"También lamento como Iglesia no haber hecho más por ellos" Monseñor Chomali: "Los pobres siguen esperando en Chile"
"En el caso de la tragedia vivida en Coronel, también se siente vergüenza, porque el imperio de la desidia es la causa de estos incendios previsibles y evitables si las personas en extrema necesidad tuviesen más apoyo y más acogida de parte de las autoridades"
"Entrampadas las autoridades y las empresas en eternas discusiones y juicios varios, los pobres siempre pagan las consecuencias"
"También lamento como Iglesia no haber hecho más por ellos. Tristemente, siempre es poco. Hemos dado lo mejor de nosotros mismos, pero no ha sido suficiente"
"A la comunidad venezolana en Chile les pido perdón por el trato que le hemos dado. Por el trato denigrante que han tenido en más de una oportunidad y por la lentitud de los procesos migratorios que los paraliza"
"También lamento como Iglesia no haber hecho más por ellos. Tristemente, siempre es poco. Hemos dado lo mejor de nosotros mismos, pero no ha sido suficiente"
"A la comunidad venezolana en Chile les pido perdón por el trato que le hemos dado. Por el trato denigrante que han tenido en más de una oportunidad y por la lentitud de los procesos migratorios que los paraliza"
| Arzobispo electo de Santiago de Chile
Rabia, impotencia, indignación, dolor, pena, mucha pena se experimenta cuando mueren niños y adultos en un incendio voraz. Pero en el caso de la tragedia vivida en Coronel, también se siente vergüenza, porque el imperio de la desidia es la causa de estos incendios previsibles y evitables si las personas en extrema necesidad tuviesen más apoyo y más acogida de parte de las autoridades. Cuesta cantar “…y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero”. Lamentablemente, eso no siempre es así.
Desde hace años que se sabía de las precarias condiciones en que vivían estos hermanos nuestros en el Cerro Obligado de Coronel. Entrampadas las autoridades y las empresas en eternas discusiones y juicios varios, los pobres siempre pagan las consecuencias. Qué sabia es la Biblia cuando nos dice desde tiempos inmemoriales que demos prioridad a los niños, a las viudas y a los migrantes. Pareciera ser que nada ha cambiado porque en medio de un contexto globalizado y de indiferencia son los incendios y estas desgracias las que nos recuerdan su existencia. Ayer fueron hogares de ancianos, hoy niños y migrantes, y vendrán otros. Sí, esta es una noticia que suscita estupor, pero luego vendrán otras y lo más doloroso es que nos estamos acostumbrando.
El Papa Juan Pablo II dijo en Chile: “los pobres no pueden esperar”. El Papa Francisco lo ha repetido mil veces. Y los pobres siguen esperando. Lampedusa en Italia, el norte de Chile y ahora Coronel se han convertido en cementerios. ¿Eso es lo que queremos para nuestro país?
También lamento como Iglesia no haber hecho más por ellos. Tristemente, siempre es poco. Hemos dado lo mejor de nosotros mismos, pero no ha sido suficiente. No vivimos la máxima de hacer a los demás lo que quisiéramos que hicieran con nosotros. Eso duele y avergüenza.
A la comunidad venezolana en Chile les pido perdón por el trato que le hemos dado. Por el trato denigrante que han tenido en más de una oportunidad y por la lentitud de los procesos migratorios que los paraliza y en la práctica los dejan como personas de segunda categoría que muchos explotan sin descaro.
Comprometo mi oración y continuar por el camino que hemos emprendido desde hace años a través de la pastoral de migrantes. Ustedes son una riqueza para Chile y no se merecen lo que están viviendo. Lloro con ustedes y espero que ese llanto se vuelva un compromiso aún mayor.