Hagan lo que ellos dicen pero no los imiten, ya que ellos enseñan y no cumplen.
Domingo Treinta y Uno. Año ordinario A. 05.11.2017.
Malaquías 1,14-2,2.8-10.
1Tesalonicenses 1,5;2,7-9.13.
Mateo 23,1-12.
Este domingo el Evangelio está dedicado al estilo evangélico que deben vivir y tener aquellas personas que tienen algo que ver con la dirección pastoral de la Iglesia, ya sea Universal, ya sea de una Diócesis, de una Comunidad parcial de la Iglesia, sea ésta una Parroquia, o una Capilla o Comunidad sectorial. Esto alcanza al Papa o a un Cardenal; a un Arzobispo o a un Obispo; a un Sacerdote o a una Religiosa; a un Diácono o a un Laico (a).
En la primera lectura, el profeta reprende a los malos sacerdotes. Aquellos que ya no se preocupan por la gloria de Dios y discriminan en su servicio al pueblo encomendado.
La acción pastoral debe tener en cuenta que los Agentes Pastorales son servidores de Dios en la comunidad. Por tanto, que quede claro, un Agente Pastoral está para servir y no ser servido: debe ser una imagen viva de Jesús.
El Agente Pastoral no debe buscar hacer carrera en la Iglesia, menos tratar de acaparar figuración y luchar por tener poder entre sus hermanos. A veces uno encuentra en algunas Comunidades muchos "jefes", que poco menos se ponen charreteras y que cargan sobre los hombros de sus hermanos cargas pesadas, que ellos ni siquiera las levantan con un dedo. Esa actitud, de hecho, aleja a la gente de la Iglesia, y se van diciendo: "aquí ponen muchas trabas, cargas y nos tratan como funcionarios a ellos, no nos tratan como discípulos de Jesús, o no ven, en nosotros, una atención al mismo Cristo".
En la segunda lectura, San Pablo se nos muestra como un buen modelo de responsable pastoral. Es un buen pastor, cariñoso y preocupado por su pueblo. Es pobre y un generoso desprendido. Nunca pretende ser un peso para sus hermanos. Predica sobre Jesús y no se predica a sí mismo:
"ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí".
En el Evangelio, Jesús critica los modos "doctorales" y "farisaicos" de los responsables pastorales. Jesús recalca las cualidades evangélicas que éstos deben tener.
Jesús con su Palabra nos hace sacar algunas conclusiones:
1. Un Agente pastoral mediocre debe corregirse de acuerdo al Evangelio. Pero no obstante su mediocridad, su doctrina entregada puede ser evangélica. Muchas veces la enseñanza de la Iglesia es mejor que sus ejemplos. Por eso Jesús dice:
"Hagan y observen todo lo que dicen, pero no sigan su ejemplo".
2. Los sacerdotes, también sus Agentes Pastorales laicos no non creíbles si no practican ellos mismos las exigencias evangélicas que piden o exigen a los demás. Deben ir por delante de los demás en el sacrificio de ellos mismos. Que nos quede muy claro la Palabra de Jesús:
"Exigen pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas".
3. El sacerdote y sus Agentes Pastorales Laicos (as) deben ser humildes y sencillos. No están para figurar ni para ser "centro" o "florero", ni menos para hacer carrera y ganar cuotas de poder. No estamos para lucirnos ni para subir a los primeros lugares ni en la vida de la Iglesia ni en la vida social.
4. Tanto el Sacerdote como la Religiosa y el Agente Laico (a), en su servicio pastoral, es llamado "padre", "madre" o "maestro". En este contexto pastoral no está mal, con tal que uno recuerde que Jesús es el único Maestro, y que Dios es la fuente de toda paternidad y maternidad; con tal que el Agente Pastoral sepa que él es también "hermano y amigo" de los demás y actúe como tal.
Al final de cuentas, Jesús nos recuerda hoy, que el servicio y la humanidad en nuestra pastoral y en el trato con los demás, son esenciales a la identidad del Agente Pastoral. Y repito, como decía anteriormente, esto corresponde serlo, desde el Papa, pasando por toda la Jerarquía, por los Sacerdotes, Religiosas y cualquier Laico (a) Agente Pastoral.
Epílogo.
Jesús no era de la tribu de Leví, de la que salían los sacerdotes y los encargados del culto. Tampoco pertenecía a una institución religiosa como la de los fariseos. Estaba de parte del pueblo y miraba cómo actuaban los jefes y la gente culta.
Jesús critica a los fariseos (Marcos.8,11). Sería más exacto decir que señala con anticipación a los responsables de su Iglesia los defectos en los que no deben caer, porque los defectos de los fariseos son comunes a las autoridades religiosas de todos los tiempos.
