Jesús, la Luz, disipa la ceguera.
Cuarto Domingo de Cuaresma Año A. 30.03.2014.
1 Samuel 16,1.6-7.10-13.
Efesios 5,8-14.
Juan 9,1-41.
El domingo reciente pasado, el tema fue Jesús, gracia salvadora, como agua viva para la mujer samaritana; hoy, la gracia salvadora de Jesús está presentada como luz que disipa la ceguera de un ciego de nacimiento, también como símbolo de Jesús que disipa, como Luz del mundo, la "ceguera" del pecado, de nuestras tinieblas de nuestros errores y maldades tanto personales como sociales.
En la primera lectura se nos muestra paradojalmente que "ver" las apariencias, "ver" la cara y no "ver" como Dios, quien mira el corazón, es un tipo de "ceguera".
Dios ilumina con su luz a Samuel para "ver" bien y eligir bien a David, como escogido de Dios; lo elige como rey de Israel; Samuel iluminado por el Espíritu es capaz de "ver" bien y tomar una buena decisión.David era el más pequeño de los hijos de Jesé. Samuel, en primera instancia se deja impresionar por lo externo de los hijos de Jesé; "vio" a Eliab, el mayor, "miró" su apariencia y su estatura, pero Dios lo ilumina y le hace "ver": "No mires su apariencia ni su estatura, porque lo he descartado. Pues el hombre mira las apariencias, pero Yavé mira el corazón". (cfr.6,7).Pasaron siete hijos de Jesé, pero: "A ninguno de éstos ha elegido Yavé" (6,10). "Preguntó, pues, Samuel a Jesé: ¿Están aquí todos tus hijos? Él contestó: Falta el más pequeño que está cuidando las ovejas". Era el más pequeño, parecía el de menos importancia. Así es el "ver" y "mirar" de muchos: paradojalmente "ven pero no ven": son "ciegos" para Dios.
El hombre ve la cara, Dios ve el corazón.
En el adolescente David no se han manifestado todavía las cualidades, la inteligencia y la valentía que demostrará más tarde como jefe y rey. Dios, sin embargo, conoce al que eligió. Dios para llevar a cabo su obra, no escoge a los que aparentan más: "Dios ha escogido a los que en el mundo no tienen importancia y son despreciados... de modo que nadie puede sentirse orgulloso delante de Dios" ( cfr. 1Cor.1, 28).
Entonces, la Luz, íluminó a Samuel a "ver" bien: disipa su "ceguera".
En cualquier grupo humano, muchas veces, se "ve" con "ceguera", y no se descubren ni se "ven" los valores profundos de cada uno. La mirada ("ciega") se deja influenciar por las apariencias y no por el corazón.
Una recomendación con cariño para la jerarquía de mi Iglesia:
'Es de mucha importancia para la Iglesia el que sus responsables sepan "ver" el corazón de los que se reúnen en ella, tanto de los que callan como los que demuestran mucho celo. Hay que tener presente, que no faltará mucho tiempo para que se encuentren las personas necesarias para animar la comunidad,descartando a los ambiciosos. ¡Mirar el corazón humano, según la Luz y el Corazón de Cristo! La Luz, Cristo, disipa también la "ceguera" eclesial.
En la segunda lectura bíblica de esta domínica cuaresmal:
"Tú que duermes despiértate,
levántate de entre los muertos,
y la luz de Cristo
brillará sobre tí" (Efesios 5,14).
En Efesios leído este domingo, se indican algunos elementos de la nueva manera de vivir, de manera más de "visión" y no de ciegos; tenemos a Cristo, Luz del mundo, como modelo, que se entregó por amor a nosotros, como camino, luz y vida. Él es el que nos disipa de nuestra "ceguera".
