Diario la invasión de Ucrania: día 148 Shevchuk: “Muchos se preguntan, 'Oh Dios, ¿por qué? ¿Cuánto tiempo más? ¡Salva a tus hijos!'”
"Durante el último día y también durante la noche, por desgracia, la tierra ucraniana volvió a temblar bajo las bombas, los misiles y los golpes del ejército ruso. Dos de las ciudades más grandes de Ucrania, Kharkiv y Mykolaiv, se han convertido de nuevo en los epicentros de los bombardeos rusos"
"Y sucedió una tragedia en los campos de trigo de Ucrania cuando un tanque ruso disparó a cosechadores ucranianos que recogían el trigo para alimentar a los hambrientos. Pero Ucrania está en pie"
| Sviatoslav Shevchuk
¡Alabado sea Jesucristo!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es jueves 21 de julio de 2022 y el pueblo ucraniano lleva 148 días de pie, luchando un duelo desigual para defender su Patria y su tierra contra un atacante ruso injusto, que trae muerte y destrucción a nuestra Patria.
Durante el último día y también durante la noche, por desgracia, la tierra ucraniana volvió a temblar bajo las bombas, los misiles y los golpes del ejército ruso. Dos de las ciudades más grandes de Ucrania se han convertido de nuevo en los epicentros de los bombardeos rusos. Nos referimos a Kharkiv en el norte y Mykolaiv en el sur.
Anoche, Mykolaiv recibió un ataque masivo con misiles. Y ayer nos estremeció mucho la enorme catástrofe de Kharkiv, en particular esas imágenes de un padre arrodillado y rezando en la calle de la gran ciudad, sosteniendo la mano de su hijo de 13 años sin vida.
Muchos se preguntan: “Oh Dios, ¿por qué? ¿Cuánto tiempo más? ¡Oh Dios, salva a tus hijos!” También en estos días, particularmente en el sur de nuestra Patria, se está llevando a cabo la cosecha. Y sucedió una tragedia en los campos de trigo de Ucrania cuando un tanque ruso disparó a cosechadores ucranianos que recogían el trigo para alimentar a los hambrientos. Pero Ucrania está en pie. Ucrania está luchando. Ucrania reza. Ucrania sorprende al mundo.
Vencer el mal con el bien
Y nosotros aprendemos a ganar y a vencer el mal con el bien. Y la fuerza del cristiano en esta lucha contra el diablo es la oración. Así pues, continuemos hoy nuestro viaje por estos maravillosos caminos meditando sobre los frutos de la oración cristiana. Ayer hablábamos de lo importante que es prepararnos adecuadamente antes de comenzar nuestra comunicación personal con Dios.
Y hoy responderemos a la pregunta: “¿Cuándo, dónde y cuánto rezar?”. El mismo apóstol Pablo ya nos ha dado la respuesta a esta pregunta cuando nos exhorta: “Orad sin cesar...”. Por ende, no hay ninguna circunstancia o lugar donde sea completamente imposible rezar.
Debemos dirigir nuestra atención al Señor Dios a lo largo de toda nuestra vida y en cada día de nuestra vida. Y los cristianos, desde los primeros tiempos del cristianismo, nos damos cuenta de que, cuando rezamos, santificamos el espacio y el tiempo en que vivimos.
Durante la guerra, por ejemplo, aprendimos a distinguir los diferentes tipos de sonidos de las explosiones, de los bombardeos y ya intuimos con qué tipo de arma nos dispararon; y cuando el suelo tiembla sabemos que es un ataque de artillería. Algo similar ocurre cuando rezamos. La oración cristiana impregna y cambia el tiempo y el espacio a nuestro alrededor. Por eso escribe San Pablo: “Orad sin cesar...”. Que nuestra comunicación viva con Dios nunca se detenga, así como nunca dejamos de respirar.
La oración de la mañana y la noche
Pero hay ciertos momentos, en particular durante nuestra jornada de trabajo, cuando vale la pena dedicar un tiempo especial a la oración y me refiero a la oración de la mañana y de la noche. Tenemos que empezar el día dirigiendo nuestros pensamientos a Dios. Que nuestro primer pensamiento al despertar se dirija a Dios Nuestro Señor. Que sea un pensamiento y una oración de agradecimiento al Señor Dios por darnos otro día, por darnos una ocasión y una oportunidad para vivir y servir a Dios y a nuestro prójimo.
También una vez acabada la jornada laboral, cuando nos vamos a dormir, debemos agradecer el día que hemos vivido, analizarlo, pedir perdón por nuestras debilidades y pecados, y agradecer todas las gracias que hemos recibido y todas las cosas buenas que hemos podido hacer.
Debemos rezar siempre al principio y al final de cada jornada de trabajo y también al principio y al final de cada ocupación, actividad o tarea. Cuando vamos a consumir alimentos, por ejemplo, o cuando estudiamos en la escuela o en la universidad.
¡Bendice a nuestros agricultores!
Comencemos y terminemos nuestro trabajo y actividades con la oración; y entonces el trabajo y nuestras actividades se convertirán en una oración diaria. Por esto, no tengamos miedo de santificar y transformar por el poder de la gracia del Espíritu Santo y por nuestras oraciones el lugar, el ambiente o el país donde estemos ahora, incluso cuando allí haya guerra.
¡Oh Dios, bendice a Ucrania! ¡Oh Dios, bendice a los hijos de Ucrania! Bendice al ejército ucraniano, al que le debemos la oportunidad de vivir y ver hoy la luz del día. ¡Oh Dios, bendice a nuestros agricultores! Hoy rezamos especialmente por los que luchan por la cosecha en los campos ucranianos; por la cosecha de pan, para que los hambrientos puedan ser alimentados. ¡Oh Dios, bendice al sufrido pueblo ucraniano!
La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!
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