Los obispos encomiendan a los enfermos a Nuestra Señora de Lourdes Coronavirus en China: otro domingo sin misa contra la propagación de la epidemia
Los obispos de las distintas diócesis dieron indicaciones pastorales para sustituir el precepto dominical con ceremonias y oraciones a realizar en el domicilio
Varias familias se abocaron a preparar pequeños altares, colocando en el centro la Biblia, para su lectura, y adornando el lugar con flores y velas, inclinándose para la adoración de la cruz
“Rezamos para que nuestra Santísima Madre intervenga y ayude a prevenir una epidemia mundial. Pedimos fervientemente su protección materna para detener la rápida propagación de este virus mortal, para dar esperanza y coraje, imponiendo sus manos milagrosas para la curación de los enfermos"
“Rezamos para que nuestra Santísima Madre intervenga y ayude a prevenir una epidemia mundial. Pedimos fervientemente su protección materna para detener la rápida propagación de este virus mortal, para dar esperanza y coraje, imponiendo sus manos milagrosas para la curación de los enfermos"
(AsiaNews/Fides) – Ayer, tal y como sucedió en las semanas anteriores, muchos católicos no pudieron participar de la misa ni recibir los sacramentos. En el tercer domingo del año nuevo lunar, las familias se vieron obligadas a permanecer en casa y en aislamiento, a causa de la epidemia de coronavirus. En muchas zonas, el gobierno y la policía no permiten que nadie salga de su hogar, para evitar la propagación del virus.
Los obispos de las distintas diócesis dieron indicaciones pastorales para sustituir el precepto dominical con ceremonias y oraciones a realizar en casa. Como puede verse en algunas fotos – recibidas por Radio Veritas Mandarin – varias familias se abocaron a preparar pequeños altares, colocando en el centro la Biblia, para su lectura, y adornando el lugar con flores y velas, inclinándose para la adoración de la cruz.
Siguiendo las indicaciones de sus pastores y ante la falta de sacerdotes, los fieles también se reúnen en días laborables para rezar el Rosario y la corona de la Divina Misericordia, pidiendo a Dios que salve a China de la epidemia. Algunos obispos han aconsejado a los fieles que ayunen una vez por semana, como gesto de invocación y súplica al Señor, para que tenga piedad de China.
Gracias a Internet, ya sea conectados por ordenador o con el celular, algunos fieles se reúnen en tono a una mesa y siguen la misa transmitida por alguna Tv. “Todos nosotros – dice un sacerdote – nos vemos obligados a estar en casa. Y entonces continuamos rezando por China”.
Los obispos asiáticos encomiendan a los afectados a la Virgen de Lourdes
“Mientras se acerca la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, la virgen milagrosa, el 11 de febrero, elevamos oraciones especiales y bendiciones, a través de la intercesión de la Virgen, por las víctimas del coronavirus que está golpeando el mundo, en particular nuestro continente asiático": así lo afirma la Federación de Conferencias Episcopales de Asia en un mensaje firmado por el presidente, el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, en Myanmar.
El texto publicado por los obispos recuerda que el virus se ha extendido a unos 30 países, provocando la mayoría de las víctimas en China, pero encontrando casos en casi todos los países de Asia. "En este momento crítico, queremos estar cerca y orar por los fallecidos, y por los hermanos y hermanas que están enfermos a causa de este virus que se ha extendido a China y al mundo. Que el Señor reciba a los muertos en su paz, consuele a las familias y apoye el gran compromiso de la comunidad china que ya se ha movilizado para combatir la epidemia".
"Hacemos un llamamiento a todos los obispos de Asia para que encomienden a todas las víctimas del coronavirus a Nuestra Señora de la Salud, Nuestra Señora de Lourdes, a quien celebramos el 11 de febrero", se lee en el texto. “Rezamos para que nuestra Santísima Madre intervenga y ayude a prevenir una epidemia mundial. Pedimos fervientemente su protección materna para detener la rápida propagación de este virus mortal, para dar esperanza y coraje, imponiendo sus manos milagrosas para la curación de los enfermos".
El texto concluye: "En estos trágicos momentos, que nuestra Madre María, que estaba al lado de la cruz de su hijo moribundo Jesús, sea el pilar de la fuerza y el faro de esperanza para los trabajadores de la salud que arriesgan sus vidas para salvar la vida de las personas contagiadas".