¿Para qué sirve la opción fundamental?
El ideal es la meta, la opción fundamental, la respuesta. Si el ideal es motivación que atrae, la opción fundamental es la motivación que impulsa. Las dos categorías son necesarias y se complementan. De hecho, quien vive coherentemente un determinado ideal, automáticamente esta ejercitando una opción que puede considerarse como el termómetro que marca la calidad. Por lo tanto, en plan existencial, la opción fundamental es tan necesaria para el ser y el vivir humano como el mismo ideal porque configura el ser, actúa como el motor para el obrar coherente e imprime radicalidad a toda la vida.
Una definición: la opción fundamental, vivencia del ideal Un valor elegido como ideal de vida se convierte en el contenido de la opción fundamental (of). Si nos atenemos al significado de los vocablos, la opción designa la elección de una persona, de un valor o de un ideal o de un fin o de un humanismo entre varios. El vocablo fundamental hace referencia a lo elegido como lo más importante, lo principal de la existencia personal, la fuente de un comportamiento coherente. Como expresión, la of comprende el objeto elegido por la voluntad, el «tú» personal o no-personal que más influye en la vida del «yo» como centro de valores, el motor de las opciones parciales, la raíz más profunda de las opciones concretas, la motivación más decisiva para el trabajo y el secreto que explica los sacrificios, esperanzas, alegrías y sufrimientos.
Perspectivas La noción de la opción fundamental, identificada con el ideal de vida, se puede ampliar con las opiniones e interpretaciones de algunos de los autores.
Así para Häring la of comprende la totalidad en el conjunto de la persona que Fuchs interpreta como la madurez en la autodeterminación y Rahner la designa como la «autocompresión total y la radical autoexpresión».
Desde otra perspectiva M. Vidal enfoca la opción como «la orientación o dirección de toda la vida hacia el fin último»; «una decisión que brota del centro de la personalidad, del corazón del hombre, como núcleo de su personalidad».
En resumen, criterio de K. Demer, la opción fundamental es el «principio unificador que reside en la predecisión». Y en el plano de la fe (apunta M. Mannoni) es la orientación radical de la persona humana hacia Dios o contra él» (M. Mannoni).
Una visión complexiva sobre el tema, lo ofrece un especialista en el tema, el obispo Fidel Herráez, para quien la opción fundamental es «la autoconstrucción de la persona a partir de una decisión que recae sobre sí misma»; «la elección de una actitud humana que, implicando al individuo en una alternativa que afecta al centro de su ser, le compromete existencialmente y le confiere una orientación básica de vida».
Primer efecto: la configuración del ser personal
La vivencia de la opción fundamental transforma de diversos modos al yo humano en sus relaciones interpersonales. Ante todo, define al ser y al vivir por la orientación que imprime en el pensar, sentir y relacionarse. Y es que por la of la persona expresa la decisión global de su ser y de su dinamismo; descubre su realidad inicial; la define como persona; organiza su ser y quehacer; se abre y compromete con los otros con lo otro y con el Otro Y concreta el proyecto original de su plataforma humana;
Unida a la configuración, y gracias a la of, surge la autenticidad de la persona porque da armonía y continuidad al ser humano al que confiere unidad y lo fortalece ante la incoherencia. La of posibilita que se tome el propio desarrollo existencial en orden a su autorealización. Contribuye por lo tanto a la fidelidad permanente del ser humano al que ayuda a vivir conforme a la propia verdad siendo a la vez el soporte dinámico de tal vivencia.
Otro fruto: el influjo en la conducta ético-religiosa
Por la coherencia y la autenticidad, la of es un factor decisivo de la moralidad concreta, estableciendo con su presencia no sólo la bondad de los actos sino de la persona misma. Es difícil un tema donde no esté presente la of. Esta categoría marca el camino para la ley, repercute en la conciencia que aplica sus principios a las situaciones concretas, y señala al pecado, en definitiva, como el acto o actitud que son contrarios a la opción fundamental asumida. Tampoco se puede negar el gran influjo que a través de la intención ejerce la of en toda la vida porque influye para que el sujeto viva de una forma más consciente sus decisiones morales
Y su influjo en la radicalidad, totalidad y coherencia.
Cuando la opción fundamental es interiorizada, lo mismo que sucede con el ideal de vida, se convierte en una actitud de radicalidad con respuestas coherentes. En su estructura, destaca la claridad para discernir el valor o valores fundamentales, -las raíces que dan sentido a una vida-, de otros valores secundarios; y motiva a la voluntad para responder con energía y entusiasmo (mística) a los valores aceptados. Como se puede apreciar, la radicalidad así definida es un rasgo esencial de la opción fundamental porque coloca en el centro de su vida al objeto, valor o valores, que es prioritario y porque la persona decide que su conducta se ajuste al objeto de su opción fundamental.
