Miles de peregrinos han acudido hoy, Día de Extremadura, a Guadalupe, en cuyo monasterio el arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez Plaza, ha presidido la misa pontifical en honor a Guadalupe, Patrona de Extremadura.
Rodríguez Plaza ha pedido a la Virgen «el bien de todos los extremeños», en una ceremonia a la que ha asistido el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, además de otras autoridades.
Tras la misa, se ha desarrollado una procesión por el claustro del convento, en la que han participado unas 300 personas descalzas y 60 que han recorrido esos metros de rodillas.
El arzobispo de Toledo, de la que depende Guadalupe, ha estado acompañado por los responsables de las tres diócesis extremeñas, el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, y los obispos de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, y Plasencia, José Luis Retana, además del arzobispo emérito de Segovia, Ángel Rubio, natural de Guadalupe.
En su homilía, ha señalado que este 8 de septiembre se celebra “una fiesta tan singular” que “permite haber llegado a la casa de la Virgen, la Reina de las Villuercas, Madre del Salvador”.
Una celebración que coincide con un día de fiesta en Extremadura, por lo que le ha pedido a la Virgen de Guadalupe “por todos sus habitantes, por sus problemas, por sus autoridades, por sus gentes de bien que luchan por una mejor vida en esta tierra, que reivindican sus derechos y que se atiendan sus necesidades”.