El Vaticano advierte: "Una generación entera de niños está sufriendo las consecuencias" La infancia mundial, en riesgo: los niños, los grandes damnificados de la pandemia
El Vaticano exige a la comunidad internacional "promover la distribución equitativa de la vacuna COVID-19", "fortalecer los sistemas que promueven el cuidado de los niños en el seno de la familia" y "dedicar un mayor gasto presupuestario a la protección de los niños
"Garantizar un cuidado seguro y enriquecedor en el seno de la familia debe ser una prioridad para la Iglesia"
"Los niños son el futuro de la Iglesia. Las parroquias pueden trabajar para reducir la trivialización de la violencia contra los niños dentro y fuera de la familia. Pueden crear espacios seguros donde los niños en riesgo puedan recibir asesoramiento y apoyo como miembros de derecho y valiosos de la comunidad parroquial"
Más de cinco millones de niños perdieron al menos a uno de sus padres o cuidadores durante la pandemia, uno cada 12 segundos. Por primera vez en años, el número de niños sometidos al trabajo infantil ha aumentado, alcanzando 160 millones
Francisco: "El grito silencioso de los niños pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas, e invitarlos a participar en la vida de la comunidad"
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"Los niños son el futuro de la Iglesia. Las parroquias pueden trabajar para reducir la trivialización de la violencia contra los niños dentro y fuera de la familia. Pueden crear espacios seguros donde los niños en riesgo puedan recibir asesoramiento y apoyo como miembros de derecho y valiosos de la comunidad parroquial"
Más de cinco millones de niños perdieron al menos a uno de sus padres o cuidadores durante la pandemia, uno cada 12 segundos. Por primera vez en años, el número de niños sometidos al trabajo infantil ha aumentado, alcanzando 160 millones
Francisco: "El grito silencioso de los niños pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas, e invitarlos a participar en la vida de la comunidad"
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Francisco: "El grito silencioso de los niños pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas, e invitarlos a participar en la vida de la comunidad"
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El Vaticano exige a la comunidad internacional "promover la distribución equitativa de la vacuna COVID-19", "fortalecer los sistemas que promueven el cuidado de los niños en el seno de la familia" y "dedicar un mayor gasto presupuestario a la protección de los niños". En el documento'Infancia y Covid-19' publicado por la comisión vaticana anticovid, la Santa Sede recuerda que "los efectos nocivos del virus en los niños sólo pueden mitigarse plenamente limitando la propagación del COVID 19" y afirma, con el Papa, que "vacunarse es un acto de amor".
A su vez. la comisión llama a "fortalecer los sistemas que promueven el cuidado de los niños en el seno de la familia", pues "el COVID 19 se mueve rápidamente y deja a las familias poco tiempo para prepararse". Junto a estas medidas, Roma reclama a las autoridades "dedicar un mayor gasto presupuestario a la protección de los niños", pues "los gobiernos deben reconocer que proteger a los niños de la violencia, la explotación y el abandono puede contribuir, a largo plazo, a alcanzar sus objetivos de educación, salud y reducción de la pobreza".
Protección de la infancia insuficiente
"La protección de la infancia suele tener poca prioridad y recibe una financiación mínima de los gobiernos. Estos deberían desarrollar, reforzar y financiar sus sistemas de protección infantil", recalca el documento, que insta a "proteger a los niños afectados por el trauma cuando se reabran las escuelas", advirtiendo que "es posible que muchas niñas no vuelvan nunca a las aulas debido a los problemas específicos a los que se enfrentan".
Las recomendaciones de Roma no se detienen en las autoridades políticas y civiles, sino que llaman a la misma Iglesia a "estar preparadas para intervenir rápidamente cuando las familias se vean afectadas por el COVID-19". "Como el COVID-19 avanza rápidamente, las parroquias pueden reunir equipos de respuesta rápida para identificar preventivamente a las familias en riesgo, proporcionarles oración y asistencia, guiarlas en el proceso de duelo y apoyarlas después de una pérdida. La aparición repentina de la pobreza puede aumentar el riesgo de que un niño sea separado de su familia", subrayan.
La Iglesia, al frente del cuidado
Al tiempo, la comisión recuerda que "garantizar un cuidado seguro y enriquecedor en el seno de la familia debe ser una prioridad para la Iglesia". En este sentido, insisten en que "los miembros de la parroquia pueden movilizarse para garantizar que los niños afectados por el COVID-19 permanezcan bajo el cuidado de su familia" y, "en caso de fallecimiento de los padres o de los cuidadores, las iglesias también pueden ayudar a identificar y apoyar a los familiares para que cuiden del niño, o apoyar su acogida o adopción".
A su vez, el Vaticano insta a "abordar directamente la creciente ola de violencia contra los niños durante la pandemia de Covid 19". "Los niños son el futuro de la Iglesia. Las parroquias pueden trabajar para reducir la trivialización de la violencia contra los niños dentro y fuera de la familia. Pueden crear espacios seguros donde los niños en riesgo puedan recibir asesoramiento y apoyo como miembros de derecho y valiosos de la comunidad parroquial", recalca el documento, que invita a "crear grupos de apoyo entre iguales para reducir el aislamiento social de los niños y jóvenes durante la emergencia sanitaria".
Hambre, pobreza y desnutrición
"Una generación entera de niños está sufriendo las consecuencias económicas, sanitarias y sociales de la pandemia del COVID-19. El repentino aumento de la pobreza extrema, la creciente inseguridad alimentaria y las medidas de contención sanitarias han supuesto una enorme presión para familias alrededor del mundo", alerta el documento, que insite en que, hasta el 30 de septiembre pasado, "más de 5 millones de niños perdieron al menos uno de sus padres, abuelos o cuidadores debido a COVID-19".
Esto significa que un niño pierde a un padre o cuidador cada 12 segundos." Las estimaciones más conservadoras sugieren que en los próximos años, millones de niños más sufrirán estas pérdidas y correrán un mayor riesgo de caer en la pobreza, quedar sin atención familiar, ser internados en orfanatos y tener un acceso reducido a la educación", añade.
La pandemia ha dado marcha atrás a la lucha contra el hambre y la pobreza, constata la comisión, que insiste en que "tras décadas de reducción de la pobreza, el COVID-19 ha sumido a 150 millones de niños nuevamente en ella. Por primera vez en años, el número de niños sometidos al trabajo infantil ha aumentado, alcanzando 160 millones". Una inseguridad, que también se traslada al ámbito alimentario: En 2020, unos 10.000 niños murieron al mes por desnutrición.
1.800 millones de pequeños, en riesgo de violencia
El drama también se ve en el desarrollo. "Más de 168 millones de niños perdieron un año escolar entero en el 2020, y muchos más experimentaron una escolarización reducida o a distancia". Y en la violencia: "Los niños corren un riesgo mucho mayor de sufrir violencia y explotación. Los servicios de prevención y respuesta a la violencia se han interrumpido para 1.800 millones de niños", denuncia el documento vaticano.
"Las niñas corren un gran riesgo mayor. Unas diez millones de niñas corren el riesgo de contraer matrimonio infantil debido a la pandemia, y numerosos informes hablan de un aumento de los embarazos infantiles". También, los niños inmunodeprimidos o con discapacidades.
Tal y como afirma el Papa Francisco, "el "grito silencioso" de los niños pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas, e invitarlos a participar en la vida de la comunidad".