La iniciativa “Promesses d'Eglise” empieza a cuajar Francia: ¿Buscan los laicos un Sínodo?
Unos cuarenta movimientos eclesiales, comunidades y asociaciones francesas, han acordado en una “Carta de Intenciones” (aún no pública) emprender un camino de reforma eclesial
Todo arranca de la “Carta al Pueblo de Dios” (20 de agosto de 2018) en la que el Papa llamaba al mundo laical a colaborar frente a la devastación causada por el maltrato infantil. Un pequeño grupo informal se reunió preguntándose qué hacer
Es interesante subrayar el cambio de nombre a medida que ha ido creciendo el grupo. Se inicia con el de “gouvernance en Eglise” (el funcionamiento de la "máquina" eclesial), pasando por el de “Synodalité” (reunión conjunta) para llegar al de “Promess d'Eglise” (con la entrada de movimientos juveniles)
Es interesante subrayar el cambio de nombre a medida que ha ido creciendo el grupo. Se inicia con el de “gouvernance en Eglise” (el funcionamiento de la "máquina" eclesial), pasando por el de “Synodalité” (reunión conjunta) para llegar al de “Promess d'Eglise” (con la entrada de movimientos juveniles)
(Lorenzo Prezzi, Settimananews).- Unos cuarenta movimientos eclesiales, comunidades y asociaciones francesas, han acordado en una “Carta de Intenciones” (aún no pública) emprender un camino de reforma eclesial. Por primera vez, sectores muy diferentes de la Iglesia y asociaciones dedicadas a actividades sociales se han preguntado cómo ayudar a la Iglesia en este difícil momento. Informa de ello La Croix (16 de octubre) subrayando el papel integrador de la iniciativa, llamada “Promesses d'Eglise”.
Una respuesta
Todo arranca de la “Carta al Pueblo de Dios” (20 de agosto de 2018) en la que el Papa llamaba al mundo laical a colaborar frente a la devastación causada por el maltrato infantil. Un pequeño grupo informal se reunió preguntándose qué hacer.
Unos meses más tarde, en la primera reunión (mayo de 2019), se juntaron representantes de una treintena de colectivos eclesiales, de lo más diverso: desde la “Communauté de l'Emmanuel” hasta la “CCFD-Terre Solidaire”, pasando por las “Semaines sociales” o la “DCC (delegación católica de cooperación)”, el “Secours catholique” y “Chemin-Neuf”.
En la segunda y tercera reunión (junio, septiembre) se juntaron alrededor de setenta personas representando a más de cuarenta colectivos. En noviembre, el proyecto fue presentado en la asamblea de obispos, implicándose en la iniciativa dos de ellos (Mons. D. Blanchet y Mons. F. Fonlupt).
No sería sorprendente que los líderes nacionales de los movimientos planteen la cuestión de un sínodo nacional"
Es interesante subrayar el cambio de nombre a medida que ha ido creciendo el grupo. Se inicia con el de “gouvernance en Eglise” (el funcionamiento de la "máquina" eclesial), pasando por el de “Synodalité” (reunión conjunta) para llegar al de “Promess d'Eglise” (con la entrada de movimientos juveniles).
Las cuestiones abordadas, tanto en los encuentros generales como en los específicos, son los de la dignidad de los bautizados, la relación de confianza con los sacerdotes y obispos; la forma de gobierno de la Iglesia; la elaboración y toma de decisiones eclesiales; la relación entre el hombre y la mujer en la comunidad cristiana; el cuidado de las víctimas de abusos y de las personas vulnerables; la formación del clero, etc.
Cultura de sinodalidad
En comparación con otras iniciativas laicales, como la promovida por una docena de personalidades (entre ellas, Michel Camdessus, ex Director General del Fondo Monetario Internacional) (cf. Settimananews: “Laici francesi, trasformare la Chiesa”) sobre la reforma eclesial, la de “Promess d’Eglise” tienen la originalidad de ser el resultado de una convergencia entre colectivos muy diferentes; presidida más por la pertenencia eclesial que por las reivindicaciones individuales; con una cercanía (no servil) a los obispos y a las Iglesias locales. Y, además, con la consecuencia de propiciar el encuentro y conocimiento directo de protagonistas de mundos muy distantes entre sí.
El Secretario General del CCFD ha dicho: "Promesses d'Eglise” no es un lobby, sino una plataforma en la que es posible una experiencia sinodal". Lo ha facilitado la ausencia de una agenda demasiado cerrada y en el futuro permitirá la integración fácilmente de aquellos que lo deseen.
Por eso, tras la redacción de la “Carta de Intenciones”, no se ha definido un horizonte final preciso. En lugar de una representación que cuente, como la de los católicos alemanes, con un Comité Central (ahora directamente implicado en el proceso sinodal de esa Iglesia) se apuntan a otras formas de presencia, algo así como un sínodo nacional de la Iglesia. Como ha dicho Mons. D. Blanchet: "No sería sorprendente que los líderes nacionales de los movimientos planteen la cuestión de un sínodo nacional, pero, en todo caso, sería mucho más importante promover una cultura de sinodalidad".