Los maestros de la Ley se hacen cargo de la doctrina de Moisés. El Evangelio dice en forma más precisa: "se sentaron en la cátedra de Moisés", o sea, que enseñan en su nombre. Esta fórmula es algo irónica, pues da a entender que los maestros de la Ley no recibieron de Dios directamente su autoridad, sino que se la tomaron. Mateo al recordar esta frase de Jesús, quiere mantener en la Iglesia una igualdad fundamental: la comunidad es la que goza de la presencia del Espíritu Santo y los responsables o "doctores" no tendrían autoridad si no estuvieran profundamente arraigados en esta vivencia fraternal.
"Hagan lo que dicen".
La mala conducta de los responsables no desacredita la palabra de Dios que ellos enseñan. Tampoco desvirtúa el principio de autoridad. Eso si que desacredita su pretensión de ser superiores a los demás.
"Todo lo hacen para aparentar ante los hombres".
Porque también el que enseña es hombre y pecador, y fácilmente puede correrse ante palabras de Dios que le exigen un cambio profundo. Entonces se fija más en las cosas puramente exteriores que son fáciles de cumplir cuando se tiene una vida tranquila, como puede ocurrir para algunos ministros de la religión. Así los fariseos estaban apegados al dinero, pero juzgaban duramente a la gente del pueblo que no conocía ni cumplía todas las observancias.
"No se dejen llamar maestros".
De hecho, lo que más importa no es el título que se da a los responsables.
Uno puede llamarse compañero o hermano y exigir una sumisión de conciencia que se debe sólo a Dios.
Los responsables de la Iglesia no hacen sino servir en nombre de Cristo.
Tienen autoridad como la tuvieron los apóstoles para mantener el depósito de la fe y apacentar el rebaño. Si Jesús pide escuchar a quienes eran sucesores de Moisés, con mayor razón hay que ponerle atención ahora a quienes son sucesores de los apóstoles. Estos no pueden renunciar a su autoridad bajo pretexto de servicio humilde, y hacerse los ejecutores de las voluntades de la mayoría, o bien consentir en todo pues su servicio está precisamente en presidir y mandar.
Sin embargo, la Iglesia debe ser una comunidad de hombres libres que se expresan con toda franqueza y tienen el derecho a criticar a los máximos dirigentes. Los responsables de la Iglesia no deben ocultar al único Padre, ni tampoco están dispensados de escuchar atentamente a sus hermanos, porque no tienen el monopolio del Espíritu". (Comentario de Biblia Latinoamericana).
Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+
Malaquías 1,14-2,2.8-10.
1Tesalonicenses 1,5;2,7-9.13.
Mateo 23,1-12.
Este domingo el Evangelio está dedicado al estilo evangélico que deben vivir y tener aquellas personas que tienen algo que ver con la dirección pastoral de la Iglesia, ya sea Universal, ya sea de una Diócesis, de una Comunidad parcial de la Iglesia, sea ésta una Parroquia, o una Capilla o Comunidad sectorial. Esto alcanza al Papa o a un Cardenal; a un Arzobispo o a un Obispo; a un Sacerdote o a una Religiosa; a un Diácono o a un Laico (a).
En la primera lectura, el profeta reprende a los malos sacerdotes. Aquellos que ya no se preocupan por la gloria de Dios y discriminan en su servicio al pueblo encomendado.
La acción pastoral debe tener en cuenta que los Agentes Pastorales son servidores de Dios en la comunidad. Por tanto, que quede claro, un Agente Pastoral está para servir y no ser servido: debe ser una imagen viva de Jesús.
El Agente Pastoral no debe buscar hacer carrera en la Iglesia, menos tratar de acaparar figuración y luchar por tener poder entre sus hermanos. A veces uno encuentra en algunas Comunidades muchos "jefes", que poco menos se ponen charreteras y que cargan sobre los hombros de sus hermanos cargas pesadas, que ellos ni siquiera las levantan con un dedo. Esa actitud, de hecho, aleja a la gente de la Iglesia, y se van diciendo: "aquí ponen muchas trabas, cargas y nos tratan como funcionarios a ellos, no nos tratan como discípulos de Jesús, o no ven, en nosotros, una atención al mismo Cristo".
En la segunda lectura, San Pablo se nos muestra como un buen modelo de responsable pastoral. Es un buen pastor, cariñoso y preocupado por su pueblo. Es pobre y un generoso desprendido. Nunca pretende ser un peso para sus hermanos. Predica sobre Jesús y no se predica a sí mismo:
"ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí".
En el Evangelio, Jesús critica los modos "doctorales" y "farisaicos" de los responsables pastorales. Jesús recalca las cualidades evangélicas que éstos deben tener.
