"No pongamos la esperanza en ser 'tantos y tales'" 'Peregrinos de esperanza': Esperamos sólo en Dios
"No pongamos nuestra esperanza en los números, en las programaciones, en las instituciones, en las celebraciones pomposas, en las cualidades humanas… "
"Nuestra esperanza es Dios y su gracia en nuestra nada"
Muchas veces confundimos la esperanza con el optimismo.
El optimismo es un rasgo de carácter, la esperanza una virtud divina.
No esperamos en el hombre, en ningún hombre. Solo en Dios.
No tomes a nadie por modelo, pues en todos encontrarás defectos, solo Jesucristo puede ser nuestro modelo (S. Juan de la Cruz).
Tampoco esperamos en programas, números, poder económico o de cualquier clase…
“Vosotros, hijos del combate y de la esperanza, estáis equivocados, porque miráis al suelo. Os parece que todo está perdido porque creéis en las estadísticas, en los periódicos, vuestra fe se basa en encuestas sociológicas, sólo creéis en lo que se ve.
Levantad vuestros ojos y mirad dónde está la fuente de la esperanza: Jesucristo, resucitado de entre los muertos, vencedor del egoísmo y del pecado. El es nuestra única esperanza” (I. Larrañaga).
“Nosotros somos tantos y tales…” decía S. Francisco burlándose de la confianza que tenían algunos hermanos en su número y cualidades.
Solo nos salva la fe movida por la esperanza y la caridad.
Y todo esto viene de Dios...
No pongamos nuestra esperanza en los números, en las programaciones, en las instituciones, en las celebraciones pomposas, en las cualidades humanas…
“Aún es mucha gente” (Jc 7,4), decía Yahvé a Gedeón cuando iba a luchar contra Madián.
No pongamos la esperanza en ser “tantos y tales”. Todo eso viene del Maligno.
Nuestra esperanza es Dios y su gracia en nuestra nada.
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