Misioneros de los vicariatos de San José del Amazona, Leticia y la diócesis de Alto Solimões Encuentro misionero en la Triple Frontera Brasil, Colombia, Perú: “Espacio de crecimiento espiritual y cultural”
“Este evento se destacó por la incorporación de nuevas actividades y enfoques. Los participantes disfrutaron de espacios de esparcimiento y descanso, así como de momentos de introspección y oración”
“Se llevaron a cabo sesiones de reflexión y diálogo sobre la importancia de la misión en la vida de las comunidades indígenas”
Luis Miguel Modino, enviado especial al Sínodo de la Sinodalidad
En la Amazonía, las fronteras fueron algo impuesto, que no responde a la realidad de los pueblos originarios. Un ejemplo de eso es lo que sucede en la Triple Frontera entre Brasil, Colombia y Perú, donde el pueblo Magüta (Ticuna), el mayoritario en la región, está dispersado en lo que hoy son tres países, pero que para ellos es un mismo pueblo.
Momento de reflexión, cultura y espiritualidad
La Iglesia de la región, que quiere ultrapasar los límites fronterizos, una propuesta en la que insistió el Sínodo para la Amazonía, realiza encuentros misioneros periódicos. El último ha tenido lugar esta semana en la comunidad indígena de Nazaret (Colombia), conocida por su hospitalidad, que abrió sus puertas y corazones para recibir a los visitantes, creando un ambiente de fraternidad y aprendizaje mutuo en un significativo encuentro de misioneros, según el voluntario Lasallista, Jonhatan Stiven Olarte.
Como es común en este tipo de encuentros se han reunido sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas, que realizan su trabajo misionero en los vicariatos de Leticia (Colombia), San José del Amazonas (Perú) y la diócesis de Alto Solimões (Brasil). Un momento en el que compartieron momentos de reflexión, cultura y espiritualidad. El voluntario Lasallista destaca que “a diferencia del encuentro anterior, este evento se destacó por la incorporación de nuevas actividades y enfoques. Los participantes disfrutaron de espacios de esparcimiento y descanso, así como de momentos de introspección y oración”.
Jonhatan Stiven Olarte destaca como uno de los aspectos más enriquecedores del encuentro “el intercambio intercultural con el pueblo Magüta”, recordando la presencia de las Hermanas Ticunas, el diácono ticuna Antelmo Pereira Ângelo y catequistas ticunas de la diócesis de Alto Solimões. “Los misioneros tuvieron la oportunidad de conocer y participar en las tradiciones y costumbres de esta comunidad indígena, aprendiendo sobre su historia, sus creencias y su relación con la naturaleza. Este intercambio permitió a los participantes valorar y respetar aún más la riqueza cultural de la región”, indicó el voluntario.
Avanzar en la misión en las comunidades indígenas
Igualmente, dijo que “se llevaron a cabo sesiones de reflexión y diálogo sobre la importancia de la misión en la vida de las comunidades indígenas. Los misioneros compartieron sus experiencias y desafíos, buscando fortalecer su compromiso con la evangelización y el servicio a los más necesitados. Estos momentos de introspección y diálogo fueron fundamentales para renovar el espíritu misionero y reafirmar la vocación de servicio”.
Finalmente, destacó que “el encuentro en la comunidad de Nazaré no solo fortaleció los lazos entre los misioneros de Brasil, Colombia y Perú, sino que también subrayó la importancia de la colaboración y el respeto mutuo en la misión. Fue un espacio de crecimiento espiritual y cultural, donde la fe y la cultura se entrelazaron para crear una experiencia inolvidable”.
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