Así lo sugiere el profesor Massimo Faggioli en un artículo publicado en 'Commonweal' ¿Publicará Doctrina de la Fe un documento sobre el liderazgo de las mujeres en la Iglesia?
“El modo en que se aborda el papel de la mujer en la Iglesia es crucial para todo el proceso sinodal”, pero también reconoce que “el IL también es claro en que la segunda asamblea no discutirá sobre el diaconado femenino (párrafo 17), reconociendo solo que el trabajo teológico continuará”, pero que “la oposición de Francisco se ha impuesto a la libertad del Sínodo al tiempo que compromete su credibilidad en el tema”
“Y el ‘liderazgo -escribe Faggioli’ puede ser la verdadera cuestión en juego aquí, en oposición a la mera participación’”. En todo caso, destaca, “la forma en que se aborde el papel de la mujer en la Iglesia es crucial para todo el proceso sinodal”, aunque admite que “es probable que las Iglesias de África y Europa Central sigan oponiéndose a lo que consideran una liberalización en estas cuestiones” teológicas y canónicas relativas a la participación de las mujeres en la vida de la Iglesia
El grupo creado durante la intersesión sinodal para estudiar el tema es el único grupo cuyos nombres de los miembros no han sido publicados, y el único bajo el control directo del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que podría publicar su propio nuevo documento sobre el liderazgo de las mujeres”
El grupo creado durante la intersesión sinodal para estudiar el tema es el único grupo cuyos nombres de los miembros no han sido publicados, y el único bajo el control directo del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que podría publicar su propio nuevo documento sobre el liderazgo de las mujeres”
“Las expectativas ante la segunda asamblea del Sínodo sobre la sinodalidad, que se celebrará en octubre, no son tan altas como las de la primera asamblea del año pasado. Pero, aunque parezca que hay menos entusiasmo, una lectura atenta del documento preparatorio (Instrumentum laboris) ofrece un panorama más esperanzador”.
Así al menos lo manifiesta Massimo Faggioli, profesor de teología y estudios religiosos en la Universidad de Villanova (Estados Unidos), en un artículo en la revista Commonweal, en donde ya apunta que esta histórica asamblea sinodal cuya génesis ha implicado a toda la Iglesia en dos grandes fases desde su convocatoria en 2020, y tras el segundo IL, publicado en julio bajo el titulado “Cómo ser una Iglesia sinodal misionera”, “se observa claramente un giro hacia una eclesiología del Pueblo de Dios”, lo que “representa un cambio significativo con respecto a las políticas doctrinales del Vaticano desde el Sínodo Extraordinario de 1985, que estaban más orientadas hacia la ‘eclesiología communio’”.
En este sentido, Faggioli destaca que que “el IL es claro en cuanto a la necesidad de implementar cambios estructurales para una Iglesia sinodal, especialmente en cuanto al significado de una reforma sinodal para la más colegial de las instituciones eclesiásticas post-Vaticano II, las conferencias episcopales, pero también en lo que respecta a los consejos diocesanos y parroquiales”, y le parece además significativo que “no mencione los sínodos diocesanos”, y sugiere que “su falta de implementación está relacionada con una manera excesivamente jurídica de concebirlos en el Código de Derecho Canónico de 1983”.
Los temas que 'secuestran' el Sínodo
“No está claro cuánto del IL sobrevivirá a la segunda asamblea, o cómo los miembros del Sínodo (y luego el Papa) discernirán y evaluarán esta nueva eclesiología. Pero tiene buenas posibilidades de obtener una aprobación general, en contraste, por ejemplo, con las cuestiones de la sexualidad, los católicos LGBTQ y las mujeres en la Iglesia, que generaron muchos argumentos en la primera asamblea y que Francisco ve como potencialmente secuestradoras de todo el Sínodo”.
En este sentido, para el profesor “el modo en que se aborda el papel de la mujer en la Iglesia es crucial para todo el proceso sinodal”, pero también reconoce que “el IL también es claro en que la segunda asamblea no discutirá sobre el diaconado femenino (párrafo 17), reconociendo solo que el trabajo teológico continuará”, pero que “la oposición de Francisco se ha impuesto a la libertad del Sínodo al tiempo que compromete su credibilidad en el tema”.
“Veremos si los informes de las dos comisiones que creó (en 2016 y en 2020) finalmente se publicarán, ya sea antes o después de octubre. Mientras tanto, el grupo creado durante la intersesión sinodal para estudiar el tema es el único grupo cuyos nombres de los miembros no han sido publicados, y el único bajo el control directo del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que podría publicar su propio nuevo documento sobre el liderazgo de las mujeres”.
'Liderazgo' frente a 'participación'
“Y el ‘liderazgo -escribe Faggioli’ puede ser la verdadera cuestión en juego aquí, en oposición a la mera participación’”. En todo caso, destaca, “la forma en que se aborde el papel de la mujer en la Iglesia es crucial para todo el proceso sinodal”, aunque admite que “es probable que las Iglesias de África y Europa Central sigan oponiéndose a lo que consideran una liberalización en estas cuestiones” teológicas y canónicas relativas a la participación de las mujeres en la vida de la Iglesia.
Finalmente, Massimo Faggioli señala en su artículo en Commonweal que “una de las grandes preguntas se refiere a la estructura futura del Sínodo, es decir, si seguirá siendo un ‘Sínodo de obispos’ o un Sínodo ‘con obispos’, que incluiría también a sacerdotes, religiosos y laicos”.
“El IL utiliza el término ‘Sínodo de Obispos’ (par. 106), pero no indica si un sínodo mixto sería algo único, algo que se repetiría en algunas asambleas futuras, o algo que se aplicaría a todas las asambleas futuras”. “La discusión -subraya- está en curso dentro del propio Vaticano, por encima del Sínodo”.