(Archimadrid).- La Iglesia celebra el Día del Seminario en torno a la solemnidad de san José, con el lema "Sembradores de esperanza". En esta ocasión, la campaña de la Conferencia Episcopal Española pone el foco en tres realidades que marcan nuestro tiempo: la hiperconectividad, que facilita la comunicación pero también genera aislamiento; la soledad, que puede experimentarse incluso en medio de la multitud; y el sufrimiento provocado por el dolor y la injusticia.
Cuatro factores de nuestra sociedad alimentan la desesperanza y la depresión: la incertidumbre económica, el miedo a la enfermedad, el impacto de las redes sociales impregnadas de ideologías y desinformación, y el progresivo envejecimiento de la población. Como consecuencia, los índices de depresión y suicidio han aumentado, convirtiéndose en un problema de salud pública de gran relevancia.
"Una fiesta para celebrar y vivir"
Con motivo del Día del Seminario, el rector del Seminario Conciliar de Madrid, Antonio Secilla, recuerda que «el tiempo pasa volando y los acontecimientos se suceden sin parar». Sin embargo, hay fechas especialmente significativas para los seminaristas. La proximidad de la solemnidad de San José, patrón de la Iglesia y del Seminario, marca para ellos «nuestro día, una fiesta que hay que celebrar y vivir».
Por un lado, este día les brinda la oportunidad de salir a distintos lugares de la diócesis, a los que, por sus responsabilidades pastorales, no pueden acudir durante el resto del año. Además, como expresa el lema de la campaña, «queremos ser sembradores de esperanza»: una esperanza encarnada en jóvenes que han sentido la llamada de Jesús, han dejado todo para seguirle y desean entregar su vida al pueblo del que un día Dios los llamó.
Antonio Secilla subraya también que esta jornada es una ocasión para reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros: un Dios que nos ama, sigue llamando y nos invita a todos a participar de su vida.

Jubileo de los seminaristas
Este año, al ser Año Jubilar, la celebración del Día del Seminario tendrá un carácter especial. Además de ofrecer su testimonio en parroquias y colegios, los seminaristas vivirán un momento significativo el martes 18 de marzo, a las 19:00 horas, con el Jubileo de los seminaristas en la catedral de la Almudena. En esta celebración también participarán los hermanos del Redemptoris Mater, y la misa será presidida por el cardenal José Cobo.
Durante la eucaristía, además, se celebrará el rito de admisión a las órdenes sagradas, un paso importante en el camino vocacional de los seminaristas. Como destaca el rector, «es un día precioso para el encuentro, pero también para dar gracias a Dios y a la Iglesia de Madrid por el cariño y el cuidado con el que nos sostienen». Por eso, añade, «somos de vosotros y para vosotros, Cristo, sembradores de esperanza».
Misa en el Día del Seminario
El domingo 16 de marzo, a las 12:00 horas, el cardenal José Cobo presidirá una solemne Eucaristía. «El Reino de Dios ha llegado a vosotros». Con estas palabras, el arzobispo de Madrid animaba hace unos días a los seminaristas del Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater - Nuestra Señora de la Almudena a vivir su vocación desde la confianza y la entrega. Les exhortaba a no buscar seguridades materiales, sino a depositar su esperanza en Cristo.

"Ven y sígueme"
Actualmente, el Seminario Conciliar de Madrid cuenta con 88 seminaristas, entre ellos Mauricio Oriol, de 26 años y estudiante de 4º curso. Oriol, el menor de cuatro hermanos, estudió Administración y Dirección de Empresas (ADE) y realizó un Máster en Bolsa y Finanzas. Tras trabajar solo unos meses, con 22 años ingresó en el seminario.
«He tenido la suerte de conocer a Dios desde pequeño», explica. En su hogar, la fe siempre ha estado presente, y sus padres han sido «testimonio de Dios con su vida».
Su vocación comenzó a gestarse en 4º de carrera, justo después de finalizar su máster en Londres, cuando le invitaron a un retiro. «Fue la primera vez que escuché a Dios decirme: ‘Ven y sígueme’», recuerda. Sin embargo, no entró al seminario hasta dos años después, consciente de que «no es una decisión que se debe tomar de un día para otro».

Hoy, mirando su camino, se siente «muy agradecido y también muy abandonado en manos de la Iglesia», aprendiendo a reconocer el amor y la misericordia de Dios, lo que para él «es la mayor suerte que podemos vivir aquí». También destaca la importancia de profundizar en la propia vida y descubrir cómo Dios va obrando en ella. Sobre la vida en el seminario, Oriol afirma que es un tiempo de intimidad con Dios, crecimiento personal y entrega a la Iglesia. En definitiva, un camino para salir de uno mismo, conocer y enamorarse de la Iglesia y vivir el deseo de entrega a Dios y a su pueblo.
Mañana quiero ser el sacerdote que te acompañe
Un sacerdote bien formado «conserva en el tiempo el entusiasmo del corazón, acoge con alegría la frescura del Evangelio, habla con palabras capaces de tocar la vida de la gente; y sus manos, ungidas por el obispo en el día de la ordenación, son capaces de ungir a su vez sus heridas, las esperas y las esperanzas del pueblo de Dios», afirma el Papa Francisco.
Es, por tanto, el lugar donde el seminarista se forma, reza, estudia y convive con otros jóvenes que has sentido la misma llamada a la vocación. Por ello, el Seminario depende de las ayudas de personas generosas, para continuar formando sacerdotes. Puedes realizar una aportación mensual o anual para los estudios de un seminarista. Los donativos son fiscalmente deducibles.
#VIDEO | No te pierdas el vídeo que nuestros seminaristas han preparado con motivo del #DíaDelSeminario.
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) March 12, 2025
📹«Queriendo seguir tus pasos aquí estamos, dando lugar al mañana intentando ser #SemillaDeEsperanza».
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