LA IGLESIA; EL PUEBLO DE DIOS COMO TEMPLO.
DOMINGO TREINTA Y DOS AÑO ORDINARIO A: 09.11.2014.
DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA O TEMPLO DE LETRÁN:
(Juan 2, 13-25). (Mateo 21. 12-13). (Marcos 11,15-19). (Lucas 19, 45-47).
“Mi casa será casa de oración”. “Mi casa será llamada de oración para todas las naciones”. “Mi casa será casa de oración”. “Me devora el celo de tu Casa”.
“Jesús subió a Jerusalén. Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y también a los cambistas sentados detrás de las mesas. Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo con ovejas y bueyes y derribó las mesas desparramando el dinero por el suelo. Saquen eso de aquí y no hagan de la Casa de mi Padre un lugar de negocios”… “Ustedes la han convertido en refugio de ladrones”… “en cueva de ladrones".
“Los judíos intervinieron: ¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que haces?
Ellos contestaron: Ya demoraron cuarenta y seis en la construcción de este templo, ¿y tú piensas reconstruirlo en tres días?"
“Todos los días estaba en el Templo enseñando. Los Jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban como acabar con él, Lo mismo que las autoridades de los judíos”… se preguntaron cómo podrían deshacerse de él (matándolo). Porque le tenían miedo, ya que sus enseñanzas producían gran impacto en el pueblo…” “el pueblo entero lo escuchaba, pendiente de sus palabras”.
“En realidad, Jesús hablaba de ese otro templo que es su cuerpo.
Solamente cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron lo que él había dicho y creyeron tanto en la Escritura como en estas palabras de Jesús”.
De estas palabras y actitudes de Jesús: del Evangelio de hoy y de la Fiesta de Basílica de Letrán, les doy unos puntos para la reflexión, oración y acción concreta como discípulos de Jesús y de su Iglesia.
1.Basílica de Letrán.
‘La basílica romana del Laterano dedicada a Cristo y posteriormente a Juan Bautista y a Juan Evangelista es la catedral del Papa y la primera catedral del mundo. En este día todas las iglesias del rito romano celebramos el misterio de la única Iglesia de Cristo, el Pueblo de Dios.
La Iglesia es un edificio compacto, un edificio espiritual, construido por piedras vivas, que son los fieles convocados para ser un pueblo sacerdotal, ofreciendo, en el día a día de sus vidas, ofrendas agradables a Dios.
Celebrar este día, es unirse filialmente a la catedral del padre común, el Papa Francisco. Es también un domingo para acentuar y descubrir en nuestra vida comunitaria y fraterna, la catolicidad de nuestras acciones, no estamos solos, estamos con otros. Somos los adoradores en espíritu y en verdad, y nuestros “templos” se hacen signo de una Iglesia puesta en medio del mundo, para servir a nuestros hermanos los hombres y mujeres y alabar a nuestro Dios, que nos ama y nos salva’.
2.El Evangelio de hoy es de los “templos de Dios”.
‘Empieza con Jesús que da testimonio de su amor y respeto a la "Casa de Dios". Jesús no puede soportar que los “templos” sean usados por banqueros, mercaderes, etc.
Jesús, valiéndose de este suceso en el “templo”, nos trasmite lo que significa total y profundamente “ser templo de Dios”. En primer lugar Jesús declara “su humanidad como el definitivo templo de Dios”, signo y modelo de todos los “templos materiales”.
Si uno se sube al cerro cumbre de la ciudad podrá ver en medio de los barrios y poblaciones las torres y cúpulas de los “templos y capillas”: significan la presencia de Jesús en medio de su pueblo; signo y sacramento de Jesús Encarnado, formando en Él al Pueblo de Dios. Y con razón. Pues ¿qué es un “templo”? Es un lugar sagrado para adorar a Dios. Es un lugar que representa, como decía, la presencia de Dios entre la gente. Es un lugar donde Dios, de una manera particular, ofrece su gracia salvadora.
