Así es como vivimos hoy día, permanentemente inmersos en esta explosión digital y con un mínimo tiempo para asumir todo el proceso. Lo que hoy es novedad, pasado mañana ya está en “de-modé”.
Los medios informativos, redes sociales etc, avanzan demasiado deprisa produciéndonos una gran saturación a la vez que provocándonos una mayor infelicidad y confusión.
Descubrimos atónitos el manejo de nuestros pequeños, nacidos dentro ya de esta marabunta y cuyos principales juegos han dejado de producirse en la calle para dar paso al sillón frente a una maquina y cuya única y casi exclusiva relación se centra en eso.
Este “querer saber más” lo que hace es conducirnos a una ansiedad a veces patológica de una búsqueda constante, de creer que sabemos de todo y somos doctores en todo, cuando en el fondo, no sabemos de nada provocando una sensación de angustia y vacío. Y como el pez que se muerde la cola ¿cuál es el remedio? Llenarla con más información…
Así somos los humanos, tan inteligentes para algunas cosas y tan simples para otras…