Un gesto de reconciliación para poner fin a la división sembrada por los ultras El Papa tiende puentes al cardenal Burke y le nombra de nuevo a la Signatura Apostólica
(Cameron Doody).- Frente a las puñaladas por la espalda, un abrazo por delante. Una vez más, el Papa Francisco ha mostrado su disposición evangélica a poner la otra mejilla y a reconciliarse con sus 'enemigos' -los de los 'dubia' y las 'correcciones filiales'- al nombrar de nuevo el cardenal Raymond Burke, uno de sus críticos más feroces, a la Signatura Apostólica, casi tres años después de que le retirara al purpurado norteamericano del 'Tribunal Supremo' de la Iglesia por oponerse a sus reformas del proceso de anulación de los matrimonios.
La Santa Sede ha anunciado este sábado que el pontífice ha nombrado a Burke al tribunal junto con los cardenales Agostino Vallini y Edoardo Menichelli, el arzobispo Frans Daneels y el obispo Johannes Willibrordus Maria Hendriks. Así, el purpurado de Wisconsin vuelve a la corte de la que fue Prefecto desde 2008 hasta 2014, momento en el que el Papa Francisco le nombró Patrono de la Orden de Malta.
Lejos de la caricatura que pintan de él los católicos de la más extrema derecha -de un Papa hasta autocrático que no duda en tomar represalias contra quienes lo critican, y como tal el responsable de que haya un "clima de miedo" en la Curia- el nombramiento de hoy de Burke es señal de un líder que ha tomado con humildad el consejo de su 'número dos', el Secretario de Estado Pietro Parolin, quien este mismo jueves llamó a más diálogo entre las diferentes posturas teológicas representadas por el Papa Bergoglio y el cardenal Burke.
No solo eso, pero la decisión de hoy de Francisco le retrata de nuevo como un buscador de reconciliación, frente a la división que causaría la "corrección fraternal" de ciertos aspectos de la exhortación apostólica Amoris laetitia con la que Burke ha estado amenazando al pontífice durante casi un año, y que seguiría la "corrección filial" con la que el Papa fue servido el pasado fin de semana. Iniciativa está última que Burke no solo aprueba, según fuentes cercanas a él, sino que siente que le ha fortalecido en su causa contra la reformas de Francisco.