Es evidente que la humanidad de Dios es el Sacramento de Dios, Dios mismo habitando entre su gente. Jesús es la fuente de toda gracia salvadora en medio de nuestro mundo. Desde que Jesús vino, encarnándose como Verbo en medio de este mundo, “todos los templos e iglesias materiales lo representan a Él, en el don de su gracia”. Más aún como cristianos estamos identificados profundamente con Jesús: nos convertimos en parte de su “Cuerpo Místico”: somos el Pueblo de Dios y el “Templo de su Espíritu”.
Por lo tanto por el bautismo cada uno y nosotros todos nos convertimos en “templos de Dios y casas o mansiones de su Espíritu”.
En San Pablo se nos repite mucho esta verdad de nuestra fe. Continuamente escribe a los cristianos que somos el “Templo del Espíritu Santo” y “Miembros de Cristo”. Y después del Vaticano II se nos dice que somos “El Pueblo de Dios”. Y esto personal y comunitariamente.
Debemos vivir y actuar de acuerdo a esta realidad de nuestra fe y condición. Es una verdad de nuestra fe en todos y cada uno de nosotros y en nuestras vidas y en la de cada uno (“Somos, cada uno, y todos piedras vivas del Templo”). Esto nos exige luchar para reformar y cambiar nuestras vidas personales y comunitarias, en nuestro peregrinar en este mundo terreno y en medio de hombres y mujeres del mundo actual’.
Podríamos preguntarnos:
¿Veo yo a las demás personas como templo de Dios?
¿De qué manera mi actitud hacia la vida de mi cuerpo humano y de los cuerpos humanos de los otros no está de acuerdo con el hecho de ser templo de Dios?
¿Las palabras, de sacerdotes en medios de comunicaciones, sobrepasando y contrariando la Biblia y el Magisterio Eclesial Actual, ellas son propias de “piedras vivas del Templo de Dios” y de la Comunión Eclesial? ¿No habría sido mejor hablar primero con su Pastor?
¿En vez de acusar a estos sacerdotes a la Curia Vaticana, no habría sido mejor que el Nuncio hablara primero con ellos, y en ese diálogo llegar a una comunión eclesial?
¿Y algunos laicos (no todos de Iglesia) que defendían a sacerdotes en “Carta Abierta al Papa”, pidiéndole un Visitador a su Iglesia y a su Obispo, no se dieron cuenta que más que defender a sacerdotes, estaban apoyando dichos contrarios al actual Magisterio, y que criticaban negativamente al Obispo y su Iglesia en esa Carta?
¿No habría sido mejor que tantos acusadores de sacerdotes y acusadores de su Obispo y de su Iglesia, hubieran dialogado con Autoridad Eclesiástica Local para, en comunión eclesial, construir el verdadero Templo de Dios?
2.La expulsión del templo.La violencia santa de Jesús.
‘Hay gente en América Latina que se ha sentido interpretada por este gesto de Jesús de la “expulsión del templo”. Se podría decir de esta gente que están descubriendo a Cristo y sintiéndose más cercano a Él. Aparecen como menos religiosos, porque practican menos pero sienten de un modo particular, una verdadera atracción por la persona de Jesús, Y les llama particularmente la atención este Jesús violento del Evangelio de este domingo, que expulsa a los mercaderes con látigo en sus manos, y vuelca las mesas de los cambistas.
Sabemos que no podemos absolutamente apoyar con este Evangelio de hoy la defensa de la guerra o de la violencia; sería parcelar y deformar el Evangelio. Pero es verdad que este Jesús enérgico que se nos presenta hoy, sin términos medios, gusta especialmente a los jóvenes, y debemos hacérselo ver así, en toda su auténtica verdad.
