A falta de posibles recursos, la 'pelota' está en el tejado del Opus Dei y de Doctrina de la Fe 'Caso Gaztelueta': ¿Y ahora qué?

El decreto canónico firmado por el delegado pontificio para el 'caso Gaztelueta', José Antonio Satué, confirma la expulsión del Opus Dei de José María Martínez Sanz, el numerario condenado por pederastia, en sentencia firme, por la Justicia española. Una sentencia canónica que, más allá de su alcance y de posibles apelaciones, de ambas partes, ante la Signatura Apostólica, abre un camino que parecía cerrado hasta que hace dos años y medio el Papa Francisco decidió intervenir: el de la reparación eclesiástica del joven abusado.

Tras la sentencia, ¿qué pasos pueden darse? Distintos expertos consultados por RD apuntan a tres escenarios complementarios, que habrían de poder darse una vez que todas las partes (Opus Dei incluida) hayan confirmado la recepción, y aceptación, del fallo de Satué. ¿Cuáles son?

En primer lugar, la reclamación de una indemnización, algo que, hasta la fecha, no han pedido los Cuatrecasas. Entre otras razones, para dejar bien claro que su lucha no era por buscar un resarcimiento económico, sino la búsqueda de la justicia. De hecho, tras la sentencia del Supremo, podría haberse activado esta opción, pero la familia decidió esperar a que la misma Iglesia donde surgieron los abusos reconociera su existencia. Ahora, con doble condena (civil y eclesial), la reclamación de una indemnización sería el proceso lógico.

En segundo término, y ya centrándonos en lo eclesiástico, la 'pelota' pasa al tejado del dicasterio de Doctrina de la Fe. Como se recordará, el anterior inquilino del Palacio del Santo Oficio, el español Luis Ladaria, ordenó una pseudo investigación (no hubo proceso canónico formal), liderada por Silverio Nieto, que concluyó con una carta en la que el entonces prefecto ordenaba, en 2015, "restablecer el buen nombre y la fama del acusado (...)sin que proceda adoptar, ulteriormente, ninguna otra medida con relación a la citada persona", aduciendo que no había pruebas en su contra. Posteriormente, Martínez Sanz fue condenado, primero, a once años de prisión, por la Audiencia Provincial de Bizkaia, y posteriormente a dos años por el Tribunal Supremo. Es, pues, un pederasta condenado en firme por la Justicia española, y ahora también por la vía canónica. 

En este sentido, y una vez confirmada la culpabilidad, por vía civil, y también canóncia, del pederasta, el dicasterio presidido por Víctor Manuel 'Tucho' Fernández, habría de reponer el buen nombre, en esta caso de la víctima, enmendando la plana a la fallida investigación de Ladaria, algo que en la práctica ya hizo el Papa Francisco ordenando un proceso canónico, y encomendando a Satué emitir un fallo.

Finalmente, el Opus Dei. Como se recordará, el 2 de mayo de 2022, después de que se confirmara la sentencia condenatoria por parte del Tribunal Supremo, el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, escribió una carta a la familia Cuatrecasas (que no recibió la misma hasta agosto), en la que, lejos de pedir perdón por los abusos, se limitaba a señalar que "una vez que se ha pronunciado el Tribunal Supremo de España y se ha agotado la vía judicial penal, todos debemos acatar la sentencia". Sin embargo, Ocáriz subrayaba que "tanto el colegio Gaztelueta, como un representante de la Santa Sede (el prefecto Ladaria), sacaron unas conclusiones que no se corresponden con las de la justicia civil". Ahora, que el representante válido de la Santa Sede, designado directamente por el Papa Francisco, ha sacado las mismas conclusiones que la justicia civil, no parece de recibo que Ocáriz no acate la sentencia y reconozca que, por fin, la Justicia civil y la canónica dicen lo mismo: que un numerario del Opus Dei cometió abusos en un colegio del Opus Dei, y que el Opus Dei tiene la oblgación de expulsarlo. ¿Lo hará?

Carta del prelado del Opus Dei a Juan Cuatrecasas by Jesús Bastante