"¿La fe nos mueve a ponernos en camino, o es un consuelo intimista que nos deja tranquilos?" El Papa denuncia a los “cristianos de sacristía o de salón” e invita a ser "portadores de la esperanza y la sanación de Dios"
"Detengámonos en este continuo movimiento de Jesús, que nos dice una cosa importante sobre Dios y, al mismo tiempo, nos interpela con algunas preguntas sobre nuestra fe"
"Dios no es un amo distante que nos habla desde lo alto; por el contrario, es un Padre lleno de amor que se hace cercano, que visita nuestras casas, que quiere salvar y liberar, sanar todo mal del cuerpo y del espíritu"
"¿Hemos descubierto el Rostro de Dios como Padre de la misericordia, o más bien anunciamos y creemos en un Dios frío y distante?"
"¿Hemos descubierto el Rostro de Dios como Padre de la misericordia, o más bien anunciamos y creemos en un Dios frío y distante?"
El Papa Francisco aprovechó la catequesis de hoy para presentar a un Jesús en movimiento del Padre a la gente, especialmente a los necesitados. “Dios no es un amo distante que nos habla desde lo alto; por el contrario, es un Padre lleno de amor que se hace cercano, que visita nuestras casas, que quiere salvar y liberar, sanar todo mal del cuerpo y del espíritu”, explicó. Y denunció a los ‘cristianos de sacristía o de salón’, con preguntas como éstas: “¿Hemos descubierto el Rostro de Dios como Padre de la misericordia, o más bien anunciamos y creemos en un Dios frío y distante? ¿La fe nos mueve a ponernos en camino, o es un consuelo intimista que nos deja tranquilos?”
Las palabras del Papa en la oración del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de la Liturgia de hoy nos muestra a Jesús en movimiento: efectivamente, acaba de terminar de predicar y, tras salir de la sinagoga, se dirige a casa de Simón Pedro y cura a su suegra que estaba enferma con fiebre; luego, por la tarde, sale de nuevo hacia la puerta de la ciudad, donde encuentra a muchos enfermos y endemoniados y los sana; a la mañana siguiente, se levanta muy pronto y sale para retirarse a rezar; finalmente se pone de nuevo en camino y recorre toda la Galilea (cfr. Mc 1,29-39).
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— Agustín de la Torre (@agustindlatorre) February 4, 2024
Detengámonos en este continuo movimiento de Jesús, que nos dice una cosa importante sobre Dios y, al mismo tiempo, nos interpela con algunas preguntas sobre nuestra fe.
Jesús, que sale al encuentro de la humanidad herida, nos manifiesta el Rostro del Padre. Puede que en nuestro interior aún tengamos la idea de un Dios distante, frío, indiferente ante nuestra suerte. El Evangelio, en cambio, nos muestra que Jesús, después de haber enseñado en la sinagoga, sale para que la Palabra que ha predicado pueda alcanzar, tocar y sanar a las personas. De este modo nos revela que Dios no es un amo distante que nos habla desde lo alto; por el contrario, es un Padre lleno de amor que se hace cercano, que visita nuestras casas, que quiere salvar y liberar, sanar todo mal del cuerpo y del espíritu. Dios siempre es cercano. Dios es cercanía, compasión y ternura. Éstas son las actitudes de Dios.
Tras toda una jornada en movimiento, Jesús se retira en oración, para llevar todo y a todos al corazón del Padre; y la oración le da fuerzas para volver de nuevo a los hermanos.
Este incesante caminar de Jesús nos interpela. Podemos preguntarnos: ¿hemos descubierto el Rostro de Dios como Padre de la misericordia, o más bien anunciamos y creemos en un Dios frío y distante? ¿La fe nos mueve a ponernos en camino, o es un consuelo intimista que nos deja tranquilos? ¿Rezamos solo para sentirnos en paz, o la Palabra que escuchamos y predicamos nos hace salir también a nosotros, como a Jesús, al encuentro de los demás para difundir el consuelo de Dios? Nos hará bien hacernos estas preguntas.
Miremos, entonces, el camino de Jesús, y recordemos que nuestro primer trabajo espiritual es éste: abandonar el Dios que creemos conocer y convertirnos cada día al Dios que Jesús nos presenta en el Evangelio, el Padre del amor y la compasión. El Padre cerrcano, compasivo y tierno. Y cuando descubrimos el verdadero Rostro del Padre, nuestra fe madura: ya no nos quedamos como “cristianos de sacristía” o “de salón”, sino que nos sentimos llamados a ser portadores de la esperanza y la sanación de Dios.
Que María Santísima, Mujer en camino, nos ayude a salir de nosotros mismos para anunciar y testimoniar al Señor, que es cercano, compasivo y amoroso.
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— elJartista (@elJartista) February 4, 2024
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