Los jóvenes en su radicalismo juvenil, nos enseñan que Jesús no vino a construir templos, ni a hacer prédicas difíciles, sino a hacer la fraternidad entre los humanos. Esto también nos lo enseñan los pobres, porque en su nivel no se hacen discursos alambicados y complicados. Para ellos los problemas son concretos y esenciales. Esto les hace sentir que el verdadero centro es Jesús que viene a hacer una comunidad y fraternidad entre ellos.
Los jóvenes, los estudiantes y los pobres están cansados y desconfiados, ven la incapacidad de los adultos, especialmente de los políticos y de varios sacerdotes para realizar y concretar la fraternidad, la igualdad y la justicia entre los hombres y mujeres de nuestro país y sociedad. Quieren vivir en un mundo mejor, pero como les decía antes, desconfían de quienes tienen la responsabilidad de decidir acerca de la marcha del país y de la sociedad en que viven, también de la Iglesia.
Sus movilizaciones y marchas de protesta hacen incomodarse y dan fastidio porque no pueden hacer menos que acusar con su misma presencia, a los adultos, a aquellos que tienen puestos de mando en la política y en la marcha de Instituciones. Pero al mismo tiempo, para hacer un mundo más justo y más humano se encuentran con la dureza de la historia y de una realidad establecida.
3.Nosotros, discípulos de Cristo, deberíamos meditar esta acción de Jesús en Evangelio de hoy.
Jesús denuncia a los cambistas, los mercaderes, a aquellos que se aprovechan directamente; pero también igualmente a los responsables del
“templo”, los sacerdotes, pues ellos han dado el permiso, para colocar esas bancas de negocio en el “templo”. Y para dar el permiso han recibido seguramente alguna propina.
Muchos de nosotros, con los jóvenes y los pobres, quisiéramos hacer un poco de limpieza, no de forma violenta y no rupturista, sino volviendo a la autenticidad del Evangelio, pero nos vemos a menudo incomprendidos. Tenemos que animarnos diciendo que las incomprensiones están previstas. El que quiere seguir el Evangelio será mal comprendido.
4.Final.
El final del Evangelio es un poco de pena pero es muy educador: “Jesús se quedó en Jerusalén durante la fiesta de Pascua, y muchos creyeron en él al ver las señales milagrosas que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que alguien le informara de los otros, porque él sabía lo que hay en el hombre”.
La dificultad de los jóvenes, estudiantes y de los pobres está ahí. Deben elegir una ideología, un programa, un líder, si quieren trabajar por una sociedad mejor, fraterna y justa. Por otra parte, deben estar atentos a no dejarse instrumentalizar y a no llegar a ser como aquellas personas: líderes y políticos de los cuales ya estaban desconfiados y cansados. Porque no vale la pena haber vivido como hombres y mujeres: pobres y jóvenes llenos de ideales y de compromiso para llegar, en cuanto se sube a los niveles de mando, a olvidar a los mismos jóvenes y pobres, y mantener las cosas como están.
El Jesús del Evangelio de este domingo nos ayuda a permanecer en las Bienaventuranzas:
“Felices los que tienen espíritu de pobres… Felices los que tienen hambre y sed de justicia… Felices los que trabajan por la paz…”.
Además hay jóvenes viejos de espíritu y adultos, incluso mayores, jóvenes de espíritu. Jesús nos ayuda a distinguir entre unos y otros con su Evangelio. Amén.
Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+
P. S. Escrito con cariño, comprensión y apoyo al Templo de Dios: Arquidiócesis de Santiago:Laicos, Agentes Pastorales; sacerdotes, religiosos y religiosas; y al Sr. Arzobispo y Cardenal Ricardo Ezzati Andrello.
Algunas citas acerca de los jóvenes en Puebla.
