¡María, mujer con rostro desgastado, invisibilizada,
y anónima por todos nosotros!
Hermana nuestra y vecina de todos, de todos
María, eres la gran desconocida entre todas las mujeres
Del Norte, Sur, Este y el Oeste
¡Cuanto has amado!
¡Cuanto has llorado por todos, por todos...!
Maria, Dios te ha bendecido
entre todas las mujeres!
Y en esta grandeza
¡Que pocos te conocen!
¡Gracias María por tu total disponibilidad!
No hay lengua humana para hablar de ti
Ni garganta para cantarte
Ni ojos para contemplarte
Ni oídos para oírle
¡Pensar en ti sin conocerte es...!
Amarte es pronunciar tu nombre sin desmayarse
De la total belleza del Creador
¡Y tú te has abajado tanto, tanto...!
Que has querido ser mi madre
para poder conocerte y amarte para siempre
Y hablar de ti, cantarte, verte, oírte,
para darte a conocer a todos, a todos, creyentes, increyentes, alejados
¡Gracias Madre, por darme un hermano...!
¡Enséñame a crecer con Él!
Con todos los dones que tú recibiste
para ser ya de tu familia
y pariente hasta la eternidad.
Siendo constante en tu amor
en humildad y sencillez
con Francisco de Asís y Santa Clara
Del Evangelio a la vida
De la vida al Evangelio