¿Qué es lo que más nos motiva para vivir?
He aquí una breve respuesta: lo que más motiva al ser humano es el valor elegido como prioritario cuando se convierte en la meta central de la vida. Otra respuesta pero más desarrollada: toda persona es motivada por la realización personal, el amar y ser amado, el bien de la comunidad, y por cualquier ideal transformado en opción fundamental. a las motivaciones antropológicas, unirá las que surgen de las relaciones religiosas, y el cristiano tendrá como motivación global el seguimiento de Cristo dentro del Reino de Dios y de su comunidad eclesial. Pero el creyente, tendrá a Dios como la motivación decisiva, luz y fuerza para su vivir Ahora bien, toda persona, creyente o no, seguirá la dinámica de la motivación o de la desmotivación.
La persona motivada o desmotivada
La palabra motivación deriva del latín motus, que significa movido, o de motio, que significa movimiento. Es por lo tanto el impulso necesario para que la persona actúe o deje de hacerlo. ¿Cómo se manifiesta la persona bajo el influjo de la motivación?
-atraída por un objetivo, y de tal manera que reacciona positivamente y acepta el esfuerzo requerido para conseguir la meta propuesta;
-enriquecida por una fuerza para conseguir un determinado deseo;
-capacitada para poner en marcha una serie de elementos intelectuales, fisiológicos y psicológicos a fin de poder responder adecuadamente en una determinada situación;
-satisfecha porque gracias a la motivación experimenta gusto, placer, bienestar, algo de felicidad por haber logrado un deseo o necesidad;
-decidida a emprender y mantener un determinado comportamiento hasta alcanzar la meta propuesta;
-interpelada para realizar un esfuerzo, condición a veces imprescindible para conseguir la meta o para satisfacer alguna necesidad.
¿Y cuando falta la motivación? Surge entonces en la persona el desánimo y hasta la desesperanza por causa de los obstáculos. El ser humano puede caer en depresión, pérdida de energías, actitud pesimista, baja en la autoestima. Cuando la conducta aparece un tanto agresiva, apática o perezosa, es posible que en el fondo se esconda quien sufre carente del mínimo de estímulos para vivir.
Perspectivas de la motivación
Igualdad y variedad. Todas las motivaciones tienen como denominador común el ser un estímulo para actuar, diferente según que despierte o no el interés por la tarea en sí misma; engrandezca al “ego”, aumente la autoestima; surja de la mente o del corazón -racional o afectiva-; impulse a una respuesta altruísta o no; provoque atracción o rechazo de las personas o tareas; se ajuste a la recta conciencia (actuar bueno), o contraríe valores aceptados (respuesta nociva, mala).
Exigencias. Siempre que el individuo esté motivado para algo, se considerará que ese "algo" es necesario o conveniente. La motivación es el lazo para satisfacer una necesidad o conveniencia, o bien para dejar de hacerla. Las normas también son necesarias pues conviene evaluar para ver si los móviles se ciñen o no a las metas personales. Y para que sea eficaz, tales móviles requieren la presencia de los medios adecuados para alcanzar la metas Cuando no se da el efecto tampoco la satisfacción. Tiene que haber equilibrio entre el efecto, el trabajo
Relaciones. El estímulo está vinculado con valores de la persona, el amor, la realización persona, el poder, la necesidad de conquistar algo y la vinculación afectiva con las personas. También se relaciona con el temor, bien de fracasar o de tener éxito. En cuanto a las dificultades: las motivaciones tienen que ser mayores o más intensas cuando crecen los obstáculos para conseguir los objetivos deseados.
Dependencia. La motivación baja cuando no se consiguen los resultados apetecidos, la recompensa merecida. Por el contrario, sube y está unida a la satisfacción cuando los resultados son mayores de los previstos. Así mismo, depende de la esperanza correspondiente. porque las personas optan por una conducta cualquiera con base a las expectativas que conducirán a un resultado deseado.
¿Qué motivaciones elegimos?
De las muchas motivaciones, seleccionamos para la persona, creyente y cristiana, las siguientes: el amor humano enriquecido con la caridad cristiana, el ideal de vida, la opción fundamental, el seguimiento de Jesús y el amor a Dios
La persona motivada o desmotivada
La palabra motivación deriva del latín motus, que significa movido, o de motio, que significa movimiento. Es por lo tanto el impulso necesario para que la persona actúe o deje de hacerlo. ¿Cómo se manifiesta la persona bajo el influjo de la motivación?
-atraída por un objetivo, y de tal manera que reacciona positivamente y acepta el esfuerzo requerido para conseguir la meta propuesta;
-enriquecida por una fuerza para conseguir un determinado deseo;
-capacitada para poner en marcha una serie de elementos intelectuales, fisiológicos y psicológicos a fin de poder responder adecuadamente en una determinada situación;
-satisfecha porque gracias a la motivación experimenta gusto, placer, bienestar, algo de felicidad por haber logrado un deseo o necesidad;
-decidida a emprender y mantener un determinado comportamiento hasta alcanzar la meta propuesta;
-interpelada para realizar un esfuerzo, condición a veces imprescindible para conseguir la meta o para satisfacer alguna necesidad.
¿Y cuando falta la motivación? Surge entonces en la persona el desánimo y hasta la desesperanza por causa de los obstáculos. El ser humano puede caer en depresión, pérdida de energías, actitud pesimista, baja en la autoestima. Cuando la conducta aparece un tanto agresiva, apática o perezosa, es posible que en el fondo se esconda quien sufre carente del mínimo de estímulos para vivir.
Perspectivas de la motivación
Igualdad y variedad. Todas las motivaciones tienen como denominador común el ser un estímulo para actuar, diferente según que despierte o no el interés por la tarea en sí misma; engrandezca al “ego”, aumente la autoestima; surja de la mente o del corazón -racional o afectiva-; impulse a una respuesta altruísta o no; provoque atracción o rechazo de las personas o tareas; se ajuste a la recta conciencia (actuar bueno), o contraríe valores aceptados (respuesta nociva, mala).
Exigencias. Siempre que el individuo esté motivado para algo, se considerará que ese "algo" es necesario o conveniente. La motivación es el lazo para satisfacer una necesidad o conveniencia, o bien para dejar de hacerla. Las normas también son necesarias pues conviene evaluar para ver si los móviles se ciñen o no a las metas personales. Y para que sea eficaz, tales móviles requieren la presencia de los medios adecuados para alcanzar la metas Cuando no se da el efecto tampoco la satisfacción. Tiene que haber equilibrio entre el efecto, el trabajo
Relaciones. El estímulo está vinculado con valores de la persona, el amor, la realización persona, el poder, la necesidad de conquistar algo y la vinculación afectiva con las personas. También se relaciona con el temor, bien de fracasar o de tener éxito. En cuanto a las dificultades: las motivaciones tienen que ser mayores o más intensas cuando crecen los obstáculos para conseguir los objetivos deseados.
Dependencia. La motivación baja cuando no se consiguen los resultados apetecidos, la recompensa merecida. Por el contrario, sube y está unida a la satisfacción cuando los resultados son mayores de los previstos. Así mismo, depende de la esperanza correspondiente. porque las personas optan por una conducta cualquiera con base a las expectativas que conducirán a un resultado deseado.
¿Qué motivaciones elegimos?
De las muchas motivaciones, seleccionamos para la persona, creyente y cristiana, las siguientes: el amor humano enriquecido con la caridad cristiana, el ideal de vida, la opción fundamental, el seguimiento de Jesús y el amor a Dios