"La juventud camina, aún sin darse cuenta, al encuentro de un Mesías, Cristo, quien camina hacia los jóvenes (Cfr. Pablo VI). Sólo Él hace verdaderamente libre al joven. Este es el Cristo que debe ser presentado a los jóvenes como liberador integral (Cfr. Gál.5, 1.13; 4, 26.31; 1 Cor. 7, 22; 2 Cor. 3, 17): quien por el espíritu de las Bienaventuranzas ofrece a todo joven la inserción en un proceso de conversión constante; comprende sus debilidades y le ofrece un encuentro muy personal con Él y la Comunidad, en los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía. El joven debe experimentar a Cristo como amigo personal que no falla nunca, camino de total realización. Con Él y por la ley del amor, camina al Padre común y a los hermanos. Así se siente verdaderamente feliz". (Puebla 1183).
"Los jóvenes deben sentir que son Iglesia, experimentándola como lugar de comunión y participación. Por eso, la Iglesia acepta sus críticas,porque se sabe limitada en sus miembros y los hace gradualmente responsables en su construcción hasta su envío como testigos y misioneros, especialmente a la gran masa juvenil. En ella los jóvenes se sienten pueblo nuevo; el de las Bienaventuranzas, sin otra seguridad que Cristo; un pueblo con corazón de pobre, contemplativo, en actitud de escuchar y de discernir evangélicamente, constructor de paz, portador de alegría y de un proyecto liberador integral en favor, sobre todo, de sus hermanos jóvenes. La Virgen Madre, bondadosa, la creyente fiel, educa al joven para ser Iglesia". (Puebla 1184).
"Lo que más desorienta al joven es la amenaza a su exigencia de autenticidad por el ambiente adulto en gran parte incoherente y manipulador y por el conflicto generacional, la civilización de consumo, una cierta pedagogía del instinto, la droga, el sexualismo, la tentación de ateísmo". (Puebla 1171).
"Por otra parte, es indudable que hay jóvenes que se han visto defraudados por la falta de autenticidad de algunos de sus líderes o se han sentido hastiados por una civilización de consumo. Otros, en cambio, como respuesta a las múltiples formas de egoísmo, desean construir un mundo de paz, justicia y amor. Finalmente, comprobamos que no pocos han encontrado la alegría de la entrega a Cristo, no obstante las variadas y duras exigencias de su cruz". (Puebla 1177).
DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA O TEMPLO DE LETRÁN:
(Juan 2, 13-25). (Mateo 21. 12-13). (Marcos 11,15-19). (Lucas 19, 45-47).
“Mi casa será casa de oración”. “Mi casa será llamada de oración para todas las naciones”. “Mi casa será casa de oración”. “Me devora el celo de tu Casa”.
“Jesús subió a Jerusalén. Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y también a los cambistas sentados detrás de las mesas. Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo con ovejas y bueyes y derribó las mesas desparramando el dinero por el suelo. Saquen eso de aquí y no hagan de la Casa de mi Padre un lugar de negocios”… “Ustedes la han convertido en refugio de ladrones”… “en cueva de ladrones".
“Los judíos intervinieron: ¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que haces?
Ellos contestaron: Ya demoraron cuarenta y seis en la construcción de este templo, ¿y tú piensas reconstruirlo en tres días?"
“Todos los días estaba en el Templo enseñando. Los Jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban como acabar con él, Lo mismo que las autoridades de los judíos”… se preguntaron cómo podrían deshacerse de él (matándolo). Porque le tenían miedo, ya que sus enseñanzas producían gran impacto en el pueblo…” “el pueblo entero lo escuchaba, pendiente de sus palabras”.
“En realidad, Jesús hablaba de ese otro templo que es su cuerpo.
Solamente cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron lo que él había dicho y creyeron tanto en la Escritura como en estas palabras de Jesús”.
De estas palabras y actitudes de Jesús: del Evangelio de hoy y de la Fiesta de Basílica de Letrán, les doy unos puntos para la reflexión, oración y acción concreta como discípulos de Jesús y de su Iglesia.
1.Basílica de Letrán.
‘La basílica romana del Laterano dedicada a Cristo y posteriormente a Juan Bautista y a Juan Evangelista es la catedral del Papa y la primera catedral del mundo. En este día todas las iglesias del rito romano celebramos el misterio de la única Iglesia de Cristo, el Pueblo de Dios.