Por último, la persona bajo el influjo de la of evita la dispersión y el atomismo de las opciones aisladas, es motivada para cultivar las actitudes básicas, da a su conducta un sentido de totalidad, plenitud o perfección, favorece las decisiones para seguir el camino combatiendo los obstáculos que impidan la realización de los valores aceptados.
Una definición: la opción fundamental, vivencia del ideal Un valor elegido como ideal de vida se convierte en el contenido de la opción fundamental (of). Si nos atenemos al significado de los vocablos, la opción designa la elección de una persona, de un valor o de un ideal o de un fin o de un humanismo entre varios. El vocablo fundamental hace referencia a lo elegido como lo más importante, lo principal de la existencia personal, la fuente de un comportamiento coherente. Como expresión, la of comprende el objeto elegido por la voluntad, el «tú» personal o no-personal que más influye en la vida del «yo» como centro de valores, el motor de las opciones parciales, la raíz más profunda de las opciones concretas, la motivación más decisiva para el trabajo y el secreto que explica los sacrificios, esperanzas, alegrías y sufrimientos.
Perspectivas La noción de la opción fundamental, identificada con el ideal de vida, se puede ampliar con las opiniones e interpretaciones de algunos de los autores.
Así para Häring la of comprende la totalidad en el conjunto de la persona que Fuchs interpreta como la madurez en la autodeterminación y Rahner la designa como la «autocompresión total y la radical autoexpresión».
Desde otra perspectiva M. Vidal enfoca la opción como «la orientación o dirección de toda la vida hacia el fin último»; «una decisión que brota del centro de la personalidad, del corazón del hombre, como núcleo de su personalidad».
En resumen, criterio de K. Demer, la opción fundamental es el «principio unificador que reside en la predecisión». Y en el plano de la fe (apunta M. Mannoni) es la orientación radical de la persona humana hacia Dios o contra él» (M. Mannoni).
Una visión complexiva sobre el tema, lo ofrece un especialista en el tema, el obispo Fidel Herráez, para quien la opción fundamental es «la autoconstrucción de la persona a partir de una decisión que recae sobre sí misma»; «la elección de una actitud humana que, implicando al individuo en una alternativa que afecta al centro de su ser, le compromete existencialmente y le confiere una orientación básica de vida».
Primer efecto: la configuración del ser personal
La vivencia de la opción fundamental transforma de diversos modos al yo humano en sus relaciones interpersonales. Ante todo, define al ser y al vivir por la orientación que imprime en el pensar, sentir y relacionarse. Y es que por la of la persona expresa la decisión global de su ser y de su dinamismo; descubre su realidad inicial; la define como persona; organiza su ser y quehacer; se abre y compromete con los otros con lo otro y con el Otro Y concreta el proyecto original de su plataforma humana;
Unida a la configuración, y gracias a la of, surge la autenticidad de la persona porque da armonía y continuidad al ser humano al que confiere unidad y lo fortalece ante la incoherencia. La of posibilita que se tome el propio desarrollo existencial en orden a su autorealización. Contribuye por lo tanto a la fidelidad permanente del ser humano al que ayuda a vivir conforme a la propia verdad siendo a la vez el soporte dinámico de tal vivencia.
Otro fruto: el influjo en la conducta ético-religiosa
Por la coherencia y la autenticidad, la of es un factor decisivo de la moralidad concreta, estableciendo con su presencia no sólo la bondad de los actos sino de la persona misma. Es difícil un tema donde no esté presente la of. Esta categoría marca el camino para la ley, repercute en la conciencia que aplica sus principios a las situaciones concretas, y señala al pecado, en definitiva, como el acto o actitud que son contrarios a la opción fundamental asumida. Tampoco se puede negar el gran influjo que a través de la intención ejerce la of en toda la vida porque influye para que el sujeto viva de una forma más consciente sus decisiones morales
Y su influjo en la radicalidad, totalidad y coherencia.
Cuando la opción fundamental es interiorizada, lo mismo que sucede con el ideal de vida, se convierte en una actitud de radicalidad con respuestas coherentes. En su estructura, destaca la claridad para discernir el valor o valores fundamentales, -las raíces que dan sentido a una vida-, de otros valores secundarios; y motiva a la voluntad para responder con energía y entusiasmo (mística) a los valores aceptados. Como se puede apreciar, la radicalidad así definida es un rasgo esencial de la opción fundamental porque coloca en el centro de su vida al objeto, valor o valores, que es prioritario y porque la persona decide que su conducta se ajuste al objeto de su opción fundamental.
Por último, la persona bajo el influjo de la of evita la dispersión y el atomismo de las opciones aisladas, es motivada para cultivar las actitudes básicas, da a su conducta un sentido de totalidad, plenitud o perfección, favorece las decisiones para seguir el camino combatiendo los obstáculos que impidan la realización de los valores aceptados.