"Reforma de estructuras y conversión de mentalidades", seminario virtual sobre Iglesia sinodal Rafael Luciani: “Es en la misión donde la Iglesia descubre su propia identidad y la realiza”

Ya lo dijo Maquiavelo, en El Príncipe: no hay nada tan peligroso como introducir reformas, “porque el innovador tendrá como enemigos a todos los que se beneficiaban de la situación previa”. Asumiendo la complejidad inherente a la tarea, Ediciones KHAF ha publicado "Reforma de estructuras y conversión de mentalidades", cuyos autores-coordinadores son los teólogos Rafael Luciani y Carlos Schickendantz.

Con motivo de esta publicación, un seminario virtual organizado por la Escuela de Teología y Ministerio del Boston College y Fundación Edelvives ha reunido al cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid; el cardenal Baltazar Enrique Porras, administrador apostólico de Caracas y arzobispo de Mérida; Silvia Martínez Cano, de la Asociación de Teólogas Españolas;  y Juan Pedro Castellano, director de Fundación Edelvives, para debatir sobre el futuro de la Iglesia sinodal. También para abrir espacios de preparación al próximo Sínodo de Obispos.

Reconociendo que en la Iglesia existe una resistencia al cambio, el cardenal Porras ha descrito que “asumimos conceptualmente la sinodalidad, pero en la práctica participar es algo más: poner a producir los talentos”. “El discernimiento es urgente para desinstalarlos”, declara desde Venezuela. Tras realizar un repaso histórico de la recepción misionera en Latinoamérica, “encarnada en la pobreza”, hasta “el Papa venido del fin del mundo, y de familia de emigrantes”, Porras ha expresado la necesidad de “compartir con todos”, sin miedo a la renovación misionera, “si pretendemos ser luz y sal”.

A continuación, Juan Pedro Castellano ha opinado que el sello KHAF ha querido editar “un libro coral”, que no se quede “en el debate frío”. “Es de vital importancia que dentro de la Iglesia sepamos acentuar la mirada a los signos de los tiempos”, ha subrayado. Para combatir “la pérdida de credibilidad” que provocan los escándalos de abusos sexuales, entre otras realidades.

Uno de los responsables de la obra, Rafael Luciani, ha confirmado que la Iglesia no cuenta con una larga experiencia de conversión, pero que “con Francisco se están planteando los inicios, tanto en el ámbito social (de Laudato si’ a Fratelli Tutti) como en uno más eclesiológico”. Esa conversión apela a “los sujetos de la Iglesia”. “Es en la misión donde la Iglesia descubre su propia identidad y la realiza”, afirma Luciani. “Francisco es el Papa que retoma una eclesiología que mira a las iglesias locales”, la demanda de co-gobernanza junto al laicado venida de Aparecida, y la estela de los obispos latinoamericanos “del pueblo, que decían que todos somos fieles”. Cardenales, sacerdotes, laicos: todos. “En el seminario”, concluye el teólogo venezolano, “el reto es cómo formar actitudes sinodales en vez de clericales”.

En la misma línea, el otro autor, Carlos Schickendantz, ha recordado que ya el teólogo I. Congar publicó una obra sobre renovación espiritual y reforma en la Iglesia y advirtió de que las reformas “si no se reflejan institucionalmente, serán ineficaces”. Para conseguir que sí sea eficaz, hay que hacer “un doble movimiento: ir a las fuentes, a Jesús de Nazaret, a la historia y la tradición; y al mismo tiempo, el aggiornamento”. “No prestes atención solo a tu propia tradición: realiza un aprendizaje de otras culturas y formas de vida. Ábrete a los textos, a las narraciones, a las biografías, a las experiencias de los otros”, dice Schickendantz.

"No vale cualquier metodología para este caminar juntos”, profundiza Martínez Cano, puesto que “lo nuestro, lo de los creyentes, el sentir de la Iglesia, no debe depender de los estereotipos de las sociedades androcéntricas"

Por su parte, la teóloga Silvia MartínezCano ha llamado a “generar un tipo de estructuras que nos permitan el diálogo. De comunicación, donde haya voces dispares e ideas que se intersectan”. Opinando que, para lograr una Iglesia que incluya a las mujeres, “el lenguaje es un primer elemento para ese cambio de mentalidades. Hablar de mujeres, personas en su singularidad y diversidad, y no de bloques monolíticos como cuando se alude al ‘tema de la mujer’”. “No vale cualquier metodología para este caminar juntos”, profundiza, puesto que “lo nuestro, lo de los creyentes, el sentir de la Iglesia, no debe depender de los estereotipos de las sociedades androcéntricas: todos somos especiales para Dios”. “En algunos lugares las mujeres están ejerciendo ya la profecía”, ha añadido, pero en otros se hace urgente “repensar el bautismo, la llamada vocacional y crear lugares comunes para poder escuchar”.

Por último, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, ha confesado que la lectura del libro le ha “invitado a seguir reflexionando”. Como ocurrió con el Concilio Vaticano II, “es bueno” que el debate actual “nos haga recordar que todos, en el fondo, necesitamos reformarnos”. Del mismo modo, Osoro ha recordado los pasajes evangélicos que llaman a actuar, reconociendo una oportunidad “poder seguir haciendo estas preguntas: ‘¿Qué quieres que haga por ti?’”. “Con la dirección común de la mirada, desde las periferias”, ha concluido el prelado.