Huir de todo lo que da vergüenza y se hace sólo amparo de la oscuridad y "ceguera". Más bien, tener conciencia de la luz que nos fue dada e irradiarla uno mismo por sus hechos y comportamientos. Es cierto, que en "otro tiempo... eran tinieblas, pero al presente son luz en el Señor. Pórtense como como hijos de la luz, los frutos de la luz son la bondad, la justicia y la verdad bajo todas sus formas". (cfr. 5,8-9). "Sepan hallar lo que le agrada al Señor, y no tomen parte en las obras estériles de las tinieblas; al contrario denúncienlas. Es cierto que da vergüenza incluso decir lo que esa gente hace a escondidas, pero, en cuanto es denunciado por la luz, todo se aclara. Más aún, lo que se aclara llega a ser luz". (cfr. 5,10-13).
Entonces, Cristo será nuestra luz en este camino cuaresmal vía nuestra pascua Personal y social. Nos hará morir a nuestra "ceguera" y nos hará "ver" el camino de la luz que nos hará "ver" y caminar por el camino del Evangelio. Sí. La cuaresma es una exigencia a luchar contra las formas de tinieblas y oscuridades que aún se aferran a nosotros y al mundo, a fin de prepararnos para el don pascual de la "visión y de la luz".
Ahora bien, en Evangelio de hoy, se nos presenta la curación de un ciego de nacimiento. Esta curación de Jesús, podemos tomarla, como una parábola de nuestra propia sanación de la "ceguera" espiritual, de las "cegueras" del corazón, por obra de Jesús, Luz, que disipa toda "ceguera". Sí. Porque la "ceguera" del espíritu es también un mal: es una incapacidad de "ver". Hay un llamado a la conversión: la conversión es un "ver", un pasar de la ceguera a la visión.
Podemos, todos, caminando en esta cuaresma, pasar de nuestra "ceguera", pasando a la luz de Cristo que nos hace "ver": disipando nuestra "ceguera".
Se hace indispensable en nuestra vida cristiana hacer una profundización acerca de la conversión: de ese paso de "ceguera" a "visión".
Hay muchos que somos egoístas. Pensamos sólo en nosotros mismos; algunos se "ven ciegamente", haciéndose como el centro del mundo, "mirando" que todos los demás están para servirlos, incluso, para servirse de ellos. Es una "ceguera" que no "ve" al hombre o mujer como prójimo. Es la "ceguera" y "sordera" de los que no "ven" y no escuchan el clamor de los pobres. Y para ser más "ciego" todavía, esconden la pobreza, Ya les he hablado de la pobreza y miseria escondida en Bajos de Mena de Puente Alto. También la esconden, usando otro enajenado lenguaje. Por ejemplo en Chile: un día el dictador dijo: 'Ya no hay "obreros", ahora todos somos "trabajadores"; y yo soy el primer trabajador de Chile'. Desde ese momento, como decía, en forma enajenada, los chilenos empezaron a hablar de trabajadores solamente, incluso la Vicaría y la Pastoral Obrera pasaron a llamarse: Vicaría y Pastoral de los trabajadores. La "ceguera" egoísta no reconoce el dato sociológico, y el hecho, real, de una clase obrera y de una lucha de clases evidente. Muchos son trabajadores, pero no todos son obreros explotados, por los muchos que se dicen trabajadores. Otro ejemplo: no hay "pobres", sólo hay "vulnerables". Y enajenadamente esto se ha impuesto en el lenguaje de los interesados y desprestigiados políticos actuales, incluso en periodistas, que machacan todo el día, por los distintos Medios de comunicación, la palabra "vulnerable", que esconde, en muchos, sin conciencia, la pobreza y la miseria. Sí. Todos somos "vulnerables" pero no todos somos "pobres", oprimidos,marginados y excluídos, sin canales verdaderos de participación democrática.
A diario me encuentro con mis hermanos más pobres, y los encuentro menos "vulnerables" que los "ciegos egoístas". Pero a diario, me cruzo con situaciones graves de "pecado social". Y me digo: si los poderosos y clase política apernada por años en poder, no fueran "ciegos", y además más "vulnerables", tal vez estaría en sus manos hacer algo por cambiar esta situación de injusticia y pecado. Pero, junto a los pobres, creemos y "vemos" que los que "ven" no "ven"; son como los fariseos, que le dijeron a Jesús, después de la sanación del ciego de nacimiento: ¿Y nosotros también somos ciegos?
