El poder y el dinero en la iglesia. (Otro caso sorprendente)
"Todo esto ocurre hoy en día, en cada institución de la Iglesia: parroquias, colegios y otras instituciones. También en los obispados. El deseo del espíritu mundano es el de la riqueza, la vanidad y el orgullo" (Papa Francisco)
Mientras contestaba a unos correos electrónicos suena mi teléfono; miro el número del emisor y no lo conozco. Me apresuro a contestar.
- ¿Es usted el P. Alejandro?
- Sí, dígame.
- Soy la hermana Rosa.
- ¿En qué puedo servirla, hermana?
- Pues verá soy de la Asociación de mujeres católicas consagradas por votos. “Misioneras de la divina providencia, Auxiliares parroquiales”, fundadas en el año 1954 por El beato Bernardo Asensi Cubells, y me siento sometida a un abuso de poder por parte de unos sacerdotes y no sé a quién acudir. He visto sus escritos en defensa de las jerónimas de Palma y me he animado a llamarle; perdone si le molesto pero estoy muy desesperada y no sé a quién acudir; ya es una larga historia que han sufrido mis hermanas, algunas ya fallecidas. Se han ido con este inmenso dolor.
- Está bien, hermana, tranquila. Cuénteme de qué se trata para que yo me haga una idea.
- Padre, el origen de todo son los bienes económicos de la asociación que nos quieren expropiar, sin nuestro consentimiento además de nuestras casas. Le adjunto un documento donde lo explica todo.
- Leo el informe (que poseo y guardo) y me quedo espantado, si eso que cuenta es verdad– y parece que lo es- esto es un latrocinio en plena regla, además premeditado y programado con la connivencia de las autoridades eclesiásticas de esa venerable diócesis de Valencia.
- (Me adjunta la hermana una extensa carta donde me explica con pelos y señales la historia que ha vivido en su asociación a lo largo de los últimos años en su servicio carismático de atender la evangelización en las parroquia más necesitadas y ayudar a los sacerdotes en esa tarea. Estos mismos que ahora quieren intervenirles las cartillas de ahorro y quedarse con sus dineros y propiedades con la disculpa de que la congregación está en peligro de extinción y hay que intervernirla para evitar “problemas mayores.” Una disculpa de la que se han servido ya otras veces y en otros lugares, para reunir a las monjas mayores en otros monasterios y quedarse con los monasterios vacíos por ellos mismos. Se trata de “protegerlas”. En esta asociación, hoy sólo son dos religiosas y una joven novicia a la que los comisarios “no dejan profesar”. Esta congregación que es de derecho diocesano ha tenido que recurrir a Roma a la Congregación de vida consagrada y está esperando una respuesta. Se sienten desprotegidas de manera total y se ven empujadas a entrar en conflictos civiles, que es el único recurso ya que les queda y al que les obligan las circunstancias que les toca sufrir. (Después vendrán algunos diciendo que estas cosas hay que arreglarlas dentro de la iglesia para no dar que hablar, pero no se dan cuenta, o no quieren darse, de que ya las han puesto en entre la espada ya la pared sin posibilidad de elección)
Repaso los bienes en juego de los cuales la hermana me manda relación y ¡claro es un botín muy suculento y sabroso! Son al menos diez casas y algunas cuentas de ahorro que no están vacías.
Me manifiesta que ellos siempre han querido deshacer la asociación para quedarse con los bienes y que esto viene desde lejos porque algunas hermanas que ya han fallecido y se han ido “con este inmenso dolor”
Entre las casas que quieren apropiarse está aquella donde vivió y murió la Beata Josefa Naval, que compró el padre fundador y la convirtió después de arreglarla adecuadamente en la casa general fundacional, donde, por cierto se reciben importante donativos que las hermanas entregan a la parroquia y de los cuales tienen sus justificantes. Casas, dice la hermana, saneadas y cuidadas todas ellas. Hay algunas capillas, alguna “pinada” y una escuela infantil. En los estatutos de la congregación consta que cuando muera la última religiosa todos los bienes pasarán a la parroquia. Tal vez por eso a la novicia los comisarios designados no la dejan entrar. ¿O soy mal pensado? Lleva ya un año de noviciado y es una esperanza para la asociación. La hermana Rosa asegura que es una joven con vocación.
