Santos de la libertad (Juan de Mata, Nolasco, Bakhita). Con una nota histórica

Ha pasado casi inadvertida en los medios la celebración de el día en contra de la trata de personas, que en sentido positivo se podría haber llamado día de la libertad (8. 2. 15), vinculado a la memoria de Santa Bakhita esclava, como puse de relieve en la postal de ayer. El Papa Francisco fue de los pocos en evocar el día y la memoria de la libertad que debe ser instaurada, en su alocución vibrante del domingo 8.2.15.

En ese contexto, me refería ayer en el blog a la poca memoria de algunos “funcionarios” del Vaticano que sólo han vinculado este día de la libertad a una santa moderna, de pleno siglo XX, cosa que a mi juicio resulta muy positiva. Pero me hubiera gustado que se recuperara también en ese contexto, con gesto agradecido y exigente, la memoria de los grandes santos redentores de la Iglesia Católica, que hace ocho siglo pusieron el tema de tema de la libertad en el centro de la vida cristiana, hace ocho siglos, a comienzos del siglo XIII: Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, y Juan de Mata, fundador de la Orden de la Trinidad, ambas al servicio de la redención de cautivos/esclavos.

No son santos “olvidados” en la gran “fábrica” del Vaticano, pues ambos aparecen no sólo en gran cortejo de los 140 santos principales que presiden el óvalo eclesial de la columnata de Bernini, de manera que los cardenales que pasen por allí pueden verlos (si quieren) todos los días. Además, Pedro Nolasco está en una de las grandes hornacinas del interior de la basílica de San Pedro (primera imagen).

No es que yo quiero volver al siglo XVI-XVII, a los años en que se construyó y acabó la Basílica de San Pedro, con la columnata exterior de Bernini. Como saben los que siguen mi blog o leen mis libros soy algo crítico ante algunas “cosas” del Vaticano, pero eso no impide que sea respetuoso con la historia, sino todo lo contrario. Sólo porque admito la historia quiero recrearla (no negarla), porque es una realidad muy viva.

Pues bien, en esa gran memoria de la cristiandad católica que forman la Basílica de San Pedro (con todos sus santos) y la columnata de Bernini, con sus 140 estatuas, se condensa y se exhibe (se expone, como en un gran ostensorio) el valor (lo mejor) de la Iglesia católica, con sus “santos de la libertad”, que son como he dicho, básicamente, Juan de Mata y Pedro Nolasco.


Así los quiero recordar y presentar aquí, recogiendo al principio de la postal la gran imagen de Pedro Nolasco rompiendo cadenas en el interior de la basílica…, y después, ya fuera, en el óvalo eclesial de Benini, la estatua de San Juan de Mata (que aparece sólo, en tono oscuro ¡no tengo otra imagen!) y la de Pedro Nolasco (en el centro de los cinco santos ) que nos ofrecen una perspectiva de ese espacio “típico” de la gran Plaza de la Iglesia, que es la plaza de San Pedro.

No voy en contra de Santa Bakhita, esclava liberada, religiosa ejemplar del siglo XIX-XX. Pero creo que una “fiesta de la libertad” de la Iglesia Católica debería haber estado fundada y evocada con el recuerdo de los grandes santos de la redención y libertad (Pedro Nolasco, Juan de Mata).


Además, no se trata de una pura evocación, sino de una llamada al compromiso fuerte, pues trinitarios y mercedarios (entre los que me cuento) están/estamos llamados a ser voz y tarea de libertad en la Iglesia y en el mundo. No todo comenzó con Bakhita, ni con las cosas que hoy se hacen en la Iglesia. Volver a principios del siglo XIII puede y debe ser una tarea de todos, y en especial de trinitarios y mercedarios, al servicio de la libertad.

Tengo la impresión de que hay una iglesia vaticana que está perdiendo la memoria real de su historia, y cuando se pierde la historia se pierde la cabeza, como saben bien los historiadores y los pensadores. Por eso, quiero presentar aquí, con esta postal, mi protesta personal y comunitaria, como cristiano y como amigo y más que amigo de los mercedarios (y de los trinitarios), en contra de esa grave omisión.

Pido a los del Vaticano que no se olviden de pasar alguna vez en actitud orante y de aprendizaje ante la estatua de Pedro Nolasco en el interior de la Basílica, y ante las imágenes de Pedro Nolasco y de Juan de Mata por el exterior.


Protesto pues aquí contra el olvido de los santos de la libertad, que forman parte esencial de la historia católica, como supieron los constructores del Vaticano en el siglo XVII, y como hoy algunos parecen olvidarlo.

((Sobre Pedro Nolasco y Juan de Mata he tratado y seguiré tratando en esta postal. Hoy no es día para evocar su historia y el sentido de su compromiso católico y cristiano al servicio de la libertad, a lo largo de ocho siglos, con dos órdenes religiosas que siguen promoviendo su recuerdo y su programa liberador.
Aprovecho la ocasión para agradecer la ayuda que me han ofrecido para insertar las imágenes a Mario Aguado, mercedario hermano, y a Juan Pujana, trinitario amigo)).

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