#adviento2024 Celebrando juntas la acción de Dios en nuestras vidas
| Luz Estela (Lucha) Castro
Como todas sabemos Lucas es conocido por su especial sensibilidad hacia las personas marginadas y oprimidas incluyendo mujeres, pobres y extranjeros. En el nuevo año litúrgico, que comienza con el Adviento, el Evangelio de Lucas se centra en la preparación para la venida de Cristo, poniendo en relieve temas de justicia, paz y la acción transformadora de Dios en el mundo.
Desde una clave feminista, el relato de Lucas en el Adviento exalta figuras femeninas fundamentales, como María y su prima Isabel, ambas pilares de fe y resistencia. María, una joven humilde, recibe el anuncio del ángel Gabriel de que será la madre del Mesías. Su “sí” ante una misión tan desafiante y radical es un acto de valentía y una afirmación de su agencia y autonomía. María, en el Magníficat (Lucas 1:46-55), canta una proclamación de justicia donde Dios derriba a los poderosos y exalta a los humildes, dando voz a los excluidos y marginados, y así presenta una visión del Reino de Dios en la que el poder y la opresión son reemplazados por la igualdad y la justicia.
Isabel, por su parte, muestra sororidad y validación a María en su embarazo, celebrando juntas la acción de Dios en sus vidas y la promesa de una transformación profunda para el mundo. Este encuentro entre ambas mujeres simboliza la sororidad como estrategia de la hermandad entre mujeres, una clave esencial del feminismo. En lugar de ser simplemente figuras pasivas, ambas mujeres participan activamente en la historia de la salvación, desafiando las normas de su época y revelando que la llegada del Reino de Dios implica una reconfiguración de las estructuras de poder, donde la voz y el rol de las mujeres son vitales.
Lucas, a través de estas figuras, nos invita en Adviento a preparar el corazón y a construir comunidades basadas en la justicia, en las que todas las personas, especialmente las mujeres y los oprimidos, son vistas y valoradas como protagonistas de la historia.