La Iglesia es un edificio compacto, un edificio espiritual, construido por piedras vivas, que son los fieles convocados para ser un pueblo sacerdotal, ofreciendo, en el día a día de sus vidas, ofrendas agradables a Dios.
Celebrar este día, es unirse filialmente a la catedral del padre común, el Papa Francisco. Es también un domingo para acentuar y descubrir en nuestra vida comunitaria y fraterna, la catolicidad de nuestras acciones, no estamos solos, estamos con otros. Somos los adoradores en espíritu y en verdad, y nuestros “templos” se hacen signo de una Iglesia puesta en medio del mundo, para servir a nuestros hermanos los hombres y mujeres y alabar a nuestro Dios, que nos ama y nos salva’.
2.El Evangelio de hoy es de los “templos de Dios”.
‘Empieza con Jesús que da testimonio de su amor y respeto a la "Casa de Dios". Jesús no puede soportar que los “templos” sean usados por banqueros, mercaderes, etc.
Jesús, valiéndose de este suceso en el “templo”, nos trasmite lo que significa total y profundamente “ser templo de Dios”. En primer lugar Jesús declara “su humanidad como el definitivo templo de Dios”, signo y modelo de todos los “templos materiales”.
Si uno se sube al cerro cumbre de la ciudad podrá ver en medio de los barrios y poblaciones las torres y cúpulas de los “templos y capillas”: significan la presencia de Jesús en medio de su pueblo; signo y sacramento de Jesús Encarnado, formando en Él al Pueblo de Dios. Y con razón. Pues ¿qué es un “templo”? Es un lugar sagrado para adorar a Dios. Es un lugar que representa, como decía, la presencia de Dios entre la gente. Es un lugar donde Dios, de una manera particular, ofrece su gracia salvadora.
Es evidente que la humanidad de Dios es el Sacramento de Dios, Dios mismo habitando entre su gente. Jesús es la fuente de toda gracia salvadora en medio de nuestro mundo. Desde que Jesús vino, encarnándose como Verbo en medio de este mundo, “todos los templos e iglesias materiales lo representan a Él, en el don de su gracia”. Más aún como cristianos estamos identificados profundamente con Jesús: nos convertimos en parte de su “Cuerpo Místico”: somos el Pueblo de Dios y el “Templo de su Espíritu”.
Por lo tanto por el bautismo cada uno y nosotros todos nos convertimos en “templos de Dios y casas o mansiones de su Espíritu”.
En San Pablo se nos repite mucho esta verdad de nuestra fe. Continuamente escribe a los cristianos que somos el “Templo del Espíritu Santo” y “Miembros de Cristo”. Y después del Vaticano II se nos dice que somos “El Pueblo de Dios”. Y esto personal y comunitariamente.
Debemos vivir y actuar de acuerdo a esta realidad de nuestra fe y condición. Es una verdad de nuestra fe en todos y cada uno de nosotros y en nuestras vidas y en la de cada uno (“Somos, cada uno, y todos piedras vivas del Templo”). Esto nos exige luchar para reformar y cambiar nuestras vidas personales y comunitarias, en nuestro peregrinar en este mundo terreno y en medio de hombres y mujeres del mundo actual’.
Podríamos preguntarnos:
¿Veo yo a las demás personas como templo de Dios?
¿De qué manera mi actitud hacia la vida de mi cuerpo humano y de los cuerpos humanos de los otros no está de acuerdo con el hecho de ser templo de Dios?
¿Las palabras, de sacerdotes en medios de comunicaciones, sobrepasando y contrariando la Biblia y el Magisterio Eclesial Actual, ellas son propias de “piedras vivas del Templo de Dios” y de la Comunión Eclesial? ¿No habría sido mejor hablar primero con su Pastor?
