Las palabras de Rutilio Grande llevan dentro verdad, humanidad, hondura, sencillez y ternura. Rodolfo Cardenal S.J., autor de la biografía del Padre Rutilio Grande S.J.: “Vida, Pasión y Muerte del Jesuita Rutilio Grande” conversa con Vatican News sobre la figura de este salvadoreño, mártir.
Un hombre innovador dentro de la Iglesia
Rodolfo Cardenal subraya que el futuro beato Rutilio Grande es siempre un referente en la lucha por la justicia y por los derechos humanos en El Salvador, pero, añade, junto a este modo de proceder, hay otros elementos igualmente importantes, primero: “la reivindicación del trabajo pastoral que hizo el padre Rutilio, en particular la introducción en la Iglesia salvadoreña del Concilio Vaticano II y Medellín”.
El Bto Rutilio Grande García SJ presbítero y sus compañeros fueron asesinados por los escuadrones de la muerte en El Salvador el 12-3-1977 pic.twitter.com/vGUQFUSuGW
— José L. Pérez (@Jos192) March 12, 2021
En segundo lugar, añade Cardenal, “supone también una reivindicación de la justicia, porque en el país nunca se esclareció el crimen, no se ha hecho justicia”. Seguidamente, añadió: “Rutilio está muy asociado a monseñor Romero y son referentes clave para la Iglesia salvadoreña”.
Ante el hecho de que el caso del asesinato de Rutilio, de Manuel y Nelson Rutilio no ha sido llevado a la justicia, Rodolfo Cardenal afirmó que la obligación de los cristianos es reclamar justicia. Hay una larga serie de crímenes y masacres cometidas por el ejército. Hay que reclamar verdad y justicia para posteriormente intentar una reconciliación, debido a que no es el único crimen que está impune.
Hay una larga serie de crímenes de guerra, masacres cometidas por el ejército que permanecen en la oscuridad y en la impunidad con la complicidad de todos los gobiernos que ha habido desde el final de la guerra. En este sentido supone también reclamar justicia para una innumerable cantidad de víctimas inocentes de la locura de la violencia y de los crímenes de la guerra.
#pódcast 🎙️Te invito a escuchar este episodio de mi pódcast sobre la vida del padre Rutilio Grande, asesinado el 12 de marzo de 1977 junto a Nelson Lemus y Manuel Solórzano. https://t.co/jgdyfLz8W1https://t.co/IEdXlfosAG
— José Luis Benítez (@joseluisbenitez) March 11, 2021
Rutilio, formador del clero salvadoreño
El biógrafo destaca algunos rasgos del futuro beato: “En primer lugar Rutilio Grande es el formador de muchas generaciones del clero salvadoreño, trabajó en el seminario nacional durante muchos años y el clero lo quería muchísimo”.
Otro aspecto que Rodolfo Cardenal resalta es que, durante la segunda parte de su vida, “la más breve, es un párroco rural, en una época donde el campesino comienza a recuperar su voz, su conciencia, a reclamar justicia. Precisamente por esa razón lo matan”.
"En el cristianismo hay que estar dispuestos a dar la propia vida en servicio por un orden justo, por salvar a los demás, por los valores del Evangelio” Rutilio Grande S.J.”
El biógrafo jesuita pone en evidencia un tercer aspecto de la vida del padre Grande: “Tuvo una crisis infantil que le marcó toda su vida y a pesar de eso, de su debilidad” supo cumplir con su misión.
A los jóvenes de hoy
El autor de la biografía, cuestionado sobre los valores y el legado que dejan el padre Grande, Manuel y Nelson Rutilio a los jóvenes de hoy, subrayó que haciendo un recuento de los muchos mártires que tiene la Iglesia salvadoreña, como monseñor Romero, los mártires de la UCA y muchos más, “Rutilio Grande y los dos campesinos, que los tres van a ser beatificados, forman parte de esa tradición martirial. Es una Iglesia comprometida con la justicia, con la construcción de una paz basada en la justicia, es una Iglesia que promueve la fraternidad y la solidaridad”.
“El cristiano no tiene enemigos, sino hermanos y por más que sean hermanos caínes que venden a Cristo, no los odiamos”. Rutilio Grande
Rodolfo Cardenal recordó que Rutilio Grande decía: “la sociedad tiene que ser como una mesa grande, con manteles largos para todos, donde para todos hubiera qué comer, y un lugar donde sentarse. Esta es una metáfora del Reino de los cielos, en ese sentido tiene mucho que decir en una sociedad golpeada por la desigualdad” y que, en el contexto de la pandemia, se han profundizado.
“Es el pecado que mata, el que dio muerte a este santo sacerdote, nuestro amadísimo protomártir; y fue el pecado, el que mató a Jesús en la cruz. El perdón a sus asesinos lo había dado tiempo antes de morir: El odio no cabe en un cristiano. Aunque nos apaleen y nos quiten la vida tenemos que seguir amando y perdonando”. (II carta pastoral de monseñor Luis Escobar Alas, arzobispo de San salvador, n. 33)”
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