En varias ocasiones ha querido esta hermana hablar con el obispo al que ha pedido audiencia y no la ha recibido, es la secretaria quien le pasa las notas. El arzobispo ha nombrado dos “comisarios” para que hagan el trabajo con “legitimidad”. Les han intervenido ya tres cartillas bancarias, le han quitado la firma a la hermana que fue elegida, en el último capítulo, responsable de la congregación y algunos sacerdotes ya extienden la noticia de que la “hermana está loca” para justificar lo injustificable. Esto supone que le han “tomado” una cantidad que sobrepasa los 165.000 euros. Les devuelven los recibos domiciliados y ahora quieren investigar los saldos de la cuenta que hay en otro banco. Se lo exigen por burofax. Ya ha recibido tres burofax, pero nadie la ha llamado. Le dicen que la asociación ya ha sido extinguida para que la hermana “deje de dar guerra” pero no será así cuando le siguen mandando burofaxes advirtiéndole de que entregue esto y lo otros y les mande cuentas y… ¡control!
Es verdad que la situación de la Asociación en este momento es crítica, con solo dos hermanas y una posible novicia, pero una Asociación religiosa tiene derecho a morir, si es voluntad de Dios, de una manera digna y no con la amenaza encima de “los buitres sobre sus cuerpos malheridos”, como si fueran presas a punto de ser devoradas, una vez desaparecidas. Se puede y se debe dejar a la gente morir con dignidad.
Hay un interés muy grande en que nada se sepa para que todo quede en lo secreto pero ya hubo alguien que nos dijo que “Todo lo que hagamos en la oscuridad saldrá a la luz” y la hermana Rosa se ha propuesto que, si tiene que morir, quiere hacerlo a plena luz del día. Por eso le he recomendado una buena abogada, muy buena, para que lleve su caso. Y en ello está. Esperemos que en los próximos días vayamos teniendo más informaciones. Yo tengo muchas y las iré contando cuando sea necesario con tal de que se pueda evitarse esta actuación tan poco clara. Le insisten en que “acepte la voluntad de Dios” pero la hermana Rosa no tiene claro que sea ésa la voluntad de Dios sino más bien la voluntad de sus” servidores”
Parece, porque no todos están de acuerdo con lo que se está cociendo y lo cuentan, que hoy, jueves, hay una reunión en el obispado para abordar el tema.
Estamos ante un caso más de falta de ética y transparencia eclesial y de un pésimo ejemplo para el pueblo de Dios: El clericalismo. Ha dicho el papa es uno de los grandes males de la iglesia actual. Esperemos que la sangre no llegue al río pero el caso no augura nada bueno. Y si no, lo sabremos en los próximos meses. La hermana Rosa, responsable actual y legítima de la Asociación es luchadora, bien formada y con las ideas claras y llegará hasta donde pueda llegar o la dejen.
Mientras contestaba a unos correos electrónicos suena mi teléfono; miro el número del emisor y no lo conozco. Me apresuro a contestar.
- ¿Es usted el P. Alejandro?
- Sí, dígame.
- Soy la hermana Rosa.
- ¿En qué puedo servirla, hermana?
- Pues verá soy de la Asociación de mujeres católicas consagradas por votos. “Misioneras de la divina providencia, Auxiliares parroquiales”, fundadas en el año 1954 por El beato Bernardo Asensi Cubells, y me siento sometida a un abuso de poder por parte de unos sacerdotes y no sé a quién acudir. He visto sus escritos en defensa de las jerónimas de Palma y me he animado a llamarle; perdone si le molesto pero estoy muy desesperada y no sé a quién acudir; ya es una larga historia que han sufrido mis hermanas, algunas ya fallecidas. Se han ido con este inmenso dolor.
- Está bien, hermana, tranquila. Cuénteme de qué se trata para que yo me haga una idea.
- Padre, el origen de todo son los bienes económicos de la asociación que nos quieren expropiar, sin nuestro consentimiento además de nuestras casas. Le adjunto un documento donde lo explica todo.
- Leo el informe (que poseo y guardo) y me quedo espantado, si eso que cuenta es verdad– y parece que lo es- esto es un latrocinio en plena regla, además premeditado y programado con la connivencia de las autoridades eclesiásticas de esa venerable diócesis de Valencia.
