Bach, preludio y fuga BWV 532



¡Feliz domingo! No sé cuánta música para órgano de Bach has escuchado. Si eres como yo, de los que se la ha escuchado completa varias veces, seguro que sientes atracción por ese brillo y ese optimismo que destilan todas las piezas del maestro para el gran rey de los instrumentos. Si no la has disfrutado mucho esta de hoy puede ser un buen inicio. Te va a encantar tanto que seguro te enganchas aún más a la música del viejo peluca.



El viejo peluca no es otro que Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y llamado así cariñosamente por sus hijos. La vida de Bach estuvo unida al órgano y no me cansaré de decirte que en su época Bach no era reconocido como compositor sino como uno de los mejores organistas de su entorno. De hecho, se decantaba por algunos lugares para trabajar en función de que tuviesen un órgano decente y que él pudiese ejercer como organista. Además, estuvo rodeado de buenos organistas que eran contemporáneos suyos y de los que sin duda aprendió aunque los superó con creces. Aprendió con Georg Böhm en Lüneburg, viajó a Hamburgo para escuchar a Johann Adam Reincken, hizo un largo viaje a Lübeck para escuchar y aprender de las fuentes de Dieterich Buxtehude, conoció de primera mano las obras de Johann Kuhnau en Leipzig y escuchó tocar a Louis Marchand. En fin, toda una vida dedicada a este instrumento y su música.

Disfrutemos hoy de su Preludio y fuga en Re Mayor, BWV 532, que fue compuesto en su segundo paso por Weimar (entre 1708 y 1717), donde se le pagaba por componer para el instrumento. Se abre el preludio con un episodio muy rapsódico con gran presencia del pedal y sobre el que el teclado ejecuta florituras. El preludio está lleno de momentos con fuertes bloques de acordes. Termina con una bella cadencia. Armónicamente, la fuga es una de las más interesantes de Bach. El sujeto está formado por notas repetidas que abarcan una octava completa. En el centro de la fuga la armonía migra a la supertónica, algo poco habitual. La tensión se va acumulando hasta la aparición final del sujeto tras, de nuevo, poderosos bloques de acordes.

La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Monica Czausz al órgano de la Iglesia Luterana de Cristo Rey en Houston (Texas).


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