Jesús les contestó: Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ahora ustedes dicen que ven; con eso está el pecado, y se queda. (cfr, Juan 9, 40-41). No hay peor ciego que el que no quiere ver.
La "ceguera" política, social y económica se ha incrustado en la vida nacional: 'Ahora que hay democracia...'. 'Ahora que hay un crecimiento económico, que hay menos pobreza y hay más empleo'. ¿Democracia con una Constitución e institucionalidad ilegítima impuesta por la dictadura y continuada después de más de 20 años por todos los gobiernos? ¿Crecimiento ecónómico con menos pobreza y más empleo? ¡Pero si todos sabemos que el tal crecimiento es macroeconómico y que "chorrea" poco o nada! ´¿De qué empleo me hablan o ellos "ven ciegamente"? ¿De esos empleos temporeros, para eludir otras responsabilidades de justicia para los obreros? ¿De esos de la calle, haciendo marionetas y equilibrios en las esquinas, ante los vehículos detenidos por luz roja, para estirar la mano, pidiendo limosna? ¡Las estadísticas nos dicen que Chile es un país en los últimos lugares de la microeconomía! El Presidente que ya terminó su período es el 4º hombre más rico de Chile. Un obrero con sueldo mínimo para llegar, sin descansar, a igualarlo o estar al menos cerca de esa riqueza, tendría que trabajar sin parar hasta más de 28 mil años. Y para equipararse a Matte y familia, los más ricos, tendrían que trabajar más 300 mil años (cfr. Revista Forbes).Y la riqueza de una minoría que se impone a una mayoría por una institucionalidad ilegítima y dictatorial, sin canales de participación del pueblo soberano, ¿"ve" la pobreza de una mayoría? No quieren verla, y para tranquilizarse inventan los bonos, y no mejoran con justicia los sueldos, engañándose y "encegueciéndose" y "mirando" autoconvenciéndose de mentira a verdad. Incluso se trasladan pobladores de campamentos, para esconderlos en sitios más lejos de la urbe. La "ceguera" impide voluntariamente y para algunos ingenuamente, reconocer el problema de la microeconomía.
'La nueva Presidenta sacó el 62 % de los votos'. Eso es lo que el peor ciego quiere "ver sin ver" . Pero la verdad es que habían dos candidatas, las que juntaron en total alrededor de 5 millones 500 mil de un universo inscrito obligatoriamente de 13 millones y algo más, con la esperanza que los señores políticos iban a sacar más votos. No fue así. La gente votó menos que en cualquier otra circunstancia. Puede ser cierto que algunos se abstengan por diversos motivos, pero la mayoría no vota porque ya no tragan el sistema impuesto y a los políticos. La presidenta salió elegida por un poco más de 3 millones. Entonces el 62% se saca de los votantes por las dos candidatas. Pero, los políticos y los ingenuos que creen o "ven ciegamente" están interesadamente "ciegos". No quieren ver que casi 8 millones no les interesa o no creen en el Chile político actual. Pero los Medios de Comunicación que están con lo establecido están todo el día trasmitiendo el mentiroso o "ciego" acto electoral... 'Se ha culminado un tranquilo y cívico acto ciudadano'. ¡Y se han visto vocales de mesa durmiendo, escuchando música y otras actividades! ¡Estaban cesantes por la no concurrencia o por la abstención! Pero si en las primarias se dijo con una "ceguera" de aquella de las peores, de los que pudiendo "ver no ven": 'por ser primarias hubo una alta votación': votaron casi tres millones solamente. Diez millones de chilenos "estaban en otra" o manifestaban con su abstención su asco por la mentira política de nuestro país. Pero si eso es una expresión de una intención válida de una ciudadanía que rechaza el sistema y a los políticos que lo propician y mantienen con una "ceguera" icreíble. Esa intención válidamente emitida debe ser considerada en el porcentaje, y no resultaría el 62%. Ahora ya ha comenzado el nuevo gobierno. Ya para el 29 está convocado el pueblo y las familias a movilizarse y a protestar pacíficamente y hacer instrumentalmente, tal vez, sin mucha conciencia de Jesús, un acto de querer disipar la "ceguera". Yo pido a Jesús, que no sólo el 29, sino hasta cuando sea necesario, nos haga sus instrumentos comprometidos, para terminar con la "ceguera" de los políticos y de muchos incautos: "Escúchame, Señor te ruego".
