Un santo para cada día: 8 de mayo San Bonifacio: el Papa número 67
Se procedió por primera vez en la historia a reconvertir un templo pagano llamado Panteón, construido por Agripa en templo cristiano, con los permisos correspondientes del emperador Phocas , que habría de ser dedicado y consagrado a Virgen María
Bonifació fue un monje benedictino que llegó a ser el papa número 67 de la Iglesia católica hombre austero y generoso, que repartió sus bienes entre los pobres, haciendo honor a su nombre que significa benefactor, se distinguiría también por su esfuerzo en conseguir la unidad entre los cristianos en tiempos revueltos. Nació hacia el año 550 en Valeria localidad romana situada en la provincia de Cuenca (Hispania). Llamada así en honor de su fundador, Valerio Flaco, entre el 93 y 82 a. C. En esta misma ciudad había nacido su padre llamado Juan, que ejercía como médico. Desconocemos como trascurrió su infancia, lo que sí sabemos es que fue nombrado diácono en tiempos de Gregorio Magno, quien refiriéndose a él nos dice: que ejerció el encargo de dispensador lo que significaba que tenía que ocuparse de administrar los patrimonios.
De su generosidad da fe el hecho de que en su propia casa fundó un monasterio y su pronta disposición en tratar de remediar, dentro de sus posiblidades a los pobres y necesitados afectados por las catástrofes que sacudieron a Roma en forma de inundaciones y epidemias. Predestinado estaba para suceder a Bonifacio III en la sede de Roma, lo chocante del caso es que esto sucedira después de haber trascurrido nueve meses. ¿Que pudo haber pasado para tal tardanza? Seguramente existiría cierta pugna entre los distintos bandos, que no lograban ponerse de acuerdo, en cualquier caso el nombramiento de Bonifacio aunque tardío supuso un paso adelante en la reconciliación de los cristianos. Durante 7 años ocuparía Bonifacio la Silla Apostólica, coincidiendo con la aparición en escena de Mahoma, el profeta de Alá, elegido para extender por todo el mundo la religión islamica
Durante su poncificado se consiguieron algunos logros dignos de reseñar. Se procedió por primera vez en la historia a reconvertir un templo pagano llamado Panteón, construido por Agripa en templo cristiano, con los permisos correspondientes del emperador Phocas , que habría de ser dedicado y consagrado a Virgen María, bajo la advocación de Santa María de los Mártires, conociéndose vulgarmente como la Rotonda. Los turistas cuando contemplan éste espectacular monumento romano se preguntan, ¿cómo esta edificación ha llegado casi intacta hasta nuestros días? Y la respuesta es, que al ser reconvertido por Bonifacio IV en templo cristiano enel 608 d.C. ha venido utilizándose, lo que le ha puesto a salvo de graves deterioros. Phocas el emperador bizantino se lo había donado al papa y acabó transformándose en Iglesia, manteniéndose su uso ininterrumpido desde entonces. Del emperador Phocas habría de conseguir algo aún más importante, como fue que éste reconociera la sede de Roma como primado de las demás sedes episcopales
Otro hecho reseñable durante el pontificado de Bonifacio IV habría de ser la importantísima participación en la organización de la incipiente Iglesia de Inglaterra, a través del obispo Mellitus, primer obispo de Londres, quien actuó como intermediario de Roma para que el primer rey inglés acabara convertiendose al cristianismo, y los fieles juntamente con el clero tuvieran, a partir de entonces, la asistencia correspondiente en cuanto a instrucción y edificación espiritual, se refiere. Durante el tiempo que Mellitus estuvo en Roma llamado por el papa Bonifacio, se pudieron tratar cuestiones concerrnientes a la problemática de la iglesia inglesa. Pudo asistir también a un concilio sobre la vida y paz monástica de los monjes y a su regreso se llevó consigo documentos de particular interés para el rey, para el clero y en general para todos los fieles. En cuanto a las observancias, hay que decir que el espíritu pacífico y reconciliador no fue entendido por el santo y estricto monje Columbano, que se mostró duro con Bonifacio I, llegando a acusarle de hereje. En cualquier caso y a pesar de las dificultades se pudo superar la controversia doctrinal de los “Tres capítulos”. Lo más seguro es que este enfrentamiento tuviera su origen en una mala información del monje irlandés.
Digamos que al final la sangre no llegó al río y Bonifacio IV pudo morir en paz, en medio de un refugio lo más parecido a un monasterio en el año 615, siendo enterados sus restos en el pórtico de S. Pedro.
Reflexión desde el contexto actual
Desde la comprensión y tolerancia que nos permiten nuestros deberes y obligaciones, lo que S. Bonifacio viene a decirnos es que nos podemos equivocar cuando sentenciamos y emitimos juicios severos contar las personas, pero que nunca nos equivocamos cuando actuamos inspirados por la caridad y el amor.