Por una Iglesia renovada... Fratelli tutti para apuntalar Asamblea Eclesial de América Latina: Secretario de Obispos de México
Mons. Alfonso Miranda Guardiola ante la I Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe: "Escucharnos como familia que somos para poder discernir los signos de los tiempos, especialmente en esta pandemia que estamos viviendo y ver cómo enfrentamos el futuro, cómo lo construimos”.
| Vatican News
El Papa Francisco envió el pasado domingo 24 de enero un video mensaje con ocasión de la apertura de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe que se realizará de manera presencial y virtual en noviembre de este año.
Fratelli tutti. Escuchar, conocer
Monseñor Miranda recuerda la invitación que hace el Papa Francisco a escuchar al pueblo de Dios, a los laicos y laicas, hombres, mujeres, religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos. “A escucharnos como familia que somos para poder discernir los signos de los tiempos, especialmente en esta pandemia que estamos viviendo y ver cómo enfrentamos el futuro, cómo lo construimos”.
Francisco nos recuerda que somos una sola familia, donde la dignidad humana es el valor fundamental. Escucharnos, permitirá reconocernos y reconocer, como dice la Encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti el rostro de los descartados: “Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si “ya no sirven” —como los ancianos— (Ft. 18)”.
Discernir bien para actuar mejor
El secretario general de la CEM se pregunta, ¿cómo respondemos a los desafíos que nos están afectando? Eso es lo que se pretende discernir en la Asamblea Eclesial: “Discernir bien para actuar mejor, para proyectar un futuro en beneficio de nuestra sociedad, de nuestros países y del mundo entero. Una iglesia que pueda ofrecer un rostro auténtico, verdadero y de misericordia, de amor, de verdad, de inclusión. Ser un abrazo para la gente que sufre y padece los golpes devastadores del Covid, así como otras afectaciones en su economía, en su trabajo, en la fragmentación familiar”.
La Encíclica Fratelli tutti apuntala el cuestionamiento anterior: “al amor no le importa si el hermano herido es de aquí o es de allá. Porque es el «amor que rompe las cadenas que nos aíslan y separan, tendiendo puentes; amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa. […] Amor que sabe de compasión y de dignidad (Ft. 62).
Monseñor Miranda expresa su alegría de que la Asamblea Eclesial se realice en México y resalta la logística que implica: sesiones en cada país de América latina, en cada conferencia episcopal: “nos hace mucha ilusión por la participación amplia de laicos, hombres y mujeres, agentes de pastoral, sacerdotes, obispos, de tal manera que podamos vivir un evento híbrido, con un número limitado de representantes en México y con sedes alternas en cada país de América Latina.”
Participación. Por una Iglesia renovada
Alfonso Miranda subrayó sus esperanzas en que este proceso permita propiciar “una Iglesia renovada, fresca, que vaya hacia adelante y con mucho ímpetu y alegría, que abrace en este momento de dolor a tantos pueblos que sufren por la pandemia y les ofrezca esperanza, alegría y fuerza.”
Si la familia humana tiene la misma dignidad y derechos, entonces nadie puede quedar excluido. Fratelli tutti aporta, en este sentido, el horizonte para ser esperanza en tiempo de dolor: “El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas (Ft. 115)”.
La realización de la Asamblea Eclesial se fundamenta en la necesidad de dar la palabra a todos los miembros del pueblo de Dios, para que todos puedan ser escuchados, para poder dialogar entre todos y así juntos, discernir los caminos por los que debe andar la Iglesia. Algunos de esos desafíos ya son parte del hacer cotidiano de iglesias locales, como el tema de la atención al migrante y el respeto de sus derechos.
Monseñor Miranda señaló otros temas más complejos como la corrupción, el respeto a la vida, la fraternidad social y entre los pueblos, la protección de los menores, en los que hay camino hecho, pero falta por hacer.
El derecho a no migrar. Fratelli tutti recuerda el sueño de realizarse en la propia tierra: “Es verdad que lo ideal sería evitar las migraciones innecesarias y para ello el camino es crear en los países de origen la posibilidad efectiva de vivir y de crecer con dignidad, de manera que se puedan encontrar allí mismo las condiciones para el propio desarrollo integral (Ft. 129).
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