Todo llega y todo pasa...

Queridos amigos tenemos por delante un nuevo curso cargado de ilusiones, proyectos, fuerzas y ganas de seguir compartiendo.
Confío en que hayáis podido descansar y podamos volver a reencontrarnos.
Hoy lo haré con un pequeño pero sustancioso cuentecillo de Anthony de Mello a quien seguro todos conocéis:

Le decía un turista a su guía:
“Tiene usted razón para sentirse
Orgulloso de su ciudad.
Lo que me ha impresionado especialmente es
El número de Iglesias que tiene.
Seguramente la gente de aquí
Debe de amar mucho al Señor”.


“Bueno…”, replicó cínicamente el guía,
“Tal vez amen al Señor,
pero de lo que no hay duda es de que
se odian a muerte unos a otros”.


Cuando este llegó a mí, me hizo reflexionar porque no es un solo un pequeño cuento, sino una gran realidad.
De nada nos sirve ser fieles practicantes, si nuestro corazón y nuestras obras no van unidas.

¡Feliz comienzo de curso!
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