Otra cosa importante del Evangelio de hoy: El Señor escoge a los más pequeños y menos sabios para confundir a aquellos que creen saberlo todo y enseñan a diestra y siniestra.- La posibilidad de tener la cabeza llena de ideas justas y de actuar en la práctica como "ciegos" , la tenemos todos. Debemos ser humildes y pedir a Dios de no ser confusos, mentirosos, "ciegos" y de ver claro.
Si la "ceguera es lo que hemos visto, aparece claro que veamos nuestro yo no como centro del mundo, sino en relación a los otros, capaces de comprender, de servir, de darnos a los demás. "Ver" las cosas en su exacto valor, no tomarlas para sí negándoselas a los demás. "Ver" a los otros como prójimo, como hermanos, Pensar que si no lo ayudo yo, no lo ayuda nadie.
Jesús puede darnos esta "visión", abrirnos los ojos, pero debemos merecerlo. Merecemos esta gracia pidiéndola al Señor con fe, y tratando de no perder las ocasiones que se presentan. Cuando mejor usamos nuestra "vista", este "ver" que nos viene dado, tanto más aumenta nuestra "visión". No debemos esperar a "ver" bien para comenzar a actuar, sino que debemos actuar, y así, poco a poco, "veremos" mejor.
Otro punto importante de recalcar en Evangelio de hoy es lo que sucedió al ciego cuando comenzó a ver. Todos los espectadores se pusieron en su contra o se le fueron encima: la gente, sus papás que se corren, como quien se lava las manos por miedo, los fariseos que rasgan vestiduras y reaccionan con dureza con él y lo echan de la sinagoga, como si lo estuvieran excomulgando. Esto sucede con los que "ven" sin "ver" realmente. Son los que "viendo" el milagro de Jesús que disipó la "ceguera", del ciego conocido por todos no lo quieren reconocer, y piden explicaciones a unos y a otros, llegando a dudar que ése era verdaderamente el ciego, que ellos conocían, y ante la evidencia, cuando de hecho el ciego "ve"; cuando la "visión" los debiera llevarlos a la fe y a anunciar y denunciar a los ricos y pobres, los pecados, el egoísmo; cuando deberían actuar como evangelizadores de opresores y oprimidos, de los que están mal y de los que están demasiado bien...tampoco hay alegría, y muy por el contrario al aplauso y aceptación, hay una actitud reticente y contraria. En verdad es lo que pasa con los profetas y hombres y mujeres que actúan rectamente, y no pueden esperar la aceptación y el aplauso de la gente: son atacados y vilipendiados.
Pero nosotros, en esta cuaresma, podemos terminar con la misma conclusión del Evangelio de hoy día; se trata de algo muy concluyente y hermoso: el pobre ciego sanado, que andaba tratando de acostumbrarse y gozando de poder "ver", se sentía solo y abandonado de todos; caminando por la calle, se encuentra nuevamente con Jesús, con el que lo había sanado sin poder él reconocerlo y saber quién era; es un encuentro como algo imprevisto y casual: "Jesús supo que lo habían expulsado y, al encontrarlo, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre? Éste le contestó: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Jesús le dijo: Tú lo estás viendo. Soy yo, el que habla contigo. Él dijo: Creo, Señor. Y se arrodilló ante él.
Jesús dijo: He venido a este mundo para iniciar una crisis: los que ven, van a quedar ciegos". Y desde ese momento el ciego que ahora veía no va a quedar nunca solo.
Que nuestra cuaresma nos conduzca a esta hermosa experiencia de no estar ni sentirnos solo, sino que, por nuestra conversión: paso de nuestra "ceguera" a "visión" y vida nos sintamos, con fe, acompañado en toda nuestra vida por Jesús. Amén.
