Por las víctimas de la guerra, de la esclavitud y de la crisis económica El Papa preside en Roma la primera "hora santa" mundial
El papa Francisco presidió hoy desde la Basílica de San Pedro del Vaticano la solemne Adoración Eucarística, a la que, en el marco de las celebraciones por el Año de la Fe, estaban llamadas a participar al mismo tiempo todas las diócesis del mundo, con sus respectivas catedrales.
Con este acto, de una hora de duración, Francisco quiso, en calidad de líder de los católicos, ponerse al frente de un rezo global al unísono, en la primera iniciativa de este tipo que se hace en la Iglesia Católica, coincidiendo además con la celebración del 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.
A las 17.00, hora local (15.00 GMT) el Papa entró en la basílica de San Pedro, que estaba conectada hoy con otros templos católicos a través de Internet y de la señal televisiva por satélite.
El pontífice portaba un báculo pastoral que usó el papa Pío IX (1846-1878) y que ya fue utilizado por su predecesor, Benedicto XVI (2005-2013), en la segunda parte de su Pontificado.
El acto, al que están convocados los católicos de todos los rincones del planeta, tuvo como gran protagonista el silencio en el que se desarrollaron los rezos particulares de cada asistente, intercalados con distintas lecturas bíblicas que se recitaron con la música de fondo de un arpa.
Según explicó el presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, con este acto "histórico", encuadrado también en la celebración del Corpus Christi, se pretende dar muestra del carácter de "unidad" y "portadora de misericordia" hacia los más débiles que tiene la Iglesia.
"Hemos tenido una adhesión masiva a esta iniciativa que se ha extendido más allá de las catedrales y ha implicado a conferencias episcopales, parroquias, congregaciones religiosas, especialmente los monasterios de clausura, y las asociaciones", dijo Fisichella recientemente durante la presentación del acto.
El programa del acto, retransmitido en directo por televisión, contempla momentos de adoración silenciosa, cánticos, así como una serie de breves lecturas bíblicas alternadas con oraciones escritas por los últimos papas, desde Pío XII a Benedicto XVI, pasando por Pablo VI, Juan XXIII y Juan Pablo II.
A esta iniciativa se han querido sumar, desde la distancia, los fieles de lugares tan diversos como las Islas Galápagos, Noruega, Bangladesh, Rusia o Japón, algunas de ellas desafiando a un muy distinto huso horario con respecto al Vaticano.
El papa Francisco lideró el domingo a los católicos en la primera "hora santa" mundial, en la que los participantes rezaron a la vez en todo el mundo por los que sufren guerras, esclavitud, tráfico de humanos y la crisis económica.
El Vaticano pidió a los católicos que se unieran entre las 5 y 6 de la tarde hora de Roma (1500-1600 GMT) en lo que se conoce como adoración eucarística: rezar ante una hostia consagrada.
Se les pidió que se congregaran en catedrales, iglesias de barrio y monasterios para rezar por dos intenciones generales escritas por el Papa, que rezó en la basílica de San Pedro.
Una era por "todos los que en diversas partes del mundo viven el sufrimiento de las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo 'esclavo'"; además de por los "desocupados, los ancianos, los inmigrantes, los que no tienen hogar, los presos y por todos los que experimentan marginación".
La otra era por los miembros de la propia Iglesia y que puedan presentarse "sin mancha ni arruga", en una aparente alusión a los escándalos que han minado su credibilidad, como los abusos sexuales a niños por parte del clero.
Un portavoz del Vaticano dijo que "era la primera vez en la historia de la Iglesia" que se celebraba un acontecimiento de esas características. El Vaticano dijo que era imposible estimar inmediatamente cuántas personas participaron. (RD/Agencias)