Un sufragio razonado, útil y conforme a la recta e informada conciencia Editorial CCM: Obispos de México, el llamado a votar

Editorial CCM: Obispos de México, el llamado a votar
Editorial CCM: Obispos de México, el llamado a votar

Los candidatos ¿Qué es lo que han realizado? ¿Qué es lo que han dejado de realizar? ¿De dónde vienen como candidatos? ¿El bien común está por encima de sus ideologías o partido? ¿Viven y respetan los valores que profesa y vive la sociedad que van a gobernar?

A una semana de la jornada electoral, los mexicanos habremos de refrendar o desaprobar a la presente administración. Se dice que las elecciones intermedias son el pulso del estado en el que se encuentra el gobierno en turno dándole el respaldo o rechazo para continuar con el modelo político y económico impuesto; en estas campañas se ha visto de todo, pero las propuestas brillantes parecen ser lo menor. La consigna de la oposición es impedir al partido-aplanadora echarse a la bolsa la mayoría de las gubernaturas y de las curules en la Cámara baja; mientras que desde la presidencia de la República, la consigna es clara: no dar cuartel y pretender la hegemonía absoluta que no sólo implicaría la reversión de los logros institucionales impulsados por la lucha de la ciudadanía en los que se involucró la izquierda, sería prácticamente la reinvención del autoritarismo bajo la máscara del populismo demagógico que según pretende abatir la corrupción y a la derecha neoliberal como causas de los males de la República.

En este proceso, muchos actores han emitido su opinión dando razones equilibradas a estas polarizaciones electorales. Llamando a la respuesta responsable por su valor ético y social, votar aparece como arma de paz y de lucha a la vez que permite el acceso a los ciudadanos a ser partícipes del cambio. Aunque desde los resabios del laicismo se insiste que la Iglesia católica debe mantenerse al margen de las opiniones político-electorales, su intervención ha sido quizá de las más activas involucrando a laicos y obispos. En una justa visión, la razón y el derecho les asiste, sencillamente por ser parte de una sociedad que, siendo plural, no puede marginarlos y menos ignorarlos.

En estos días de campaña, han sido diversas las opiniones de los obispos. Destacan los mensajes de la Conferencia del Episcopado Mexicano o de los prelados de diversas provincias eclesiásticas, todas con un punto común: el voto útil, ponderado, razonado, justo que vaya a candidatos que representen los valores más esenciales para el ser humano y la sociedad.

 Sin embargo, advierten de los riesgos, los evidentes peligros para la democracia mexicana en estos tiempos de supuesta transformación que parece ir por los derroteros del retroceso a las épocas de la hegemonía de la dictadura perfecta.

En un reciente mensaje, el obispo de Apatzingán, Mons. Cristóbal Ascencio García, advierte de esos candidatos y gobernantes endiosados“atrapados por la corrupción desde antes de ocupar su oficio… y caen en la demagogia… llevando a creer que su palabra está por encima de toda ley”. Por eso, Mons. Ascencio García llama al voto partiendo de las preguntas necesarias de todo elector para cualquier candidato: ¿Qué es lo que han realizado? ¿Qué es lo que han dejado de realizar? ¿De dónde vienen como candidatos? ¿El bien común está por encima de sus ideologías o partido? ¿Viven y respetan los valores que profesa y vive la sociedad que van a gobernar?

Por otro lado, el obispo de Cuernavaca, Mons. Ramón Castro Castro, pronunció una profética homilía el miércoles 26 de mayo en ocasión de la peregrinación de la diócesis a la Basílica de Guadalupe. Reconociendo que “Nos encontramos en un momento social-político de gravedad” en donde “la incertidumbre, la violencia y la sangre (corren) amargamente por las avenidas y ciudades de nuestro querido México”, el obispo acentuó la responsabilidad ciudadana para “que sepamos elegir aquellos candidatos que, de verdad, sirvan al pueblo no con palabras sino con hechos y que sepan defender nuestros valores cristianos” a través del sufragio razonado, útil y conforme a la recta e informada conciencia.  Para Mons. Castro, la Iglesia tiene claro dos objetivos: “No nos está permitido encerrarnos en la sacristía ni apagar los micrófonos y hacer como si nada sucediera” y no puede mostrar solidaridad con quien destroza y perjudica a las pocas instituciones que cultivan los valores y la responsabilidad social”.

A una semana de ir a las urnas, millones de votantes están invitados a un momento íntimo, particular y privado determinante en estos momentos de la historia. Depositar el voto en la urna, quizá, será uno de los hechos más decisivos que definirá nuestro futuro como nación y personas. Votar no es sólo un ejercicio cívico, es una vocación para preservar los justos valores de la democracia por encima de cualquier pretensión autoritaria.

http://ccm.org.mx/2021/05/obispos-de-mexico-el-llamado-a-votar/

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