Manos Unidas acompaña a las poblaciones migrantes de América Latina ...y en el camino nos encontraremos
Las personas migrantes son una de las poblaciones más golpeadas por la pobreza y la violencia en América Latina. Manos Unidas acompaña a muchas de ellas en su duro camino hacia una vida digna lejos de sus lugares de origen
Manos Unidas ha puesto en marcha cuatro proyectos en México por importe de 122.000 € para acompañar a casi 3.000 personas y ofrecer, entre otros servicios, un cobijo temporal seguro en siete casas de acogida para migrantes
| Juan de Amunátegui/Manos Unidas
(Publicado originalmente en la revista nº 219 de Manos Unidas).- La migración de las personas más desfavorecidas es un fenómeno creciente en el continente americano. Este movimiento humano, siempre forzado, se ha visto agravado por la pandemia y está provocado por multitud de causas; entre ellas, la desigualdad, la crisis de los sistemas democráticos, la violencia sociopolítica y armada, el cambio climático y, en definitiva, la pobreza.
Ante esta realidad, las ONG nos guiamos por la meta 10.7 de la Agenda 2030, que habla de «facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas mediante la aplicación de políticas planificadas y bien gestionadas».
Manos Unidas se inspira, asimismo, en la Encíclica Fratelli tutti del papa Francisco, en la que se nos pide que promovamos la fraternidad humana y que aunemos esfuerzos en favor de las personas migrantes; todo ello en base a cuatro verbos: «acoger» con alimentación, hospedaje, salud, ropa y transporte; «proteger» a niños y adolescentes con acompañamiento psicosocial, asistencia legal y campañas de comunicación e incidencia; «promover» la capacitación técnica, la inserción laboral y los emprendimientos e «integrar» a partir del aprendizaje de la lengua, la integración sociocultural y la integración educativa.
Con esta mirada es con la que Manos Unidas aborda su labor ante los principales flujos migratorios que existen hoy en Latinoamérica:
- El haitiano, principalmente hacia República Dominicana.
- El éxodo masivo venezolano.
- El movimiento migratorio centroamericano a Estados Unidos.
- Los desplazamientos internos en Colombia a causa del conflicto armado.
- La migración cubana.
- Los movimientos intercontinentales.
Las próximas líneas las dedicaremos a los tres movimientos migratorios que concentran los mayores esfuerzos de Manos Unidas
El flujo haitiano hacia República Dominicana
Haití es hoy un estado fallido, en crisis profunda y con una inseguridad extrema a causa de las bandas armadas presentes en el territorio. Además, es un país azotado por desastres naturales como el huracán Matthew en 2016 y los terremotos de 2010 y 2021.
Todo ello, a lo que se suman otras causas históricas, ha hecho que Haití sea uno de los países más pobres del continente, figurando en el puesto 170 de los 194 países del mundo en los que se mide el Índice de Desarrollo Humano.
A pesar de ser porosa y muy transitada, la frontera con la vecina República Dominicana, de una longitud de 380 km, refleja de forma tajante una visible desigualdad: la renta per cápita del lado haitiano es cinco veces menor que del lado dominicano. Como consecuencia, más de un millón de haitianos malviven en la República Dominicana como mano de obra barata y semiesclava en el sector agrícola y en la construcción, siendo objeto de la xenofobia y viviendo siempre bajo la amenaza de la expulsión del país.
Manos Unidas está muy presente en esta frontera a través de seis proyectos que, en los últimos tres años, han apoyado directamente a 2.630 personas con una inversión de 446.000 €.
El éxodo masivo venezolano
Venezuela lleva años sufriendo una crisis sistémica: polarización política, problemas económicos, carencias en la alimentación y en la atención médica y, en definitiva, una situación muy dura que empuja a la población a una mayor vulnerabilidad.
Esto ha provocado un impresionante fenómeno migratorio, especialmente desde 2016, con la salida de más de seis millones de personas (el 15 % de la población) hacia Perú, Estados Unidos, Brasil, Colombia, España, etc. Estas personas encuentran dificultades para regularizar su situación en los países de acogida, lo que provoca que sean víctimas de abusos y enfrenten grandes obstáculos para acceder a los servicios más básicos.
Ante este éxodo –difícil de asimilar para el imaginario colectivo, ya que Venezuela ha pasado de ser un país de destino a ser punto de origen de la emigración–, Manos Unidas ha intervenido con fuerza en el último trienio a través de 19 proyectos.
Se trata de iniciativas ejecutadas en países de acogida como Brasil, Perú, Colombia y Ecuador, con una inversión de 923.000 € para apoyar a 18.603 personas, incluyendo a colectivos con problemáticas especiales, como es el caso de las minorías étnicas amazónicas
Migrantes centroamericanos en tránsito a los Estados Unidos
El flujo constante de migrantes centroamericanos hacia el norte tiene como destino principal Estados Unidos y, en menor medida, Canadá, México y Costa Rica. Procedentes mayoritariamente de Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, las personas migrantes salen de sus países tratando de mejorar sus condiciones de vida y dejar atrás la violencia existente en sus lugares de origen, así como la corrupción, la pobreza, la inestabilidad sociopolítica, el cambio climático y el extractivismo que amenaza a determinados territorios.
A los hombres jóvenes que conformaban el grueso de las migraciones iniciales, se han ido sumando mujeres, ancianos y niños y, desde 2018, constituyen caravanas de caminantes que cruzan «con lo puesto» países y fronteras para acabar varados en México hasta que puedan intentar cruzar a Estados Unidos.
En su caminar están expuestos al poder de las mafias, con un alto riesgo de convertirse en víctimas de la trata con fines de explotación sexual, el trabajo en esclavitud, la extracción de órganos, etc.
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