y para ello descubrir el significado de la medicina como servicio de Dios siendo servidores suyos en la persona de los enfermos (Mt 25, 34-36). Ayudará el ejemplo de Cristo que «pasó haciendo el bien y sanando a todos» (Hch 10,38), la conciencia de propagar el reino de vida. El cristiano que trabaja en la profesión sanitaria tiene el honor de propagar de modo particular el reino de Dios, que es de vida y de caridad. Por tanto, habrá de revisar cómo vive el amor, las obras de misericordia, a fin de merecer el «venid... porque enfermé y me visitasteis...» (Mt 25,34-36).
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