Algunas claves para vivir la Pascua. Jueves Santo.

COMO YO OS HE AMADO. Un testamento sin conciencia de serlo.
Los evangelios nos dicen que Jesús celebró con sus discípulos y discípulas una cena, ¿pascual? ¿de amistad?... ciertamente en los días cercanos a la celebración de la Pascua judía, pero en ese momento no tenían conciencia de que era una despedida, escucharon las palabras de su maestro sin saber que les estaba ofreciendo su testamento vital. Solo mucho más tarde pudieron rescatar ese testamento de vida que les dejó su maestro y hacerlo el núcleo de su manera de vivir y de su predicación.
Es cierto, por lo que recogen las fuentes, que fue una cena cargada de tensión, desconcierto, dolor, las amenazas sobre la vida de Jesús les pesaba como una losa, la posibilidad de una traición, y el miedo real a que atentaran contra su vida rondaba en el ambiente, pero ciertamente no esperaban ese rápido desenlace.
Leyendo el evangelio de Juan, donde elabora, posteriormente, un largo discurso en el que recuerda el núcleo del mensaje de Jesús y por tanto de alguna manera lo reconoce como su testamento: “Que os améis como yo os he amado” (Jn 13,34).
¿Cómo amó Jesús de Nazaret?
A través de los testimonios escritos, que nos han dejado las primeras comunidades cristianas, algo podemos decir de cómo fue su amor.
· Un amor sub-versivo. De hecho, sub-vertió los criterios sociales y religiosos de su tiempo, descolocó adverbios, adjetivos, nombres: arriba-abajo, dentro-fuera, más-menos, primeros-últimos, sabios-necios, ciegos-videntes, justos- pecadores, sanos-enfermos… Con sus hechos sub-vertió las creencias religiosas de su tiempo para reivindicar las del Dios en el que él creía y por eso hizo de todas las periferias su centro… ¡Porque así es Dios!
· Un amor inclusivo. No discriminó a nadie, formó una comunidad de iguales uniendo en torno a sí a mujeres y hombres, un recaudador de impuestos y a los “hijos del trueno”, ricos y pobres, sabios y necios.
· Un amor universal y preferencial. Todas las personas cabían en su corazón, pero de un modo especial las personas excluidas por cualquier razón, pobres, enfermas, marginadas, consideradas pecadoras, mujeres y niños, judíos y paganos.
· Un amor que se hace estremecimiento de las entrañas que genera una actitud de compasión operativa.
· Un amor que se hace ternura y cuidado sencillo, sin distinciones y desde abajo.
· Un amor que escandaliza porque rompe los cánones establecidos, pone al ser humano por encima de la ley y el templo, lo mismo se invita a comer en casa de un hombre rico que parece había robado bastante, como acepta la invitación del fariseo Simón, como comparte mesa y comida con personas consideradas indeseables y pecadoras y acoge como discípulas a mujeres.
· Un amor que se hace denuncia profética de las causas del dolor y la pobreza de su pueblo, aunque eso le cueste la vida.
· Un amor político que se compromete con la búsqueda del Bien Común y con la construcción de una sociedad más justa y fraterna.
· Un amor desinteresado y agradecido, que sabe dar, pedir y recibir.
· Un amor que se remanga haciendo funciones de esclavo, sirviendo y lavando los pies.
· Un amor que perdona sin necesitar que le pidan perdón.
· Un amor que llama “amigo” a quien lo está traicionando.
· Un amor con capacidad de crear vínculos de amistad
profunda sin romper la fraternidad.
· Un amor humilde que sabe hacerse discípulo de la vida: mujeres, paganos, pastores, semillas, sal, luz…
· Un amor festivo que sabe celebrar y cambiar las cien tinajas de agua en vino, para que siga la fiesta.
· Un amor que se hace verdad en su cuerpo y por eso pudo ser presencia visible de un Amor invisible.
· Un amor hasta el extremo, que sabe dar la vida por coherencia y libertad.
· Un amor que Jesús reconoce recibido como don: “Como el Padre me amó…”
Ojalá la celebración cristiana del jueves santo más allá del recuerdo litúrgico se convierta en una llamada hacer del amor lo único nuclear en nuestras vidas.
Un amor capaz de poner en cuestión el sistema injusto ecocida y asesino en el que vivimos y para ello necesitamos saber unirnos a tantas personas, colectivos, movimientos, partidos que buscan hacer de este mundo uno más justo y pacificado y que luchan por sostener la vida, toda vida en nuestra tierra.
Que seamos capaces de comprender que la vida sólo se pierde cuando se pasa por la historia sin conocer lo que supone saber amar, entregarse cada día por amor.
Volver arriba