¿En vez de acusar a estos sacerdotes a la Curia Vaticana, no habría sido mejor que el Nuncio hablara primero con ellos, y en ese diálogo llegar a una comunión eclesial?
¿Y algunos laicos (no todos de Iglesia) que defendían a sacerdotes en “Carta Abierta al Papa”, pidiéndole un Visitador a su Iglesia y a su Obispo, no se dieron cuenta que más que defender a sacerdotes, estaban apoyando dichos contrarios al actual Magisterio, y que criticaban negativamente al Obispo y su Iglesia en esa Carta?
¿No habría sido mejor que tantos acusadores de sacerdotes y acusadores de su Obispo y de su Iglesia, hubieran dialogado con Autoridad Eclesiástica Local para, en comunión eclesial, construir el verdadero Templo de Dios?
2.La expulsión del templo.La violencia santa de Jesús.
‘Hay gente en América Latina que se ha sentido interpretada por este gesto de Jesús de la “expulsión del templo”. Se podría decir de esta gente que están descubriendo a Cristo y sintiéndose más cercano a Él. Aparecen como menos religiosos, porque practican menos pero sienten de un modo particular, una verdadera atracción por la persona de Jesús, Y les llama particularmente la atención este Jesús violento del Evangelio de este domingo, que expulsa a los mercaderes con látigo en sus manos, y vuelca las mesas de los cambistas.
Sabemos que no podemos absolutamente apoyar con este Evangelio de hoy la defensa de la guerra o de la violencia; sería parcelar y deformar el Evangelio. Pero es verdad que este Jesús enérgico que se nos presenta hoy, sin términos medios, gusta especialmente a los jóvenes, y debemos hacérselo ver así, en toda su auténtica verdad.
Los jóvenes en su radicalismo juvenil, nos enseñan que Jesús no vino a construir templos, ni a hacer prédicas difíciles, sino a hacer la fraternidad entre los humanos. Esto también nos lo enseñan los pobres, porque en su nivel no se hacen discursos alambicados y complicados. Para ellos los problemas son concretos y esenciales. Esto les hace sentir que el verdadero centro es Jesús que viene a hacer una comunidad y fraternidad entre ellos.
Los jóvenes, los estudiantes y los pobres están cansados y desconfiados, ven la incapacidad de los adultos, especialmente de los políticos y de varios sacerdotes para realizar y concretar la fraternidad, la igualdad y la justicia entre los hombres y mujeres de nuestro país y sociedad. Quieren vivir en un mundo mejor, pero como les decía antes, desconfían de quienes tienen la responsabilidad de decidir acerca de la marcha del país y de la sociedad en que viven, también de la Iglesia.
Sus movilizaciones y marchas de protesta hacen incomodarse y dan fastidio porque no pueden hacer menos que acusar con su misma presencia, a los adultos, a aquellos que tienen puestos de mando en la política y en la marcha de Instituciones. Pero al mismo tiempo, para hacer un mundo más justo y más humano se encuentran con la dureza de la historia y de una realidad establecida.
3.Nosotros, discípulos de Cristo, deberíamos meditar esta acción de Jesús en Evangelio de hoy.
Jesús denuncia a los cambistas, los mercaderes, a aquellos que se aprovechan directamente; pero también igualmente a los responsables del
“templo”, los sacerdotes, pues ellos han dado el permiso, para colocar esas bancas de negocio en el “templo”. Y para dar el permiso han recibido seguramente alguna propina.
Muchos de nosotros, con los jóvenes y los pobres, quisiéramos hacer un poco de limpieza, no de forma violenta y no rupturista, sino volviendo a la autenticidad del Evangelio, pero nos vemos a menudo incomprendidos. Tenemos que animarnos diciendo que las incomprensiones están previstas. El que quiere seguir el Evangelio será mal comprendido.
4.Final.
