20º aniversario del fallecimiento de la emblemática evangelizadora catalana Rosa Deulofeu, la sonrisa de la fe
"Es en los años 80 donde se compromete en la evangelización de los jóvenes, trabajando en el Moviment de Centres d’Esplai Cristianos de la Fundació Pere Tarrés. Más tarde sería asignada por el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, como delegada de Pastoral de Juventud de la diócesis de Barcelona, hasta el día de su fallecimiento, el 5 de enero del 2004, de un cáncer"
"Rosa, nunca te olvidaremos y trabajaremos para que los jóvenes de Barcelona sepan quién es el Señor, y cuánto Amor tiene por cada uno de ellos. Tú nos enseñaste y nos encomendaste la tarea que tú iniciaste, y sabemos que, desde la casa del Padre, intercedes, nos ayudas y estás con nosotros"
| Francesc Figueras Gudás
El pasado 8 de enero del 2024, en la parroquia de san Agustín, se celebró, el 20º aniversario de su traspaso a la casa del Padre. Unas decenas de personas, entre ellas el director de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Catalunya, Carles Armengol, como también Albert Batlle, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona.
¿Y quién fue Rosa Deulofeu?
Nació en Barcelona el 29 de abril de 1959 y fue bautizada ese mismo año, en el mes de mayo, en la parroquia de Sant Jaume, donde también recibió la primera comunión el 12 de octubre, a la edad de 6 años. Cursa sus estudios básicos en la escuela Pérez Iborra de la ciudad Condal. Trabajó en lo que actualmente conocemos como Caixabank, como secretaria de dirección. Años más tarde cursaría estudios básicos en Bíblica y Teología. Participaría en varios medios de comunicación, tanto radio como la prensa escrita. Es en los años 80 donde se compromete en la evangelización de los jóvenes, trabajando en el Moviment de Centres d’Esplai Cristianos de la Fundació Pere Tarrés. Más tarde sería asignada por el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, como delegada de Pastoral de Juventud de la diócesis de Barcelona, hasta el día de su fallecimiento, el 5 de enero del 2004, de un cáncer.
Crea el Movimiento Cristiano de Jóvenes, como también fue madre conciliar en el Concilio Provincial Tarraconense (1985). Como responsable de Juventud, organiza diversos “Aplecs de l’Esperit, y promueve la participación de la archidiócesis en las Jornadas Mundiales de la Juventud de Santiago, París, Roma y Toronto. Siguiendo su vocación en los medios de comunicación, dirige un programa en Radio Estel y también en Radio L’Hospitalet. Forma parte del equipo que elaboró los materiales catequéticos del Jubileo 2000. En su recta final organiza la peregrinación por la tierra, de la comunidad de Taizé, en Barcelona el año 2000 y en su último esfuerzo preparó el encuentro con el papa, san Juan Pablo II, en Cuatro Vientos, Madrid.
Muy comprometida con el Evangelio
Pero ¿por qué después de 20 años todavía se la recuerda y su recuerdo es muy cercano? Rosa vivió muy comprometida con el evangelio, y trabajo muy duramente para hacer llegar el anuncio a todos los jóvenes, no sólo de la ciudad de Barcelona, sino de toda Cataluña, porque vivía intensamente una relación muy estrecha con el Cristo.
De allí nace su amor por la Iglesia, y muy especialmente por los sacerdotes. Su hermano, Antonio, es sacerdote. Una mujer transversal, donde lo que a ella le importaba eran las personas. No su ideología, o su rango, o si eran ricos o pobres, sino el Cristo que habitaba en sus corazones. El tesoro que ella descubrió es el Amor de Dios por toda la humanidad, y en especial los jóvenes y los sacerdotes. Rosa, en palabras del siglo XXI, vivía la sinodalidad en la Iglesia, con la Iglesia.
Una mujer que jamás tenía un no para nadie. Siempre tenía la puerta de su despacho abierta, a cualquier hora y para todo el mundo. Si algo no sabía hacerlo, buscaba a quien para que le enseñara y siempre era capaz de crear equipos muy diversos de trabajo y de comunión.
Una mujer de Iglesia, querida por todos y donde sabia crear puentes de encuentro, ante diversidad de pensamiento. Era muy importante para ella vivir en comunión
Era una mujer de oración, de estar horas y horas ante el Santísimo, para ser fiel al llamado que el Señor hacía en su corazón. Una mujer que vivía intensamente la vida sacramental de la Iglesia. Una mujer que leía, se formaba, ya que decía que el saber no ocupa lugar. Una mujer de Iglesia, querida por todos y donde sabia crear puentes de encuentro, ante diversidad de pensamiento. Era muy importante para ella vivir en comunión.
Rosa fue una mujer entregada plenamente a la Iglesia y sobre todo a la evangelización. Por la radio, con su vida, en tantas y tantas conferencias que dio, tanto en Barcelona como fuera de la ciudad Condal, en su trabajo diario, trabajando con los niños y los jóvenes.
Rosa era una mujer que iluminaba a los que estábamos a su lado, y nos ha iluminado con la claridad que transparentaba, la claridad de su fe viva y comunicativa. Rosa estaba, si se puede decir, profundamente enamorada del Señor, el Señor que le dio a beber de su cáliz, y que ella aceptó.
Rosa había conocido momentos difíciles, vivía la realidad social, los problemas de mucha gente, conocía los problemas del mundo y de la Iglesia
Para terminar este breve artículo, sobre Rosa Deulofeu, relacionaré su vida la santa francesa Teresa de Lisieux, de quien tanto había leído ella. Rosa siempre sonreía, vivía con gozo, una vida muy sencilla, y todas estas cualidades podía hacer creer que ella era de una bondad fácil, que todo eso era superficial. Os puedo asegurar que no, que Rosa había conocido momentos difíciles, vivía la realidad social, los problemas de mucha gente, conocía los problemas del mundo y de la Iglesia. Eso sí, nunca se quejaba, y siempre había una sonrisa en sus labios. vivía una vida íntima y profunda con el Señor, con Dios.
Rosa, nunca te olvidaremos y trabajaremos para que los jóvenes de Barcelona sepan quién es el Señor, y cuánto Amor tiene por cada uno de ellos. Tú nos enseñaste y nos encomendaste la tarea que tú iniciaste, y sabemos que, desde la casa del Padre, intercedes, nos ayudas y estás con nosotros.
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