Salieron del Caribe isleño con muchas expectativas y relatan que la experiencia que vivieron en la JMJ 2023-Lisboa junto a más de un millón de jóvenes y el Papa Francisco, selló su opción misionera desde el corazón de sus comunidades.  Entusiasmados regresaron!! 

¿Por qué se estremece la mente y el corazón de un joven cuando les habla una persona de 86 años llamado Francisco y que es quien acompaña a los católicos del mundo? 

¿Supone esa gestión evangelizadora un reto para los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en esta hora crítica que vive la humanidad? Y esa es la pregunta que surge desde una experiencia dialogal con varios jóvenes caribeños que asistieron a la JMJ con Francisco.  

Ya el mismo pontífice lo ha dicho en otras ocasiones; “la evangelización se tiene que dar poratracción”. De manera, que nuestros pensares, estilos de vida y acompañamiento pastoral tiene que ajustase a maneras más adecuadas. Estilos que ayuden a que nuestros jóvenes se enamoren del Reino (el Reino como centro) de justicia y paz a través de proyectos creativos en la evangelización integral. Proyectos que no les ahoguen entre “papeles” y “burocracias estériles”, sino que los inserten en la búsqueda de una vida que debe ser transformada.  

Veamos a qué ellos aspiran

El joven, Josué G. Rosario de la Diócesis de Caguas-Puerto Rico indicó con gran firmeza que las expectativas que tenía mientras viajaba a Portugal era “lograr reencuentro con el Señor, de buscar mi verdadera vocación y obtener las herramientas necesarias para usarlas en el desarrollo de mi parroquia-comunidades y en las distintas áreas pastorales de la diócesis y Puerto Rico, y puedo decir que se cumplieron”.  

Manifestó además en ese sentido, que las frases del Papa Francisco de “No somos cristianos por casualidad, cada uno fue llamado por su nombre”, que la alegria no se estudia; hay que estudiar, pero no hay un libro para la vida, solo la experiencia, a veces nos dejamos ganar por el cansancio, sin ganas de nada pero ahí es donde uno debe continuar” y “No tengamos miedo” fueron la oportunidad para reafirmar su compromiso de evangelización comunitaria.  

De manera similar se expresó Vilmaris Reyes de la Parroquia San Pablo Apóstol sobre los planes al momento. “Mis planes son continuar trabajando con la pastoral juvenil comunitaria parroquial, junto al comité de pastoral litúrgica e integrarme de inmediato al equipo de la catequesis… mas adelante veremos que más me exige el Señor para darle nuevamente un “SI” sin medidas”.

María Cristal Cotto, otra de las peregrinas de la Catedral Dulce Nombre de Jesús en la Diócesis de Caguas se estremeció cuando el Papa alertó a los jóvenes diciendo: “A ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo y luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen ganas y creatividad, pero que les parece que no es suficiente, a ustedes, jovenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra, necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro, …Jesús hoy les dice: “No tengan miedo”. “No tengan miedo”. 

Según relató para RD, la frase la impactó porque se encaminó a una autoevaluación personal y pensar en su impacto en la nación puertorriqueña. “Ahora mismo hay muchos jóvenes que tienen miedo de salir al mundo, poderse expresar y  aún más desde la iglesia . Y con la situación económica y política, el miedo que tenemos “nos afecta y paraliza” para llevar a cabo nuestra verdadera misión. Nos afecta mirar al futuro, vemos un futuro incierto en el país. Pero el Papa al decir esas palabras nos abre camino, nos ayuda a que nos arriesguemos hacer lo que nos gusta y lo mas importante no tengamos miedo”.

“Piensen lo que sucede cuando uno está cansado: no tiene ganas de hacer nada, como decimos en español, uno tira la esponja porque no tiene ganas de seguir y entonces uno se abandona, deja de caminar y cae. ¿Ustedes creen que una persona que cae en la vida, que tiene un fracaso, que incluso comete errores pesados, fuertes, ya está terminada? No. ¿Qué es lo que hay que hacer? Levantarse”, así pronunció palabra por palabra (sin desperdiciar un solo detalle) la joven, Angélica Teresa Rodríguez.  

Repetimos junto a Francisco: 

“¿Qué es lo que hay que hacer? Levantarse”.   

Ahora tenemos jóvenes “puestos de pie” y otros dispuestos a “levantarse”.  ¿Qué haremos? 

Aquí está la respuesta

“En la Iglesia hay espacio para todos ―y, cuando no haya, por favor, esforcémonos para que haya―, también para el que se equivoca, para el que cae, para el que le cuesta. Porque la Iglesia es, y debe ser cada vez más, esa casa donde resuena el eco de la llamada que Dios dirige a cada uno por su nombre. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos; nos lo muestra Jesús en la cruz. Él no cierra la puerta, sino que invita a entrar; no aleja, sino que acoge”, dijo el Papa con gran entusiasmo. 

Mientras gritaban con él: “Todos, todos, todos”.