"o creo que nadie quiera reprimir al otro y destruirlo" El arzobispo de Santiago de Cuba pide "respeto" y defender el "derecho a hablar del pobre"
"Y si vamos a defender algo, será el derecho de aquel que, siendo pobre, en el sentido ese de que no tiene poder, sin embargo, tiene derecho a hablar y a decirte las cosas. A ti, porque viene al Cobre y te las dice, y en la calle, y donde él esté porque es algo inherente al hombre"
"Te pedimos por todos los que se enzarzaron en la violencia. ¿Querían violencia? No sé. Pero cuando el hombre no pone el corazón en tus manos, la violencia está"
Julio Pernús corresponsal en República Dominicana
En un mensaje dirigido al pueblo de Cuba titulado: "Madre de la Caridad, Madre y Patrona de Cuba, Madre de todos los cubanos. " Mons. Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba, recoge varias de las realidades que padece la nación y las pone bajo el manto protector de la Virgen de la Caridad, patrona de la Isla.
En la misiva se puede leer: "Yo te pido Madre, que nos respetemos, que protejamos la vida de cada persona. Y si vamos a defender algo, será el derecho de aquel que, siendo pobre, en el sentido ese de que no tiene poder, sin embargo, tiene derecho a hablar y a decirte las cosas. A ti, porque viene al Cobre y te las dice, y en la calle, y donde él esté porque es algo inherente al hombre."
El documento que ha tenido gran aceptación entre los católicos de la Isla, recoge un llamado a la paz y la concordia entre los cubanos. Por eso continúa diciendo: "Te pedimos por todos los que se enzarzaron en la violencia. ¿Querían violencia? No sé. Pero cuando el hombre no pone el corazón en tus manos, la violencia está. Porque está el odio, y está la prepotencia y está la soberbia. No creo que nadie quiera reprimir al otro y destruirlo. No creo, una persona sana, no lo creo. Sin embargo, las circunstancias, el pecado del hombre nos impulsa."
Monseñor García Ibáñez enfatiza a la Virgen de la Caridad la necesidad de cambios al sostener: "Te pedimos para que haya cambios los cambios necesarios, los cambios que muchos esperamos, los cambios que dan esperanza, los cambios que los obispos hemos hablado en todas nuestras últimas cartas y comunicados. Hacen falta cambios, porque el pueblo sufre".
La carta tiene un pensamiento de cercanía con los jóvenes del país, los que participaron en las protestas de un lado y otro. Sobre todo con los que están presos y sus familias para que puedan ser puestos en libertad lo antes posible.