- (Me adjunta la hermana una extensa carta donde me explica con pelos y señales la historia que ha vivido en su asociación a lo largo de los últimos años en su servicio carismático de atender la evangelización en las parroquia más necesitadas y ayudar a los sacerdotes en esa tarea. Estos mismos que ahora quieren intervenirles las cartillas de ahorro y quedarse con sus dineros y propiedades con la disculpa de que la congregación está en peligro de extinción y hay que intervernirla para evitar “problemas mayores.” Una disculpa de la que se han servido ya otras veces y en otros lugares, para reunir a las monjas mayores en otros monasterios y quedarse con los monasterios vacíos por ellos mismos. Se trata de “protegerlas”. En esta asociación, hoy sólo son dos religiosas y una joven novicia a la que los comisarios “no dejan profesar”. Esta congregación que es de derecho diocesano ha tenido que recurrir a Roma a la Congregación de vida consagrada y está esperando una respuesta. Se sienten desprotegidas de manera total y se ven empujadas a entrar en conflictos civiles, que es el único recurso ya que les queda y al que les obligan las circunstancias que les toca sufrir. (Después vendrán algunos diciendo que estas cosas hay que arreglarlas dentro de la iglesia para no dar que hablar, pero no se dan cuenta, o no quieren darse, de que ya las han puesto en entre la espada ya la pared sin posibilidad de elección)
Repaso los bienes en juego de los cuales la hermana me manda relación y ¡claro es un botín muy suculento y sabroso! Son al menos diez casas y algunas cuentas de ahorro que no están vacías.
Me manifiesta que ellos siempre han querido deshacer la asociación para quedarse con los bienes y que esto viene desde lejos porque algunas hermanas que ya han fallecido y se han ido “con este inmenso dolor”
Entre las casas que quieren apropiarse está aquella donde vivió y murió la Beata Josefa Naval, que compró el padre fundador y la convirtió después de arreglarla adecuadamente en la casa general fundacional, donde, por cierto se reciben importante donativos que las hermanas entregan a la parroquia y de los cuales tienen sus justificantes. Casas, dice la hermana, saneadas y cuidadas todas ellas. Hay algunas capillas, alguna “pinada” y una escuela infantil. En los estatutos de la congregación consta que cuando muera la última religiosa todos los bienes pasarán a la parroquia. Tal vez por eso a la novicia los comisarios designados no la dejan entrar. ¿O soy mal pensado? Lleva ya un año de noviciado y es una esperanza para la asociación. La hermana Rosa asegura que es una joven con vocación.
En varias ocasiones ha querido esta hermana hablar con el obispo al que ha pedido audiencia y no la ha recibido, es la secretaria quien le pasa las notas. El arzobispo ha nombrado dos “comisarios” para que hagan el trabajo con “legitimidad”. Les han intervenido ya tres cartillas bancarias, le han quitado la firma a la hermana que fue elegida, en el último capítulo, responsable de la congregación y algunos sacerdotes ya extienden la noticia de que la “hermana está loca” para justificar lo injustificable. Esto supone que le han “tomado” una cantidad que sobrepasa los 165.000 euros. Les devuelven los recibos domiciliados y ahora quieren investigar los saldos de la cuenta que hay en otro banco. Se lo exigen por burofax. Ya ha recibido tres burofax, pero nadie la ha llamado. Le dicen que la asociación ya ha sido extinguida para que la hermana “deje de dar guerra” pero no será así cuando le siguen mandando burofaxes advirtiéndole de que entregue esto y lo otros y les mande cuentas y… ¡control!
Es verdad que la situación de la Asociación en este momento es crítica, con solo dos hermanas y una posible novicia, pero una Asociación religiosa tiene derecho a morir, si es voluntad de Dios, de una manera digna y no con la amenaza encima de “los buitres sobre sus cuerpos malheridos”, como si fueran presas a punto de ser devoradas, una vez desaparecidas. Se puede y se debe dejar a la gente morir con dignidad.
Hay un interés muy grande en que nada se sepa para que todo quede en lo secreto pero ya hubo alguien que nos dijo que “Todo lo que hagamos en la oscuridad saldrá a la luz” y la hermana Rosa se ha propuesto que, si tiene que morir, quiere hacerlo a plena luz del día. Por eso le he recomendado una buena abogada, muy buena, para que lleve su caso. Y en ello está. Esperemos que en los próximos días vayamos teniendo más informaciones. Yo tengo muchas y las iré contando cuando sea necesario con tal de que se pueda evitarse esta actuación tan poco clara. Le insisten en que “acepte la voluntad de Dios” pero la hermana Rosa no tiene claro que sea ésa la voluntad de Dios sino más bien la voluntad de sus” servidores”
Parece, porque no todos están de acuerdo con lo que se está cociendo y lo cuentan, que hoy, jueves, hay una reunión en el obispado para abordar el tema.
Estamos ante un caso más de falta de ética y transparencia eclesial y de un pésimo ejemplo para el pueblo de Dios: El clericalismo. Ha dicho el papa es uno de los grandes males de la iglesia actual. Esperemos que la sangre no llegue al río pero el caso no augura nada bueno. Y si no, lo sabremos en los próximos meses. La hermana Rosa, responsable actual y legítima de la Asociación es luchadora, bien formada y con las ideas claras y llegará hasta donde pueda llegar o la dejen.