1 Samuel 16,1.6-7.10-13.
Efesios 5,8-14.
Juan 9,1-41.
El domingo reciente pasado, el tema fue Jesús, gracia salvadora, como agua viva para la mujer samaritana; hoy, la gracia salvadora de Jesús está presentada como luz que disipa la ceguera de un ciego de nacimiento, también como símbolo de Jesús que disipa, como Luz del mundo, la "ceguera" del pecado, de nuestras tinieblas de nuestros errores y maldades tanto personales como sociales.
En la primera lectura se nos muestra paradojalmente que "ver" las apariencias, "ver" la cara y no "ver" como Dios, quien mira el corazón, es un tipo de "ceguera".
Dios ilumina con su luz a Samuel para "ver" bien y eligir bien a David, como escogido de Dios; lo elige como rey de Israel; Samuel iluminado por el Espíritu es capaz de "ver" bien y tomar una buena decisión.David era el más pequeño de los hijos de Jesé. Samuel, en primera instancia se deja impresionar por lo externo de los hijos de Jesé; "vio" a Eliab, el mayor, "miró" su apariencia y su estatura, pero Dios lo ilumina y le hace "ver": "No mires su apariencia ni su estatura, porque lo he descartado. Pues el hombre mira las apariencias, pero Yavé mira el corazón". (cfr.6,7).Pasaron siete hijos de Jesé, pero: "A ninguno de éstos ha elegido Yavé" (6,10). "Preguntó, pues, Samuel a Jesé: ¿Están aquí todos tus hijos? Él contestó: Falta el más pequeño que está cuidando las ovejas". Era el más pequeño, parecía el de menos importancia. Así es el "ver" y "mirar" de muchos: paradojalmente "ven pero no ven": son "ciegos" para Dios.
El hombre ve la cara, Dios ve el corazón.
En el adolescente David no se han manifestado todavía las cualidades, la inteligencia y la valentía que demostrará más tarde como jefe y rey. Dios, sin embargo, conoce al que eligió. Dios para llevar a cabo su obra, no escoge a los que aparentan más: "Dios ha escogido a los que en el mundo no tienen importancia y son despreciados... de modo que nadie puede sentirse orgulloso delante de Dios" ( cfr. 1Cor.1, 28).
Entonces, la Luz, íluminó a Samuel a "ver" bien: disipa su "ceguera".
En cualquier grupo humano, muchas veces, se "ve" con "ceguera", y no se descubren ni se "ven" los valores profundos de cada uno. La mirada ("ciega") se deja influenciar por las apariencias y no por el corazón.
Una recomendación con cariño para la jerarquía de mi Iglesia:
'Es de mucha importancia para la Iglesia el que sus responsables sepan "ver" el corazón de los que se reúnen en ella, tanto de los que callan como los que demuestran mucho celo. Hay que tener presente, que no faltará mucho tiempo para que se encuentren las personas necesarias para animar la comunidad,descartando a los ambiciosos. ¡Mirar el corazón humano, según la Luz y el Corazón de Cristo! La Luz, Cristo, disipa también la "ceguera" eclesial.
En la segunda lectura bíblica de esta domínica cuaresmal:
"Tú que duermes despiértate,
levántate de entre los muertos,
y la luz de Cristo
brillará sobre tí" (Efesios 5,14).
En Efesios leído este domingo, se indican algunos elementos de la nueva manera de vivir, de manera más de "visión" y no de ciegos; tenemos a Cristo, Luz del mundo, como modelo, que se entregó por amor a nosotros, como camino, luz y vida. Él es el que nos disipa de nuestra "ceguera".