Jesús con su Palabra nos hace sacar algunas conclusiones:
1. Un Agente pastoral mediocre debe corregirse de acuerdo al Evangelio. Pero no obstante su mediocridad, su doctrina entregada puede ser evangélica. Muchas veces la enseñanza de la Iglesia es mejor que sus ejemplos. Por eso Jesús dice:
"Hagan y observen todo lo que dicen, pero no sigan su ejemplo".
2. Los sacerdotes, también sus Agentes Pastorales laicos no non creíbles si no practican ellos mismos las exigencias evangélicas que piden o exigen a los demás. Deben ir por delante de los demás en el sacrificio de ellos mismos. Que nos quede muy claro la Palabra de Jesús:
"Exigen pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas".
3. El sacerdote y sus Agentes Pastorales Laicos (as) deben ser humildes y sencillos. No están para figurar ni para ser "centro" o "florero", ni menos para hacer carrera y ganar cuotas de poder. No estamos para lucirnos ni para subir a los primeros lugares ni en la vida de la Iglesia ni en la vida social.
4. Tanto el Sacerdote como la Religiosa y el Agente Laico (a), en su servicio pastoral, es llamado "padre", "madre" o "maestro". En este contexto pastoral no está mal, con tal que uno recuerde que Jesús es el único Maestro, y que Dios es la fuente de toda paternidad y maternidad; con tal que el Agente Pastoral sepa que él es también "hermano y amigo" de los demás y actúe como tal.
Al final de cuentas, Jesús nos recuerda hoy, que el servicio y la humanidad en nuestra pastoral y en el trato con los demás, son esenciales a la identidad del Agente Pastoral. Y repito, como decía anteriormente, esto corresponde serlo, desde el Papa, pasando por toda la Jerarquía, por los Sacerdotes, Religiosas y cualquier Laico (a) Agente Pastoral.
Epílogo.
Jesús no era de la tribu de Leví, de la que salían los sacerdotes y los encargados del culto. Tampoco pertenecía a una institución religiosa como la de los fariseos. Estaba de parte del pueblo y miraba cómo actuaban los jefes y la gente culta.
Jesús critica a los fariseos (Marcos.8,11). Sería más exacto decir que señala con anticipación a los responsables de su Iglesia los defectos en los que no deben caer, porque los defectos de los fariseos son comunes a las autoridades religiosas de todos los tiempos.
Los maestros de la Ley se hacen cargo de la doctrina de Moisés. El Evangelio dice en forma más precisa: "se sentaron en la cátedra de Moisés", o sea, que enseñan en su nombre. Esta fórmula es algo irónica, pues da a entender que los maestros de la Ley no recibieron de Dios directamente su autoridad, sino que se la tomaron. Mateo al recordar esta frase de Jesús, quiere mantener en la Iglesia una igualdad fundamental: la comunidad es la que goza de la presencia del Espíritu Santo y los responsables o "doctores" no tendrían autoridad si no estuvieran profundamente arraigados en esta vivencia fraternal.
"Hagan lo que dicen".
La mala conducta de los responsables no desacredita la palabra de Dios que ellos enseñan. Tampoco desvirtúa el principio de autoridad. Eso si que desacredita su pretensión de ser superiores a los demás.
"Todo lo hacen para aparentar ante los hombres".
Porque también el que enseña es hombre y pecador, y fácilmente puede correrse ante palabras de Dios que le exigen un cambio profundo. Entonces se fija más en las cosas puramente exteriores que son fáciles de cumplir cuando se tiene una vida tranquila, como puede ocurrir para algunos ministros de la religión. Así los fariseos estaban apegados al dinero, pero juzgaban duramente a la gente del pueblo que no conocía ni cumplía todas las observancias.
"No se dejen llamar maestros".
De hecho, lo que más importa no es el título que se da a los responsables.
Uno puede llamarse compañero o hermano y exigir una sumisión de conciencia que se debe sólo a Dios.
Los responsables de la Iglesia no hacen sino servir en nombre de Cristo.
Tienen autoridad como la tuvieron los apóstoles para mantener el depósito de la fe y apacentar el rebaño. Si Jesús pide escuchar a quienes eran sucesores de Moisés, con mayor razón hay que ponerle atención ahora a quienes son sucesores de los apóstoles. Estos no pueden renunciar a su autoridad bajo pretexto de servicio humilde, y hacerse los ejecutores de las voluntades de la mayoría, o bien consentir en todo pues su servicio está precisamente en presidir y mandar.
Sin embargo, la Iglesia debe ser una comunidad de hombres libres que se expresan con toda franqueza y tienen el derecho a criticar a los máximos dirigentes. Los responsables de la Iglesia no deben ocultar al único Padre, ni tampoco están dispensados de escuchar atentamente a sus hermanos, porque no tienen el monopolio del Espíritu". (Comentario de Biblia Latinoamericana).
Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+