Visita a Santa Elena de Uairén (Venezuela) Comisión de la CNBB contra la Trata de Personas: Al otro lado de la frontera, conocer la realidad para ampliar la prevención
Conocer la realidad de donde vienen nos ayuda a comprender las razones que llevan a estas personas a dejarlo todo y aventurarse en una vida nueva, desconocida y no siempre fácil
Según una encuesta de Cáritas del Vicariato de Caroní, desde 2022 ha aumentado el número de venezolanos que entran en Brasil, el quinto país de llegada de venezolanos
Un grupo de estudio ha desvelado la explotación que sufren los migrantes, víctimas de redes criminales organizadas, durante los traslados, denunciando situaciones vividas por migrantes, principalmente mujeres, inclusive menores, que no son denunciadas por las amenazas que sufren y el miedo que esto provoca
El trabajo con migrantes y víctimas de la trata es "una llamada urgente para nuestra acción evangelizadora si queremos ser fieles al Evangelio y a una Iglesia en salida"
Mons. Ontiveros afirma que “estamos con toda la disponibilidad, junto con la diócesis de Roraima, de hacer un trabajo desde Caritas y desde la atención al migrante, un trabajo en equipo, en comunión, para ver qué cosas podemos seguir realizando para atender a los migrantes y las víctimas de la trata de personas”
Un grupo de estudio ha desvelado la explotación que sufren los migrantes, víctimas de redes criminales organizadas, durante los traslados, denunciando situaciones vividas por migrantes, principalmente mujeres, inclusive menores, que no son denunciadas por las amenazas que sufren y el miedo que esto provoca
El trabajo con migrantes y víctimas de la trata es "una llamada urgente para nuestra acción evangelizadora si queremos ser fieles al Evangelio y a una Iglesia en salida"
Mons. Ontiveros afirma que “estamos con toda la disponibilidad, junto con la diócesis de Roraima, de hacer un trabajo desde Caritas y desde la atención al migrante, un trabajo en equipo, en comunión, para ver qué cosas podemos seguir realizando para atender a los migrantes y las víctimas de la trata de personas”
Mons. Ontiveros afirma que “estamos con toda la disponibilidad, junto con la diócesis de Roraima, de hacer un trabajo desde Caritas y desde la atención al migrante, un trabajo en equipo, en comunión, para ver qué cosas podemos seguir realizando para atender a los migrantes y las víctimas de la trata de personas”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Muchas personas, movidas por prejuicios, condenan a los migrantes, a todos los migrantes. Conocer la realidad de donde vienen nos ayuda a comprender las razones que llevan a estas personas a dejarlo todo y aventurarse en una vida nueva, desconocida y no siempre fácil. De ahí la importancia de la misión que la Comisión Episcopal Especial de Lucha contra la Trata de Personas de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) realiza del 17 al 23 de junio en la diócesis de Roraima, con visitas a Bonfim y Lethem, principal paso fronterizo entre Guyana y Brasil, y a Pacaraima y Santa Elena de Uairén, paso fronterizo entre Venezuela y Brasil.
La iglesia del Vicariato de Caroní
Santa Elena de Uairén es sede del Vicariato Apostólico de Caroní, una Iglesia con rostro indígena, que desde 1922 acompaña la vida del pueblo Pemón, habitantes de la Gran Sabana, en un intento de ser una Iglesia inculturada. Un territorio de 80.000 kilómetros, con grandes dificultades para desplazarse, algo que desafía la acción misionera.
Una Iglesia que quiere caminar junto a la diócesis de Roraima, con objetivos comunes, en una Iglesia sin fronteras. Poco a poco, esto se va materializando en el trabajo de Cáritas, en las experiencias de formación y de pastoral común. Un camino conjunto que es motivo de gratitud para el obispo del Vicariato de Caroní, monseñor Gonzalo Ontiveros, que insiste en la solidaridad de la Iglesia brasileña con el pueblo venezolano. El obispo considera la visita como una experiencia de escucha sinodal, que debe ayudar a avanzar por caminos comunes.
Motivaciones, dificultades y peticiones de los emigrantes
Según una encuesta de Cáritas del Vicariato de Caroní, desde 2022 ha aumentado el número de venezolanos que entran en Brasil, el quinto país de llegada de venezolanos. El 23% eran migrantes que regresaban a Venezuela, el 22% personas que iban y venían, y el 55% migrantes sin intención de regresar. El 74% de los migrantes son mujeres. Entre las motivaciones están la reunificación familiar, la falta de empleo y los bajísimos salarios en Venezuela, la falta de servicios médicos y medicinas. Entre las dificultades del camino, los migrantes sufren la falta de agua potable, de lugares donde bañarse y alojarse, de dinero y de documentación para entrar en otro país. Piden comida, muchos no saben si comerán al día siguiente, dinero para su vida diaria y servicios sanitarios.