Huir de todo lo que da vergüenza y se hace sólo amparo de la oscuridad y "ceguera". Más bien, tener conciencia de la luz que nos fue dada e irradiarla uno mismo por sus hechos y comportamientos. Es cierto, que en "otro tiempo... eran tinieblas, pero al presente son luz en el Señor. Pórtense como como hijos de la luz, los frutos de la luz son la bondad, la justicia y la verdad bajo todas sus formas". (cfr. 5,8-9). "Sepan hallar lo que le agrada al Señor, y no tomen parte en las obras estériles de las tinieblas; al contrario denúncienlas. Es cierto que da vergüenza incluso decir lo que esa gente hace a escondidas, pero, en cuanto es denunciado por la luz, todo se aclara. Más aún, lo que se aclara llega a ser luz". (cfr. 5,10-13).
Entonces, Cristo será nuestra luz en este camino cuaresmal vía nuestra pascua Personal y social. Nos hará morir a nuestra "ceguera" y nos hará "ver" el camino de la luz que nos hará "ver" y caminar por el camino del Evangelio. Sí. La cuaresma es una exigencia a luchar contra las formas de tinieblas y oscuridades que aún se aferran a nosotros y al mundo, a fin de prepararnos para el don pascual de la "visión y de la luz".
Ahora bien, en Evangelio de hoy, se nos presenta la curación de un ciego de nacimiento. Esta curación de Jesús, podemos tomarla, como una parábola de nuestra propia sanación de la "ceguera" espiritual, de las "cegueras" del corazón, por obra de Jesús, Luz, que disipa toda "ceguera". Sí. Porque la "ceguera" del espíritu es también un mal: es una incapacidad de "ver". Hay un llamado a la conversión: la conversión es un "ver", un pasar de la ceguera a la visión.
Podemos, todos, caminando en esta cuaresma, pasar de nuestra "ceguera", pasando a la luz de Cristo que nos hace "ver": disipando nuestra "ceguera".
Se hace indispensable en nuestra vida cristiana hacer una profundización acerca de la conversión: de ese paso de "ceguera" a "visión".
Hay muchos que somos egoístas. Pensamos sólo en nosotros mismos; algunos se "ven ciegamente", haciéndose como el centro del mundo, "mirando" que todos los demás están para servirlos, incluso, para servirse de ellos. Es una "ceguera" que no "ve" al hombre o mujer como prójimo. Es la "ceguera" y "sordera" de los que no "ven" y no escuchan el clamor de los pobres. Y para ser más "ciego" todavía, esconden la pobreza, Ya les he hablado de la pobreza y miseria escondida en Bajos de Mena de Puente Alto. También la esconden, usando otro enajenado lenguaje. Por ejemplo en Chile: un día el dictador dijo: 'Ya no hay "obreros", ahora todos somos "trabajadores"; y yo soy el primer trabajador de Chile'. Desde ese momento, como decía, en forma enajenada, los chilenos empezaron a hablar de trabajadores solamente, incluso la Vicaría y la Pastoral Obrera pasaron a llamarse: Vicaría y Pastoral de los trabajadores. La "ceguera" egoísta no reconoce el dato sociológico, y el hecho, real, de una clase obrera y de una lucha de clases evidente. Muchos son trabajadores, pero no todos son obreros explotados, por los muchos que se dicen trabajadores. Otro ejemplo: no hay "pobres", sólo hay "vulnerables". Y enajenadamente esto se ha impuesto en el lenguaje de los interesados y desprestigiados políticos actuales, incluso en periodistas, que machacan todo el día, por los distintos Medios de comunicación, la palabra "vulnerable", que esconde, en muchos, sin conciencia, la pobreza y la miseria. Sí. Todos somos "vulnerables" pero no todos somos "pobres", oprimidos,marginados y excluídos, sin canales verdaderos de participación democrática.
A diario me encuentro con mis hermanos más pobres, y los encuentro menos "vulnerables" que los "ciegos egoístas". Pero a diario, me cruzo con situaciones graves de "pecado social". Y me digo: si los poderosos y clase política apernada por años en poder, no fueran "ciegos", y además más "vulnerables", tal vez estaría en sus manos hacer algo por cambiar esta situación de injusticia y pecado. Pero, junto a los pobres, creemos y "vemos" que los que "ven" no "ven"; son como los fariseos, que le dijeron a Jesús, después de la sanación del ciego de nacimiento: ¿Y nosotros también somos ciegos?
