"Es una buena noticia el aumento de seminaristas" El seminario de Solsona, hoy y hace 100 años
"Ahora hace cien años, en esta misma diócesis, también había una preocupación por el número de seminaristas, insuficientes para 'poder atender justas peticiones que se nos han dirigido'"
"El obispo Valentí exhortaba a los sacerdotes de la diócesis a 'estimular las vocaciones eclesiásticas' y pedía 'por la caridad de Cristo, una limosna a todos nuestros hermanos e hijos muy queridos a favor de nuestro Seminario'"
El pasado 12 de septiembre, el periódico Regió 7 se hacía eco de la glosa dominical del obispo de Solsona, Xavier Novell, donde informaba que esta diócesis había pasado de un seminarista a siete en los últimos diez años. Y es que cuando se hizo el nombramiento del obispo Xavier, en noviembre de 2010, solo había un seminarista en aquella diócesis, mientras que actualmente hay siete jóvenes seminaristas, una de les cifras más altas de Cataluña en relación a su población.
El número de seminaristas siempre ha sido una cuestión importante en la Iglesia, ya que estos jóvenes son los futuros presbíteros que acompañarán a las comunidades cristianas. Y por eso conviene rezar para que sean muchos los jóvenes que escuchen y respondan, con generosidad, a la llamada que el Señor les hace a servir la Iglesia.
Ahora hace cien años, en esta misma diócesis, también había una preocupación por el número de seminaristas. En el Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Solsona, del 2 de noviembre de 1920, había una circular del obispo Valentí Comellas, donde el pastor de la diócesis de Solsona mostraba su preocupación por “nuestro amado seminario”, ya que “cada día va disminuyendo de una manera alarmante el número” de seminaristas. Por eso el obispo tenía miedo “de no disponer de personal suficiente para el desempeño de los cargos parroquiales”. Y es que, como decía el obispo de Solsona, “nos hemos encontrado ya en la dura y triste necesidad de no poder atender justas peticiones que se nos han dirigido”. Además, el obispo Comellas mostraba también su preocupación por las dificultades de “nuestro pobre Seminario, en situación económica muy crítica y lamentable”.
Ante el momento difícil del Seminario de Solsona en 1920, el obispo Comellas afirmaba: “A remediar, en lo posible, estos males se dirigen nuestros desvelos, y a nuestra ayuda llamamos muy encarecidamente a nuestros celosos RR. Párrocos y demás sacerdotes”. El obispo Valentí exhortaba a los sacerdotes de la diócesis a “estimular las vocaciones eclesiásticas” y pedía “por la caridad de Cristo, una limosna a todos nuestros hermanos e hijos muy queridos a favor de nuestro Seminario”, para hacer posible “la buena formación de santos ministros del Señor”. El obispo Comellas exhortaba a los cristianos del obispado a “aportar nuestro grano de arena a obra tan meritoria”, mostraba su confianza en “el Señor, que cuida de mandar operarios a su viña” y confiaba “que todos nos ayudaréis con el fervor de vuestras oraciones y con el óbolo de vuestra caridad”.
Cien años después de aquella circular, es una buena noticia el aumento de seminaristas en la diócesis de Solsona en esta década. Por eso en este siglo XXI, el obispo Xavier Novell y nuevo rector del seminario, Marc Majà, velan por estos jóvenes para que sean pastores según el corazón de Dios.