16 XVI Domingo del Tiempo Ordinario 

Texto bíblico

“Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.  Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.” (Mc 6, 30-34) 

Comentario: Descanso 

Estamos a veinte de julio, tiempo en el que muchos, que viven en el hemisferio norte, dedican a vacaciones. El Evangelio que se proclama este domingo llama a retirarse a un lugar desierto a descansar un poco. Quizá el tiempo de vacaciones transcurre para muchos en lugares repletos de veraneantes. Las palabras de Jesús se convierten en una llamada para saber escoger el espacio donde descansar un poco. 

El desierto es fascinante y a la vez sobrecogedor. La soledad, el silencio, la experiencia del encuentro con uno mismo, la percepción de la propia intimidad pueden producir miedo y, en un movimiento de defensa, abandono y huida a lugares poblados y ruidosos, donde hay aglomeraciones. El Evangelio señala cómo la multitud siguió al Maestro para escuchar su palabra. 

¿Qué hace posible el descanso, el desierto o la multitud? Según el texto de Marcos, ir con el Señor o detrás de Él. Jesús se convierte en el Buen Pastor, que alimenta en verdes praderas. Así dice el salmo interleccional de hoy: “El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan” (Sal 22, 1-4). 

Propuesta 

Intenta descansar