Aunque sostiene que Doctrina de la Fe no puede tomar partido "en una diferencia de opinión" Müller utiliza la polémica de los "cardenales rebeldes" para intentar enfrentar a Francisco con Benedicto
(Cameron Doody).- La indisolubilidad del matrimonio debe ser "el fundamento inquebrantable de la enseñanza en todo acompañamiento pastoral". El cardenal Gerhard Müller, Prefecto de Doctrina de la Fe, contesta a las dubia de los cardenales ultras, y lo hace intentando enfrentar a Francisco con Benedicto XVI.
En declaraciones publicadas este jueves a Kathpress, el cardenal Müller afirma que dado que la Congregación a la que está al frente "actúa y habla" solo con la autoridad del Papa, no puede tomar parte "en una diferencia de opinión". Aunque podría darse el caso en el futuro de que el Papa encargara a la Congregación la misión de resolver el escándalo provocado por los cuatro purpurados rebeldes -Burke, Caffarra, Mesiner y Brändmuller- "por el momento es importante que nos mantengamos enfocados en el objetivo y que no nos dejemos llevar por polémicas y mucho menos crearlas".
Sin embargo, esto es exactamente lo que ha hecho Müller al intentar enfrentar a Francisco con Benedicto XVI en la cuestión de que si los católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil pueden comulgar. El purpurado alemán sostiene que por mucho que Francisco busque ayudar a todas las familias a vivir "de acuerdo con la voluntad graciosa de Dios", sus palabras en Amoris laetitia no pueden leerse como si las declaraciones anteriores de Papas y la misma CDF sobre esa misma cuestión ya no tuvieran validez.
Para sostener tal afirmación, Müller remite a una instrucción de 1994 de la Congregación para la Doctrina de la Fe acerca de una propuesta de tres de los obispos del sur de Alemania para que las personas en una situación matrimonial de pecado "objetivo" pudieran examinar sus casos con un sacerdote confesor que les ayudara a discernir si pudieran volver a la Eucaristía. Este documento de la CDF -firmado por su entonces Prefecto, el cardenal Ratzinger- rechaza semejante posibilidad y afirma, entre otras cosas, que "el fiel que está conviviendo habitualmente more uxorio con una persona que no es la legítima esposa o el legítimo marido, no puede acceder a la Comunión eucarística".
El cardenal Müller pone fin a su entrevista con Kathpressadvirtiendo contra los peligros de una "polarización" en la Iglesia. Aunque no hay por el momento ninguna "lucha por el poder entre bastidores" tras los muros del Vaticano -"entre los reformadores y los que quieren ponerle freno"- los rumores surgidos de la polémica de los cuatro cardenales rebeldes son una "muestra" de como el pensamiento y la percepción de las categorías del poder son corruptos. En cuestiones de la doctrina de la Iglesia, sostiene, se trata de "la victoria de la verdad y no sobre el triunfo del poder".