Papeles para un pacto educativo
He leído recientemente un documento con el título que preside este escrito, firmado por José Antonio Marina, Carmen Pellicer y Jesús Manso.
El texto afirma que el mundo está en estado de emergencia educativa, y que en un futuro previsible, los cambios van a ser cada vez más acelerados, lo que nos obliga a fomentar y construir una “sociedad del aprendizaje”, que se basa en una “pasión por el conocimiento” y en instituciones que la favorezcan.
Después de un recorrido histórico y legislativo, en el documento se plasman los puntos de acuerdo en los programas electorales de los cuatro partidos mayoritarios en las últimas elecciones:
1 Necesidad imperiosa de reducir el abandono escolar al 10% y de aumentar al 85% los alumnos que siguen enseñanzas secundarias postobligatorias.
2 Conveniencia de ampliar la edad educativa –y por lo tanto el acceso a una plaza escolar gratuita- de 0 a 18 años, aunque manteniendo la obligatoriedad sólo desde los 6 a los 16.
3 Fijar una inversión mínima en educación del 5% del PIB.
4 Fomentar medidas de flexibilidad curricular y organizativa orientadas a la individualización de la enseñanza y el aprendizaje. Reconocer la diversidad como un valor del sistema educativo.
5 Repensar el sentido, el contenido, el diseño y el desarrollo del currículo.
6 Fomentar el sentido educativo de la etapa de infantil y aumentar su relevancia en el conjunto del proceso formativo.
7 Mejorar la relación entre los sistemas de formación que vinculan la educación básica y obligatoria con el mundo laboral: la Formación Profesional, Bachillerato y la Universidad.
8 Elaboración de proyectos específicos para el aprendizaje de idiomas y para la incorporación educativa de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la escuela.
9 Introducir la evaluación del sistema educativo como instrumento de mejora. Evaluación sistémica (de todos) y sistemática (y siempre).
10 Reconocer al profesorado como elemento clave para la mejora de la calidad del sistema educativo.
11 Transformar los centros educativos en verdaderos polos de atracción de la formación y el aprendizaje en medio de su contexto. Abrir la escuela al mundo: autonomía pedagógica y organizativa de los centros. Mantener la tipología de los centros: públicos, privados y concertados.
12 Necesidad de elaborar una Ley de educación y un Estatuto Docente que confirme los acuerdos llegados en el pacto
13 Necesidad de fomentar la participación de todos los agentes educativos en el sistema educativo, a todos los niveles, dando protagonismo a las AMPAS y a los Consejos Escolares.
Por tanto, partiendo de un nuevo consenso social sobre la educación, que amplíe, defina y actualice el pacto educativo constitucional de 1978, y teniendo en cuenta los cambios científicos, tecnológicos, sociales y laborales ocurridos y los previsibles, queremos “arrimarnos” a lo expresado en el documento sobre la enseñanza de la religión en la escuela pública, sin desdeñar la complejidad de la educación y de los desafíos a que se enfrenta continuamente, que hace indispensable la implicación del mayor número de agentes, tanto del ámbito educativo como de la sociedad en general.
Es en la segunda parte del documento, PROPUESTAS Y ALTERNATIVAS, el que llama nuestro interés, y en concreto el apartado 2.3. Tensión entre una idea laica de la escuela y el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.
Dice, sin discusión alguna, que en España la dictadura franquista impuso un modelo educativo, y la desconfianza hacia la Iglesia Católica en estos temas deriva de su colaboración con la dictadura para imponer su modelo.
Las diversas posibilidades para la religión que el documento da son las siguientes:
1 Excluir la religión de todas las escuelas financiadas con dinero público.
2 Introducir en los currículos la asignatura de religión confesional, voluntaria pero no evaluable.
3 Introducirla de modo evaluable, con una alternativa.
4 Ceder los locales escolares pero no incluirla en los currículos.
5 Introducir en los currículos el estudio del hecho religioso, pero no la enseñanza confesional.
6 Introducir, además del estudio de la religión, una parte de educación confesional.
7 Permitir que escuelas financiadas con dinero público incluyeran en sus proyectos educativos la enseñanza de una religión confesional, de manera que los padres pudieran elegir ese modelo. No sería evaluable.
Pero después del pormenorizado recorrido y posibilidades, finalmente, optan y concluyen con la siguiente PROPUESTA:
"La importancia que las religiones han tenido y tienen en la vida personal y social de miles de millones de personas hace aconsejable que en los currículos educativos obligatorios se incluya alguna asignatura en la que se estudie la experiencia religiosa y su importancia en la Historia de la humanidad. Una posibilidad podría ser que formara parte de una potente área de conocimiento, titulada “Historia de las culturas”, en la que se incluyeran la historia de las ideas, de las experiencias estéticas, éticas, espirituales y religiosas desde un punto de vista multicultural y crítico.
Para atender a las peticiones de los padres que reclaman que la religión confesional se imparta en la escuela, una posibilidad sería que en el último curso de la ESO la “Historia de la cultura” se dedicara a una religión determinada, de las que tienen firmados convenios con el Estado español. También podría estudiarse la posibilidad de que los Centros pudieran incluir dentro de sus Proyectos educativos, a demanda de los padres, unas enseñanzas confesionales que serían voluntarias y no evaluables".
En definitiva, y a grandes rasgos y con matices, coinciden con la PROPUESTA que mantenemos desde USIT-EP.