Estás invitado al banquete eucarístico y a compartir los bienes. XVII Domingo del Tiempo Ordinario

XVII Domingo del Tiempo Ordinario
XVII Domingo del Tiempo Ordinario

Multiplicación de los panes

17 XVII Domingo del Tiempo Ordinario 

Texto bíblico 

 “Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido” (Jn 6, 1-13). 

Comentario

A partir de este domingo hasta el domingo XXI, en la Liturgia de la Palabra de los domingos, se proclama el discurso del Pan de Vida, del Cuarto Evangelio, como complemento del texto de san Marcos, el más breve de los evangelios. El relato alude a que había mucha hierba en el lugar de la multiplicación de los panes; esta observación evoca el tercer día de la creación, en el que Dios se complace doblemente y crea la mesa de la naturaleza, los manantiales y los alimentos. El día tercero será la boda en Caná de Galilea.

Observamos una postura reiterada tres veces. Jesús se sentó sobre la montaña y manda lo mismo a la gente. Sentarse sobre el monte significa que Jesús se convierte en el mismo monte, y desde esta percepción resuena la profecía: “Preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares exquisitos, vinos refinados” (Isaías 25, 6).

La multitud, cinco mil hombres sentados, según el recuento, recibieron pan y pescado hasta saciarse. Jesús invita a sentarse en el suelo para comer el pan multiplicado, y esto significa que, a diferencia de la salida de Egipto, en la que cenaron de pie, los comensales son tratados como invitados al banquete de bodas.

Propuesta 

Estás invitado al banquete eucarístico y a compartir los bienes. 

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