La Pascua y las primeras comunidades, eje de la segunda jornada del ITVR Pablo Largo, cmf: "Jesús se mostró a su tiempo como un hombre sin barreras"
Los discípulos también se caracterizan por “el aprendizaje de la oración”, que se demuestra en el padrenuestro; adoptan “una nueva escala de valores” (no hay rangos, importancia del servicio y la humildad), que se visibiliza en “la comensalidad y el comportamiento en la mesa, vividos en ambiente festivo”, y que “se abre a los de fuera”, algo radicalmente distinto a lo que hacían otros grupos judíos
Para Jesús "no valen un curso por correspondencia o reuniones virtuales en línea"
“Los discípulos varones abandonan a Jesús en Getsemaní y huyen”, y no reaparecen hasta que anuncian que Jesús ha resucitado
“La resurrección de Jesús significa que toda su trayectoria ministerial ha sido legitimada por el Dios al que invocaba como su âbbá”
“Los discípulos varones abandonan a Jesús en Getsemaní y huyen”, y no reaparecen hasta que anuncian que Jesús ha resucitado
“La resurrección de Jesús significa que toda su trayectoria ministerial ha sido legitimada por el Dios al que invocaba como su âbbá”
La segunda jornada en el ITVR arrancó con una ponencia del profesor Pablo Largo quien, bajo el lema ‘Pascua y comunidad: el poder del Resucitado congrega la comunidad de discípulos dispersa’, trazó los comienzos de la fe cristiana y de las primeras comunidades tras la muerte y resurrección de Cristo, con una mirada a nuestro futuro: "Nos corresponde aceptar diferencias grupales, culturales, sobrellevar limitaciones, vencer el cansancio".
El claretiano arrancó con un repaso de la Israel de los tiempos de Jesús, conformada por “un mosaico de grupos y facciones” en el que “no faltaban movimientos sociales de protesta”, como los mesiánicos o los proféticos, entre los que el experto sitúa tanto a Juan el Bautista como a Jesús.
"Al convocar a todo Israel, Jesús se muestra como un hombre sin barreras".
— ITVR (@ITVR_ERA) April 4, 2024
El profesor Pablo Largo, cmf, abre el segundo día de ponencias de la #53SemanaVC, bajo el título 'Pascua y comunidad. El poder del resucitado congrega la comunidad dispersa'. pic.twitter.com/q1Wc8g14JM
Con diferencias, pues mientras Juan se ubica a la orilla del Jordán o la comunidad de la Alianza en Qumrán, “Jesús recorre Galilea, y a él acuden gentes de Judea, Idumea, la Transjordania y las cercanías de Tiro y Sidón”. Porque la Buena Noticia también tiene como objetivo “reunir a todo Israel y prepararlo para la llegada del reinado divino”.
“Al convocar a todo Israel, Jesús se muestra como un hombre sin barreras”, recalcó Pablo Largo. Así, “acoge a cobradores de tasas y pecadores (…), los pobres y los pequeños son ciudadanos natos y privilegiados del reino. Y al curar Jesús a marginados, como los leprosos, los reincorpora a la vida común; él encarna una contagiosa pureza carismática”.
También mujeres en el Círculo de Jesús
¿Quién formaba el círculo de Jesús? En este punto, el profesor destaca dos círculos: “los discípulos itinerantes y los sedentarios; a ambos pertenecen también mujeres”. “Son la nueva familia de Jesús, la familia del Reino”, un grupo que va cobrando forma gracias a un conjunto de factores. En primer lugar, “el conocimiento de la identidad de Jesús”; en segundo término, “el conocimiento del Dios que está haciendo visible y eficazmente presente su señorío”. En tercer término, “la conciencia de la dignidad de hijos de Dios”. También, “la obediencia a la voluntad del Padre desde la condición filial”, que “genera comunión entre ellos y los cohesiona”.
Los discípulos también se caracterizan por “el aprendizaje de la oración”, que se demuestra en el padrenuestro; adoptan “una nueva escala de valores” (no hay rangos, importancia del servicio y la humildad), que se visibiliza en “la comensalidad y el comportamiento en la mesa, vividos en ambiente festivo”, y que “se abre a los de fuera”, algo radicalmente distinto a lo que hacían otros grupos judíos. Finalmente, “la misión a Israel”.
Con todo, lo esencial “es la propia convivencia del grupo”, porque para Jesús “no valen un curso por correspondencia o reuniones virtuales en línea”.
Pese a todo, “el ministerio de Jesús no tuvo un curso plácido envuelto en la aclamación general. Fue dramático”, con auténtica hostilidad frente a, por ejemplo, “sus comidas con publicanos y pecadores, su pretensión de perdonar los pecados, el desafío a los que cifraban la identidad de Israel en preceptos de pureza ritual y normas alimentarias, en el ayuno, en nimiedades del descanso sabático”.
“Los adversarios lo desacreditaron y le propinaron insultos”, y no sólo fariseos o el Sanedrín, sino también sus amigos. “Los discípulos varones abandonan a Jesús en Getsemaní y huyen”, y no reaparecen hasta que anuncian que Jesús ha resucitado. “¿Qué fundamento tenían aquellos desertores para lanzar tal anuncio?”, se pregunta Pablo Largo, planteando tres momentos: “manifestación de Jesús, reconocimiento por los discípulos, mandato misionero”.
La Pascua "se impone y se celebra" a los discípulos
“La Pascua de Jesús se impone a los discípulos; pero tal imposición no es un acto violento, es una gracia”, recalcó el experto, destacando una verdad “que se impone y que a la vez se celebra”.
Y, tras el encuentro, “se reconstituye la grey disgregada”, tanto en Jerusalén como en Galilea y Samaría. Con los Doce y sus acompañantes, pero también helenistas, hebreos o, más adelante, el grupo de Juan.
“La resurrección de Jesús significa que toda su trayectoria ministerial ha sido legitimada por el Dios al que invocaba como su âbbá”, apuntó el claretiano, destacando que la comunidad saliente es intérprete de Jesús, pero también una “comunidad cultual” y “solidaria” que “practica cierta comunión fraterna de bienes materiales. Y con una mirada al futuro y a la misión.
“Es bueno aprender de aquellos comienzos fundantes, preguntarnos por los riesgos sectarios, preguntarnos por lo que está en juego al configurar nuestras comunidades, preguntarnos qué identidad importa salvar y cuidar, qué prácticas y qué modo de realizarlas simbolizan la comunión, cómo orar el padrenuestro”
Tras las primeras comunidades, “hubo cambio: se abrió paso un nuevo conocimiento de la identidad de Jesús y se confesó su rango divino de Señor; la memoria de su ministerio quedó renovada por el reflujo de la Pascua sobre ; se releyeron las Escrituras; Jesús fue incorporado al culto monoteísta de la comunidad; la espera de la llegada del Reino cobró la forma de la espera del Señor; el anuncio no se focalizó en el Reino, sino en el kerigma cristológico; la misión no se limita al territorio de Israel, cruza sucesivas fronteras”.
“Es bueno aprender de aquellos comienzos fundantes, preguntarnos por los riesgos sectarios, preguntarnos por lo que está en juego al configurar nuestras comunidades, preguntarnos qué identidad importa salvar y cuidar, qué prácticas y qué modo de realizarlas simbolizan la comunión, cómo orar el padrenuestro”, concluyó Largo, señalando que “nos corresponde aceptar diferencias grupales, culturales, sobrellevar limitaciones, vencer el cansancio. Ahí quedamos emplazados a ejercer la comunión”.
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