¡Feliz sábado! Estamos en uno días dedicados a la Virgen, ya que ayer fue cuando celebrábamos su nacimiento y en unos días su nombre. Sin embargo, puesto que es sábado, vamos a disfrutar de música dedicada a la Madre de Dios.

Nos visita hoy Herbert Howells (1892-1983), compositor inglés nacido en Lydney. Siendo joven decidió que se dedicaría a la música y se puso a formarse para poder hacerlo. En Gloucester, llegó a ser el asistente del organista y con veinte años entró en el prestigioso Royal College of Music. Sus principales profesores fueron Charles Wood y Charles Villiers Stanford y parece que fue el discípulo más apreciado de este. Fue suborganista de la catedral de Salisbury, pero tuvo que abandonar por su frágil salud. Se repuso y terminó dando clases en la institución en la que estudió. Su música se entronca en la tradición modal, en la música popular y en ese camino que sigue la senda que abrieron Vaughan Williams y Elgar.

Disfrutemos de su Regina caeli. Fue un encargo de la catedral de Westminster para que la obra fuese cantada por su famoso coro. Howells la llevó a cabo en 1916, y pertenece a una obra algo mayor de cuatro himnos dedicados a la Virgen; cayeron en el olvido casi al poco de estrenarse y fueron redescubiertos en 1988. La música se adapta perfectamente a las condiciones de la catedral y está escrita para doble coro. Se abre con un motivo en forma de fanfarria, muy del gusto pascual y la obra va progresando hasta al resurrexit sicut dixit que hace las veces de clímax. Poco a poco la paz va apropiándose de la obra hasta los acordes finales, muy propios de la hora litúrgica de completas, que es cuando tradicionalmente se cantaba este himno.

La interpretación es de The Cambridge Singers digiridos por John Rutter.