Ayúdanos Señor en este hoy, danos tu luz para saber vivirlo desde la fe y la esperanza Seguir adelante
Nos podemos hacer presentes, acercar, por lo menos para que nos sientan cerca en el dolor y desde la oración la mirada se dirige a Dios más que nunca para que fortalezca el corazón de los que se quedan y tienen que hacer el duelo.
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Hace pocos días, una persona cercana a la que aprecio, ha perdido en cuestión de dos semanas a tres familiares por la pandemia que seguimos viviendo. Esas noticias que diariamente nos bombardean en los medios de comunicación, tristemente por la realidad mundial actual, también están cerca en las personas con las que compartimos cotidianamente nuestras vidas.
Aparecen nombres cercanos que nos dejan, demasiado rápido y para los familiares sin ni tiempo de asimilarlo, uno detrás de otro o incluso sin poder despedirse ¡Qué difícil ponerse en la piel del que lo sufre! pero sí, que nos podemos hacer presentes, acercar, por lo menos para que nos sientan cerca en el dolor y desde la oración la mirada se dirige a Dios más que nunca para que fortalezca el corazón de los que se quedan y tienen que hacer el duelo.
Al hablar con este amigo, su voz y palabras, sin duda, que mostraba el momento de dolor inexplicable que vivía y también la luz de la esperanza porque decía: “más que nunca, tenemos que permanecer juntos, unidos y seguir adelante….”; desde el agradecimiento por tanto vivido con las personas que se aman y hoy ya no están.
Ayúdanos Señor en este hoy, danos tu luz para saber vivirlo desde la fe y la esperanza. A reconocer el don de las personas que tenemos cerca o lejos y llevamos en el corazón. Dad gracias por la gente de nuestra vida. Agradezcamos el nuevo día que está en nuestras manos.
“Yo soy la luz del mundo, dice el Señor. El que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8,12)