Jesús les contestó: Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ahora ustedes dicen que ven; con eso está el pecado, y se queda. (cfr, Juan 9, 40-41). No hay peor ciego que el que no quiere ver.
La "ceguera" política, social y económica se ha incrustado en la vida nacional: 'Ahora que hay democracia...'. 'Ahora que hay un crecimiento económico, que hay menos pobreza y hay más empleo'. ¿Democracia con una Constitución e institucionalidad ilegítima impuesta por la dictadura y continuada después de más de 20 años por todos los gobiernos? ¿Crecimiento ecónómico con menos pobreza y más empleo? ¡Pero si todos sabemos que el tal crecimiento es macroeconómico y que "chorrea" poco o nada! ´¿De qué empleo me hablan o ellos "ven ciegamente"? ¿De esos empleos temporeros, para eludir otras responsabilidades de justicia para los obreros? ¿De esos de la calle, haciendo marionetas y equilibrios en las esquinas, ante los vehículos detenidos por luz roja, para estirar la mano, pidiendo limosna? ¡Las estadísticas nos dicen que Chile es un país en los últimos lugares de la microeconomía! El Presidente que ya terminó su período es el 4º hombre más rico de Chile. Un obrero con sueldo mínimo para llegar, sin descansar, a igualarlo o estar al menos cerca de esa riqueza, tendría que trabajar sin parar hasta más de 28 mil años. Y para equipararse a Matte y familia, los más ricos, tendrían que trabajar más 300 mil años (cfr. Revista Forbes).Y la riqueza de una minoría que se impone a una mayoría por una institucionalidad ilegítima y dictatorial, sin canales de participación del pueblo soberano, ¿"ve" la pobreza de una mayoría? No quieren verla, y para tranquilizarse inventan los bonos, y no mejoran con justicia los sueldos, engañándose y "encegueciéndose" y "mirando" autoconvenciéndose de mentira a verdad. Incluso se trasladan pobladores de campamentos, para esconderlos en sitios más lejos de la urbe. La "ceguera" impide voluntariamente y para algunos ingenuamente, reconocer el problema de la microeconomía.
'La nueva Presidenta sacó el 62 % de los votos'. Eso es lo que el peor ciego quiere "ver sin ver" . Pero la verdad es que habían dos candidatas, las que juntaron en total alrededor de 5 millones 500 mil de un universo inscrito obligatoriamente de 13 millones y algo más, con la esperanza que los señores políticos iban a sacar más votos. No fue así. La gente votó menos que en cualquier otra circunstancia. Puede ser cierto que algunos se abstengan por diversos motivos, pero la mayoría no vota porque ya no tragan el sistema impuesto y a los políticos. La presidenta salió elegida por un poco más de 3 millones. Entonces el 62% se saca de los votantes por las dos candidatas. Pero, los políticos y los ingenuos que creen o "ven ciegamente" están interesadamente "ciegos". No quieren ver que casi 8 millones no les interesa o no creen en el Chile político actual. Pero los Medios de Comunicación que están con lo establecido están todo el día trasmitiendo el mentiroso o "ciego" acto electoral... 'Se ha culminado un tranquilo y cívico acto ciudadano'. ¡Y se han visto vocales de mesa durmiendo, escuchando música y otras actividades! ¡Estaban cesantes por la no concurrencia o por la abstención! Pero si en las primarias se dijo con una "ceguera" de aquella de las peores, de los que pudiendo "ver no ven": 'por ser primarias hubo una alta votación': votaron casi tres millones solamente. Diez millones de chilenos "estaban en otra" o manifestaban con su abstención su asco por la mentira política de nuestro país. Pero si eso es una expresión de una intención válida de una ciudadanía que rechaza el sistema y a los políticos que lo propician y mantienen con una "ceguera" icreíble. Esa intención válidamente emitida debe ser considerada en el porcentaje, y no resultaría el 62%. Ahora ya ha comenzado el nuevo gobierno. Ya para el 29 está convocado el pueblo y las familias a movilizarse y a protestar pacíficamente y hacer instrumentalmente, tal vez, sin mucha conciencia de Jesús, un acto de querer disipar la "ceguera". Yo pido a Jesús, que no sólo el 29, sino hasta cuando sea necesario, nos haga sus instrumentos comprometidos, para terminar con la "ceguera" de los políticos y de muchos incautos: "Escúchame, Señor te ruego".
