Ni invisible ni muerto, como han propagado estos días los medios rigoristas, empeñados en 'matarle'. El Papa Francisco aparece, por vez primera desde su ingreso en el Gemelli, revestido con alba y estola, sentado y rezando ante el sagrario de su pequeña capilla, mientras el parte médico habla de "estabilidad".
Y, a continuación, la oficina de prensa del Vaticano aporta algunos detalles de su estancia en la décima planta del Gemelli. Por ejemplo, que esta "mañana ha concelebrado la misa dominical en la capilla cercana a su habitación"; "no ha recibido visitas" y "ha pasado el día entre la oración, el descanso y algo de trabajo".
Por otra parte, en el apartado estrictamente médico, "continúa con las terapias prescritas, incluida la terapia respiratoria y motora" y "mañana tampoco habrá boletín médico".