El final del Evangelio es un poco de pena pero es muy educador: “Jesús se quedó en Jerusalén durante la fiesta de Pascua, y muchos creyeron en él al ver las señales milagrosas que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que alguien le informara de los otros, porque él sabía lo que hay en el hombre”.
La dificultad de los jóvenes, estudiantes y de los pobres está ahí. Deben elegir una ideología, un programa, un líder, si quieren trabajar por una sociedad mejor, fraterna y justa. Por otra parte, deben estar atentos a no dejarse instrumentalizar y a no llegar a ser como aquellas personas: líderes y políticos de los cuales ya estaban desconfiados y cansados. Porque no vale la pena haber vivido como hombres y mujeres: pobres y jóvenes llenos de ideales y de compromiso para llegar, en cuanto se sube a los niveles de mando, a olvidar a los mismos jóvenes y pobres, y mantener las cosas como están.
El Jesús del Evangelio de este domingo nos ayuda a permanecer en las Bienaventuranzas:
“Felices los que tienen espíritu de pobres… Felices los que tienen hambre y sed de justicia… Felices los que trabajan por la paz…”.
Además hay jóvenes viejos de espíritu y adultos, incluso mayores, jóvenes de espíritu. Jesús nos ayuda a distinguir entre unos y otros con su Evangelio. Amén.
Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+
P. S. Escrito con cariño, comprensión y apoyo al Templo de Dios: Arquidiócesis de Santiago:Laicos, Agentes Pastorales; sacerdotes, religiosos y religiosas; y al Sr. Arzobispo y Cardenal Ricardo Ezzati Andrello.
Algunas citas acerca de los jóvenes en Puebla.
"La juventud camina, aún sin darse cuenta, al encuentro de un Mesías, Cristo, quien camina hacia los jóvenes (Cfr. Pablo VI). Sólo Él hace verdaderamente libre al joven. Este es el Cristo que debe ser presentado a los jóvenes como liberador integral (Cfr. Gál.5, 1.13; 4, 26.31; 1 Cor. 7, 22; 2 Cor. 3, 17): quien por el espíritu de las Bienaventuranzas ofrece a todo joven la inserción en un proceso de conversión constante; comprende sus debilidades y le ofrece un encuentro muy personal con Él y la Comunidad, en los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía. El joven debe experimentar a Cristo como amigo personal que no falla nunca, camino de total realización. Con Él y por la ley del amor, camina al Padre común y a los hermanos. Así se siente verdaderamente feliz". (Puebla 1183).
"Los jóvenes deben sentir que son Iglesia, experimentándola como lugar de comunión y participación. Por eso, la Iglesia acepta sus críticas,porque se sabe limitada en sus miembros y los hace gradualmente responsables en su construcción hasta su envío como testigos y misioneros, especialmente a la gran masa juvenil. En ella los jóvenes se sienten pueblo nuevo; el de las Bienaventuranzas, sin otra seguridad que Cristo; un pueblo con corazón de pobre, contemplativo, en actitud de escuchar y de discernir evangélicamente, constructor de paz, portador de alegría y de un proyecto liberador integral en favor, sobre todo, de sus hermanos jóvenes. La Virgen Madre, bondadosa, la creyente fiel, educa al joven para ser Iglesia". (Puebla 1184).
"Lo que más desorienta al joven es la amenaza a su exigencia de autenticidad por el ambiente adulto en gran parte incoherente y manipulador y por el conflicto generacional, la civilización de consumo, una cierta pedagogía del instinto, la droga, el sexualismo, la tentación de ateísmo". (Puebla 1171).
"Por otra parte, es indudable que hay jóvenes que se han visto defraudados por la falta de autenticidad de algunos de sus líderes o se han sentido hastiados por una civilización de consumo. Otros, en cambio, como respuesta a las múltiples formas de egoísmo, desean construir un mundo de paz, justicia y amor. Finalmente, comprobamos que no pocos han encontrado la alegría de la entrega a Cristo, no obstante las variadas y duras exigencias de su cruz". (Puebla 1177).