Otra cosa importante del Evangelio de hoy: El Señor escoge a los más pequeños y menos sabios para confundir a aquellos que creen saberlo todo y enseñan a diestra y siniestra.- La posibilidad de tener la cabeza llena de ideas justas y de actuar en la práctica como "ciegos" , la tenemos todos. Debemos ser humildes y pedir a Dios de no ser confusos, mentirosos, "ciegos" y de ver claro.
Si la "ceguera es lo que hemos visto, aparece claro que veamos nuestro yo no como centro del mundo, sino en relación a los otros, capaces de comprender, de servir, de darnos a los demás. "Ver" las cosas en su exacto valor, no tomarlas para sí negándoselas a los demás. "Ver" a los otros como prójimo, como hermanos, Pensar que si no lo ayudo yo, no lo ayuda nadie.
Jesús puede darnos esta "visión", abrirnos los ojos, pero debemos merecerlo. Merecemos esta gracia pidiéndola al Señor con fe, y tratando de no perder las ocasiones que se presentan. Cuando mejor usamos nuestra "vista", este "ver" que nos viene dado, tanto más aumenta nuestra "visión". No debemos esperar a "ver" bien para comenzar a actuar, sino que debemos actuar, y así, poco a poco, "veremos" mejor.
Otro punto importante de recalcar en Evangelio de hoy es lo que sucedió al ciego cuando comenzó a ver. Todos los espectadores se pusieron en su contra o se le fueron encima: la gente, sus papás que se corren, como quien se lava las manos por miedo, los fariseos que rasgan vestiduras y reaccionan con dureza con él y lo echan de la sinagoga, como si lo estuvieran excomulgando. Esto sucede con los que "ven" sin "ver" realmente. Son los que "viendo" el milagro de Jesús que disipó la "ceguera", del ciego conocido por todos no lo quieren reconocer, y piden explicaciones a unos y a otros, llegando a dudar que ése era verdaderamente el ciego, que ellos conocían, y ante la evidencia, cuando de hecho el ciego "ve"; cuando la "visión" los debiera llevarlos a la fe y a anunciar y denunciar a los ricos y pobres, los pecados, el egoísmo; cuando deberían actuar como evangelizadores de opresores y oprimidos, de los que están mal y de los que están demasiado bien...tampoco hay alegría, y muy por el contrario al aplauso y aceptación, hay una actitud reticente y contraria. En verdad es lo que pasa con los profetas y hombres y mujeres que actúan rectamente, y no pueden esperar la aceptación y el aplauso de la gente: son atacados y vilipendiados.
Pero nosotros, en esta cuaresma, podemos terminar con la misma conclusión del Evangelio de hoy día; se trata de algo muy concluyente y hermoso: el pobre ciego sanado, que andaba tratando de acostumbrarse y gozando de poder "ver", se sentía solo y abandonado de todos; caminando por la calle, se encuentra nuevamente con Jesús, con el que lo había sanado sin poder él reconocerlo y saber quién era; es un encuentro como algo imprevisto y casual: "Jesús supo que lo habían expulsado y, al encontrarlo, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre? Éste le contestó: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Jesús le dijo: Tú lo estás viendo. Soy yo, el que habla contigo. Él dijo: Creo, Señor. Y se arrodilló ante él.
Jesús dijo: He venido a este mundo para iniciar una crisis: los que ven, van a quedar ciegos". Y desde ese momento el ciego que ahora veía no va a quedar nunca solo.
Que nuestra cuaresma nos conduzca a esta hermosa experiencia de no estar ni sentirnos solo, sino que, por nuestra conversión: paso de nuestra "ceguera" a "visión" y vida nos sintamos, con fe, acompañado en toda nuestra vida por Jesús. Amén.