Obispos de México no organizan, pero apoyan marchas en favor de la familia



Conferencia del Episcopado Mexicano / 30 de agosto.- Hace unos cuantos meses, el testimonio y la palabra del Papa Francisco tuvo un profundo impacto en la renovación de la esperanza de millones de mexicanos en el futuro de nuestra nación.

En sus mensajes, el Papa nos invitó a todos a participar activamente en la búsqueda de soluciones a los muchos problemas que aquejan a nuestra sociedad. En medio de dicha búsqueda, los mexicanos esperamos leyes y políticas públicas que promuevan la unidad y el respeto al interior de un pueblo que encuentra riqueza en su pluralidad. Como es evidente, dichas soluciones deben construirse a partir del reconocimiento de la igual dignidad de todos, por lo que la Iglesia Católica comparte la preocupación por defender los derechos humanos de todos los mexicanos, comenzando por los más pobres y desvalidos.

Es momento de fortalecer el tejido social desde sus cimientos, y poner en juego sus recursos más vitales, como son la familia y la educación. El cuidado y fortalecimiento del vínculo entre un hombre y una mujer que yace en la esencia de la institución matrimonial, cobra así sentido como un medio para fortalecer a nuestra sociedad y proteger y promover a aquellos que más lo necesitan, comenzando por los niños que lleguen a ser fruto de esa unión.

Es por ello que muchos mexicanos -creyentes y no creyentes; católicos y miembros de otras asociaciones religiosas- manifiestan su entusiasmo por la jornada ciudadana a la que centenares de organizaciones de la sociedad civil han convocado, bajo la coordinación y dirección del Frente Nacional por la Familia, para celebrar la riqueza que esta institución aporta al bien común de nuestra nación.

Las marchas que se realizarán a lo largo y ancho del país durante dicha jornada, deberán ser una muestra ejemplar de la voluntad de los organizadores y participantes por respetar a las instituciones, y a toda persona, en su dignidad y en sus legítimos derechos.

Como nos recordó recientemente el Papa Francisco, “la Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción (...) Por eso, deseamos ante todo reiterar que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto” (Amoris Laetitia, n. 250).

Como dijimos en nuestro comunicado anterior, invitamos a participar de forma pacífica y propositiva en este ejercicio ciudadano. Al no ser los obispos, los organizadores de la actividad, deseamos felicitar a quienes encabezando este esfuerzo, le brindan a la sociedad una magnífica oportunidad para unirse más allá de creencias religiosas, y hacer buen uso de la libertad de expresión, pensamiento, convicciones éticas, de conciencia y de religión, que son propias de todos los habitantes de este país y que se encuentran garantizadas en nuestra Constitución.

+Francisco Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano

+Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo auxiliar de Guadalajara
Secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano
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