El 13 de mayo de 1988 Luz Amparo Cuevas fundó la obra espiritual y social La Fundación Benéfica Virgen de los Dolores celebra su 35º aniversario en el Santuario de Fátima

(Prado Nuevo).- La Fundación Benéfica Virgen de los Dolores alcanza este sábado su 35º aniversario de andadura. El 13 de mayo de 1988, Luz Amparo Cuevas fundó el germen de una obra espiritual y social al servicio de la Iglesia y ligaba para siempre la Obra de la Virgen en Prado Nuevo con la capilla de las apariciones de Fátima. Por este motivo, el Patronato de la Fundación ha congregado hoy a miembros de la Obra de la Virgen y a grupos colaboradores en una Eucaristía conmemorativa que ha tenido lugar en la Capilla del Santo Ángel del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. 

Portugal es, junto a Francia, el país con mayor número de peregrinos a El Escorial. Cuenta con una asociación formada por más de 2.000 fieles, que cruzaban cada primer sábado de mes la frontera para acudir ante el fresno de El Escorial. Hoy, la presencia de peregrinos portugueses sigue recordando a aquella llamada primera, que incluso ha regalado vocaciones a la Obra. 

Presidida por D. Jesús Rodríguez Rico, canonista colaborador de la Asociación Pública de Fieles de Ntra. Sra. la Virgen de los Dolores, la celebración eucarística ha iniciado en la gran semana espiritual de Portugal un nuevo tiempo de agradecimiento por la trayectoria de servicio de la Fundación Benéfica, convertida en la mano de la Obra de la Virgen encargada de coordinar su labor asistencial. Su misión abarca, desde sus orígenes, mucho más que las necesidades puramente físicas y sociosanitarias de sus usuarios; también las espirituales. Así lo pidió la Virgen en su mensaje del 24 de junio de 1983: “Fundad Casas de Amor y Misericordia para los pobres; hay muchos que necesitan que se les hable la Palabra de Dios”. 

Una obra espiritual y humana con acogida en las diócesis españolas y reconocimiento social

Como institución de inspiración católica, la Fundación Benéfica ha recibido y recibe la acogida por parte de los obispos de las distintas diócesis en las que se ubican las Casas. El propio Cardenal Suquía, titular de la Archidiócesis de Madrid en los primeros años de las apariciones de la Virgen en Prado Nuevo, celebró la Eucaristía en la capilla de la Fundación el 27 de diciembre de 1993, coincidiendo con su visita a las instalaciones. Como institución reconocida civilmente, ha recibido y recibe el reconocimiento social a una labor cuyos estándares de calidad y atención difícilmente podrían asumir las instituciones públicas u otras instituciones privadas.

Acoger a quienes llegan: son hijos de Dios y predilectos de María

La Fundación Benéfica Virgen de los Dolores desarrolla un programa de acogida y ayuda a familias sin recursos que llegan a España, principalmente de Latinoamérica. En El Escorial, encuentran la mano tendida que la Iglesia siempre ofrece.

Este programa de atención a familias es el resultado de un trabajo intenso a lo largo de los últimos seis años, en los que la Fundación ha logrado disponer de recursos de vivienda y manutención para quienes han acudido a la Obra de la Virgen. En esta labor concreta, recibe la ayuda de los trabajadores sociales de los municipios en que cuenta con recursos habitacionales, así como de Cáritas en cuanto a tramitación de expedientes e información. De este modo, las ayudas se asignan a quienes más lo necesitan. Es la Iglesia la que suma esfuerzos para responder con garantías a demandas que también llegan de lejos, especialmente en períodos de crisis económica y sanitaria.

Proyectos hermanados en Colombia y República Dominicana

La Fundación Benéfica Virgen de los Dolores ha hecho, de igual modo, realidad fuera de las fronteras españolas el deseo de María de llevar su mensaje a otros rincones del mundo. En concreto, financia proyectos sociales hermanados en Colombia y República Dominicana.

En Colombia, la Fundación contribuye al mantenimiento de un comedor social que acoge y alimenta a diario a más de 220 niños y varias decenas de ancianos en situación de vulnerabilidad. La historia de este comedor, que lleva el nombre de ‘San Antonio de Padua’, está estrechamente ligada a la devoción a la Virgen, primero, y a Prado Nuevo, después. Su impulsor fue peregrino de El Escorial y aquí sintió la llamada a ayudar a los necesitados de su entorno más próximo.

La pandemia de coronavirus dificultó aún más la ya debilitada supervivencia de familias en situación de vulnerabilidad. Tras una segunda peregrinación a Prado Nuevo, Alejandro y un grupo de hermanos en la fe dieron el paso. La internacionalización del mensaje de María es la internacionalización de la llamada a ayudar a los más pobres. El comedor social San Antonio de Padua es obra de la Virgen.

En República Dominicana, la Obra de la Virgen en Prado Nuevo ha asumido distintas labores sociales. Gracias a las manus longas de sus colaboradores en el país caribeño, responde a necesidades del país caribeño desde 2018. De este modo, ha financiado, entre otros, la distribución de productos de primera necesidad a reclusos de Najayo y a familias de zonas de extrema dificultad, como Cañafístol, donde los ciclones destruyeron casas y oportunidades en 2021. Estos proyectos cuentan con el respaldo y la iniciativa de Mons. Víctor Mesalles, obispo de Baní, y del Nuncio de Su Santidad en el país, Mons. Ghalib Bader.

El 13 de mayo y las grandes Obras de la Virgen

Todo parte de un 13 de mayo y no es casual. El 13 de mayo de 1988, Luz Amparo Cuevas constituía ante notario la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores. Era la respuesta primera a la petición de la Virgen en distintos mensajes: “... Tienes que fundar obras de misericordia y amor para los pobres, hija mía, para que se salven muchas almas”, le transmitió en su mensaje del 25 de junio de 1983.

El 13 de mayo es el día de las grandes Obras de la Virgen. La Obra de Prado Nuevo fue respuesta clara a aquel mensaje de María. El propio Señor reveló las claves de la acogida en su mensaje del 5 de diciembre de 1992: “Vivid según el Evangelio, hijos míos. Fijaos en Cristo, que se despojó de su rango y se hizo pobre para ayudar al pobre. Amad a los necesitados y favorecedlos, hijos míos, y que se extienda por todas las partes del mundo vuestra mano para ayudar a todo aquél que os necesite. Ese es el amor, ese es el fruto que sale del costado de Cristo: la caridad”.

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