Como alternativas para resolver las dificultades, las personas en tránsito pidieron más puntos de información sobre los requisitos para salir del país, puntos de apoyo socioemocional, espacios higiénicos adecuados y adquirir agua potable. Pocos denuncian situaciones de tráfico de personas, pero también es cierto que no siempre es posible mantener una conversación más distendida. Aun así, hay denuncias de migrantes, especialmente cubanos, que son víctimas de mafias. Una realidad que también afecta a las comunidades indígenas, según los líderes indígenas locales, que destacan la falta de salud como la principal causa de la migración.
El trabajo de la Comisión contra la Trata de Personas de la CNBB
Ante esta realidad, se recordaron las palabras del Papa Francisco: "Si queremos cooperar con nuestro Padre celestial en la construcción del futuro, hagámoslo junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados. ¡Construyámoslo juntos!". Estos son los retos a los que se enfrenta la Comisión contra la Trata de Personas de la CNBB, según el obispo de Tubarão y presidente de la comisión, Mons. Adilson Busin, que destacó el trabajo conjunto que se está llevando a cabo.
La migración es un fenómeno mundial, que ha incrementado el número de rutas migratorias, según Márcia de Oliveira, profesora de la Universidad Federal de Roraima, que forma parte de un grupo de estudio que ha desvelado la explotación que sufren los migrantes, víctimas de redes criminales organizadas, durante los traslados, denunciando situaciones vividas por migrantes, principalmente mujeres, inclusive menores, que no son denunciadas por las amenazas que sufren y el miedo que esto provoca. Dificultades que siguen sufriendo los migrantes en Brasil, en los traslados internos, con situaciones de trabajo análogas a la esclavitud, con grupos especializados en la explotación de migrantes. Ante esto, la profesora hace un llamamiento a la vigilancia y a la denuncia de este tipo de situaciones de explotación y tráfico de personas.
El trabajo pastoral de la comisión para la trata de personas, según la hermana Eurides Alves de Oliveira, lleva a reflexionar sobre el trabajo de evangelización y promoción humana, como una llamada del Evangelio en defensa de la vida de los vulnerables, "una llamada urgente para nuestra acción evangelizadora si queremos ser fieles al Evangelio y a una Iglesia en salida", según la religiosa. Reflexionó sobre las palabras de Francisco al final de la última asamblea de la Red Talitha Kum, donde definió la trata de personas como un mal sistémico que tiene muchas raíces, muchas causas, como algo programado por un sistema que no pone a las personas en el centro sino el lucro. Esta realidad del tráfico de personas está muy presente en Brasil, pero es poco denunciada, subraya la hermana Eurides, de ahí la importancia del trabajo de la comisión, que presentó sus objetivos.
Los pasos a seguir
Según Mons. Ontiveros, Santa Elena es lugar de paso, el migrante llega al terminal de autobuses y generalmente lo están esperando para pasar directamente a Pacaraima, o directamente a Boa Vista, lo que hace que desde el Vicariato del Caroní tenga poco contacto con los migrantes, que en algunos casos van en taxi desde Caracas, u otras ciudades, directamente a Brasil. Los pocos que se quedan, destaca el obispo, van a algunas comunidades, con mucha vulnerabilidad, que son acompañadas por el Vicariato, donde construyen sus ranchos y comienzan a vivir por un tiempo. Son comunidades visitadas pelos agentes de pastoral del Vicariato, conociendo de donde vienen, cuántos son los miembros de la familia, una pastoral de contacto directo con ellos y de asistencia espiritual, con celebraciones de la Eucaristía.
Los índices de migración han ido aumentando en 2024, destaca el obispo, que habla del proceso electoral que realizará las elecciones el 28 de julio, lo que genera una expectativa, y cuyo resultado incidirá directamente en el proceso migratorio, algo que tiene que llevar a pensar al Vicariato, pues puede provocar una oleada de migración de cinco millones de venezolanos, resalta Mons. Ontiveros. En esa dinámica, el obispo afirma que “estamos con toda la disponibilidad, junto con la diócesis de Roraima, de hacer un trabajo desde Caritas y desde la atención al migrante, un trabajo en equipo, en comunión, para ver qué cosas podemos seguir realizando para atender a los migrantes y las víctimas de la trata de personas”.